nº 1.020 - 31 de julio de 2025
Derecho a equivocarme; lo que me habría gustado saber al empezar Derecho
Paula Fernández-Ochoa
Consultora & Speaker en entornos de alta competición. Socia de MoreThanLaw+ y VivircorRiendo. Docente y escritora. Miembro de la Junta Directiva y Responsable del área Mujer y Nieve de la Real Federación Española de Deportes de Invierno. Miembro del Patronato de la Fundación BePro y de la Fundació Ajuda i Esperança
La carrera de Derecho te forma en leyes, pero no en decisiones. Y la primera, la más difícil, no es jurídica: es vital. ¿Quién quieres ser y cómo quieres aportar valor en un mundo complejo, competitivo y en cambio constante?
El talento necesita entornos que lo descubran, lo acompañen y lo desarrollen. Universidades y despachos tienen una responsabilidad que va más allá del currículo
Prólogo personal
Cuando pienso en los estudiantes de Derecho con los que he trabajado como docente, me reconozco en muchos de ellos: ilusión, presión, incertidumbre... y una pregunta que casi nadie formula en voz alta, pero todos sienten: «No tengo ni idea de qué especialidad elegir ni qué camino seguir».
Spoiler: es normal.
No saber lo que te apasiona o dónde encajas no es un fallo. Es parte del viaje. Solo probando, equivocándote y descartando descubres tu lugar. ¡Como en la vida!
Y no lo digo solo como profesora, con más de una década en universidades como ESADE, UIC, EADA o UB, sino como alguien que también ejerció y vivió ese inicio sin mapa ni manual.
Mi propio camino: nada lineal, muy vivo
Arranqué en la boutique penal de prestigio de Miguel Bajo y Alfonso Trallero –hoy socio en Ontier–. Luego entré en Mazars, rotando en varias áreas. En paralelo, trabajaba en varias empresas y proyectos para complementar ingresos y entender el mercado desde otros ángulos. Cambié de ciudad: de Madrid a Barcelona. Me curtí en Maluquer Advocats como abogada generalista y luego me especialicé en mercantil en Garrigues.
Y llegó un punto de inflexión. Algo no encajaba en mí y tomé una decisión valiente: dejé el ejercicio de la abogacía para dedicarme al branding y a la gestión de despachos. Estuve cinco años en Legálitas liderando una unidad de negocio, dos en Roca Junyent como responsable de marketing y fui recibiendo en dirección y marketing en IESE, ESADE y UPF.
Hasta que llegó otro punto de inflexión, más vital: emprendí y cogí las riendas de mi vida. Fundé MoreThanLaw+ (2012), consultora especializada en el sector legal, deportivo y directivo. Desde entonces, compagino consultoría, docencia, mentoría, cargos institucionales y mi marca VivircorRiendo.
Una «carrera líquida» –en palabras de Bauman–: transversal, evolutiva y sin moldes únicos. Un reflejo del mundo actual.
Lo que me habría gustado saber
Con perspectiva, hay cosas clave que no te enseñan en clase ni en los manuales. Aquí van algunos aprendizajes que quiero compartir para aportar una mirada práctica y honesta al inicio de la trayectoria profesional.
– Dudar no es fallar, es aprender: No tienes por qué saber tu especialidad desde primero. De hecho, según acredita el Consejo General de la Abogacía Española, un altísimo porcentaje de abogados ha cambiado al menos una vez de área de práctica a lo largo de su carrera, subrayando que la duda y el redireccionamiento son habituales y, además, enriquecedores. La clave es moverse, observar y aprender.
– Tu expediente abre puertas, tu actitud las mantiene: Las notas cuentan, especialmente para acceder a grandes firmas. Pero tu actitud, ética y habilidades marcarán tu recorrido. La excelencia técnica no es negociable. La actitud, tampoco. Eso sí, ¡no bajes la guardia! Aprende al máximo y saca las mejores notas para que seas tú quien elija.
– Gestiona tu marca personal: sí, desde ya. Es una carrera de fondo que siempre deberás ir labrando. Es tu sello de autenticidad, tu mejor versión que te hace único y que se forja con estrategia, coherencia y autenticidad.
– Derecho y soft skills: el tándem del futuro: La técnica es imprescindible, pero el mercado demanda más. Según el informe Deloitte Global Gen Z & Millennial Survey 2025, las soft skills son decisivas en la contratación: comunicación, adaptabilidad, pensamiento crítico, etc.
– Cuida tu red: los vínculos empiezan en clase. No acumules contactos, cultiva relaciones reales y teje alianzas. Tu red será tu mejor activo.
– Sé proactivo, aunque dé vértigo: Pide prácticas incluso donde no las ofrecen. Asiste a eventos. Prueba, pregunta, cambia de ciudad si hace falta. La iniciativa marca la diferencia. No esperes a tener seguridad para actuar: actúa para ganarla.
– Elige especialidad desde tu historia y tendencias del mercado. Tus vivencias personales pueden ser brújula profesional. Mira dentro y al mercado. ¡La vocación también se paga!
– El bienestar es la piedra angular del éxito: trabaja duro, pero jamás pierdas tu equilibrio. El sector había normalizado el agotamiento como señal de éxito. ¡Error! Y eso tiene consecuencias: alta rotación, desmotivación y pérdida de talento. Cuida tu salud.
Llamamiento a universidades y despachos
El talento joven necesita algo más que teoría: orientación, acompañamiento, visibilidad y referentes accesibles. La responsabilidad es compartida. Ellos deben implicarse al 100 % y las universidades y despachos deben construir culturas donde se valore tanto la excelencia como el bienestar. Donde equivocarse no sea sinónimo de fracaso, sino de evolución.
En conclusión
Si estás estudiando Derecho y no lo tienes claro: estás en camino.
No hay una sola vía y todas empiezan por una decisión: construir desde lo que eres, no desde lo que sabes, y hacia lo que puedes llegar a ser.
El mundo está lleno de oportunidades y podrás reinventarte siempre. Eso sí, el mundo es de los valientes. ■