«Somos una firma en expansión que ha implementado un método que convence»
Luis Gómez Aguirre
Gomez & Briones Legal S.L.P.
«Eficiencia, datos y trato personal: así resolvemos conflictos complejos con rapidez y seguridad»
«Nuestro trabajo: evitar juicios innecesarios y llegar fuerte cuando el pleito es la mejor estrategia»
Luis Gómez Aguirre, socio de Briones Abogados. y especializado en el área de Mercantil y Familia, atesora más de 15 años de experiencia profesional, marcada por una sólida formación académica en la Universidad Complutense de Madrid y diversas certificaciones, incluida su destacada posición como número uno en el Máster de Asesoría Jurídica de Empresa. Su enfoque hacia la mediación en asuntos civiles y mercantiles, junto con su interés por el Legal Tech y las startups, hacen de Luis un referente en el sector legal, posicionándolo como un abogado innovador y versátil.
En un contexto de transformación y crecimiento, BRIONES ABOGADOS. avanza en un proceso de expansión por el territorio nacional, con sedes en Madrid, Extremadura e Ibiza, y un equipo de más de 15 profesionales. La firma, fundada por dos hermanos y especializada en Mercantil, Familia e inmobiliario, ha evolucionado de despacho tradicional a organización moderna que combina rigor técnico, mediación bien preparada y tecnología útil para acortar plazos y elevar la calidad del servicio. En esta entrevista exploramos su visión sobre los desafíos del mercado, el impacto de los cambios regulatorios (MASC, reorganización de partidos judiciales) y la integración práctica de la IA y el Legal Tech en su modelo de trabajo.
¿Cómo ha evolucionado GOMEZ & BRIONES LEGAL S.L.P y qué hitos destacaría?
Nacimos como un despacho clásico y hoy somos una firma en expansión nacional, con sedes en Madrid, Extremadura e Ibiza y más de 15 profesionales. El cambio no es de imagen, es de método: trabajamos con procesos y datos, manteniendo el trato personal que los clientes nos piden. Entre otros hitos, destacaría cuatro principios. El primero, Del caso a la metodología: estandarizamos diagnóstico y ejecución (riesgos, plazos y costes). Eso nos permitió escalar sin bajar el listón y ganarnos la confianza de clientes de mayor tamaño. El segundo, La mediación como palanca: todo el equipo formado en Mediación y Negociación, con cerca de 300 acuerdos extrajudiciales al año y cierres ejecutables (garantías, cronograma, penalizaciones). El tercero, Tecnología con sentido: IA y automatización solo donde aportan. El cuarto y último, Cultura y equipo: formación continua y métricas, que arroja como resultado plazos más cortos, documentos más sólidos y experiencia más previsible. A modo de conclusión, pasamos de «ir caso a caso», a dirigir los asuntos con método. Así crecemos con rigor, cercanía y resultados.
¿Cómo está siendo el proceso de integración con otras compañías o clientes y qué desafíos han enfrentado?
Con un principio claro: integrar suma si mejora el servicio al cliente. Para incorporar talento y tecnología necesitamos: definir qué problema del cliente resuelve nuestros servicios, medir impacto en calidad, plazos y coste, e implantar piloto y estandarizar los trabajos que se pueda. Todo esto nos ha permitido acelerar áreas como mercantil, inmobiliario y resolución extrajudicial manteniendo una marca: rigor, disponibilidad y transparencia.
Como experto en derecho Mercantil y Civil, ¿qué balance hace de los siete meses que lleva en vigor la obligatoriedad de los MASC antes de interponer una demanda en ciertos procedimientos?
Positivo con matices. El objetivo, optimizar recursos limitados, es correcto y el instrumento funciona cuando hay método y cultura de negociación. En Madrid ayudan los criterios orientadores: acotan cuándo procede, cómo acreditarlo y efectos de la falta o defecto, lo que reduce incertidumbre. Aún falta tiempo de adaptación y estandarización nacional. Mientras tanto, preparar el MASC como una vista breve y cerrar acuerdos ejecutables marca la diferencia.
¿Al hilo con la pregunta anterior, ¿qué papel juega la mediación en la resolución de conflictos para sus clientes?
Optamos por la mediación cuando hay interés real en alcanzar un punto medio o relación a preservar (conflictos entre sociedades o socios, desahucios, resoluciones o incumplimientos contractuales, familia, arrendamientos.). Nuestro método combina técnica, equipo y datos. Todos nuestros abogados están formados en Mediación y Negociación. Cerramos cerca de 300 acuerdos extrajudiciales al año entre áreas y hay clientes que solo nos contratan precisamente por esto, por eso la mediación es palanca central de nuestro servicio. La mediación funciona cuando se prepara como un pleito y se cierra como un contrato. Con formación específica, metodología y tecnología, convertimos esa premisa en acuerdos sólidos y ejecutables y lo usamos para todo, también en desahucios y en conflictos por resolución o incumplimiento contractual.
El pasado 1 de octubre comenzó la segunda fase de reorganización de los partidos judiciales prevista en la. Los cambios están generando dudas e inquietudes en los profesionales del mundo jurídico. ¿Cuáles son las suyas?
Me preocupa un incremento transitorio de retrasos en asuntos enquistados, la desigual implantación entre territorios y el aterrizaje práctico del requisito de actividad negociadora previa. Aun así, el modelo puede mejorar al anterior: especialización, servicios comunes y expediente electrónico acercan una justicia más previsible. Confío en que, cuando las estructuras se especialicen y adapten, la tecnología pase de promesa a palanca (agenda y reparto inteligentes, interoperabilidad e inmediación digital segura) para recortar plazos.
¿A qué desafíos se enfrenta su firma al integrar nuevas tecnologías, como la IA, en la práctica legal, y cómo están abordado estas dificultades para garantizar una transición exitosa?
En IA vamos de proceso a herramienta. Solo implantamos si reduce plazos/errores, mejora la experiencia y mantiene seguridad (minimización, accesos, alojamiento UE y revisión de cuatro ojos). Nos preocupa la banalización de la profesión: precios gancho y plantillas que traicionan la confianza. Nuestra regla es simple: la tecnología acelera; la confianza la pone el abogado. Si ayuda a preparar mejor y optimizar el tiempo, bienvenida; si no, sobra.
Para concluir y regresando a la práctica jurídica, ¿qué cualidades considera esenciales en un abogado especializado en derecho Mercantil y de Familia?
La técnica que se ejecuta, estrategia que decide y humanidad que acompaña. Esa combinación es la que convierte un asunto complejo en un resultado sólido. Para ser buen abogado en Mercantil y de Familia hace falta dominar la técnica, pero con mirada amplia. No basta con saberse las normas, hay que entender cómo encajan lo societario, los contratos y el procesal, y tener nociones fiscales para anticipar efectos antes de que den problemas. Todo lo que se negocia o se firma debe poder ejecutarse de verdad; si no, es papel mojado.
Luego está el criterio. Un buen abogado sabe cuándo conviene negociar y cuándo pelear el pleito. Prepara una mediación como si fuera una vista corta –con hechos, números y límites claros– y el juicio como si fuera mañana. No propone «intenciones», sino que diseña escenarios, garantías y plazos para que el acuerdo sea sólido y se cumpla.
Y, sobre todo, están las personas. Escuchar de verdad, explicar riesgos y caminos en lenguaje sencillo, y mantener la empatía sin perder firmeza. En conflictos familiares con sociedades por medio, hace falta sensibilidad, pero también rigor para proteger a la familia y al negocio. Esa combinación –técnica que se ejecuta, criterio para decidir y trato humano– es la que marca la diferencia. ■