nº 970 - 28 de enero de 2021
Reseña de la obra La tortuga de Darwin, de Juan Mayorga (2008)
Asier Miranda Beitia, Estudiante de 4º curso del Grado en Derecho + especialidad TICs (Universidad de Deusto – Bilbao)
La tortuga de Darwin en una curiosa obra de teatro que, a través de los ojos de una humanizada tortuga, nos invita a reflexionar sobre los eventos históricos ocurridos en los últimos doscientos años, así como sobre la propia esencia de la humanidad. No obstante, si bien el Derecho no es en absoluto el tema central de la obra, los acontecimientos de la misma y sobre todo su personaje principal suscitan grandes preguntas jurídicas.
La historia principal es sencilla. Harriet, nuestra tortuga, tras años de viajes por el mundo se ve obligada a hacer un trato con un historiador para poder volver a las islas Galápagos, a pasar sus últimos días. Sin embargo, lo que parecía un trato fácil se complica a causa de la ambición, tanto de este hombre como de su humillada mujer, e incluso de un médico interesado en los misterios del cuerpo de Harriet. Pero la inteligente tortuga emplea su ingenio, librándose de los tres humanos y demostrando que ella es el ser más evolucionado.
En el campo del Derecho, vale la pena centrarse en la figura de Harriet, ya que ella misma en un galimatías jurídico. Harriet es una tortuga que ha ido transformándose hasta ser algo parecido a un ser humano, pero no es reconocida como tal, jurídicamente hablando. Es discutible si esta «mujer» es sujeto de derechos o un mero animal, que puede ser propiedad de alguien ¿Puede bastar su inteligencia para ser considerada humana?
Durante el transcurso de la historia, además, podemos ver cómo la protagonista es timada por los otros tres personajes, llegando a ser sometida a actividades médicas tormentosas. De nuevo se plantea el problema de sus derechos, pues si los tuviera, podría considerarse que Harriet ha sido secuestrada, e incluso torturada; pero de no tenerlos estaríamos frente a una situación en la que los culpables se enfrentarían, como mucho, a un caso de maltrato animal. Lo cual sería paradójico, pues el animal en cuestión demuestra ser mucho más inteligente que ellos.
Finalmente, también vemos en la obra una referencia a un problema jurídico más amplio: la memoria histórica. En un momento dado, el historiador y el médico discuten sobre si la tortuga debería o no haber sido expuesta al recuerdo, y si ese recuerdo le está causando un gran mal. Así pues, la historia nos muestra las posiciones enfrentadas a este respecto: si deberíamos estar obligados a recordar nuestro pasado, para no repetir sus atrocidades, o si es mejor sepultarlo y seguir adelante sin pensar en lo que pudo ocurrir, ya que no puede cambiarse ni solucionarse.
Podríamos decir que esta historia está pensada para juzgar severamente al ser humano. Harriet se presenta como un ser débil, del que los humanos pretenden aprovecharse por todos los medios, hasta que al final, este ser, mucho más inteligente que nosotros, termina por vengarse de la involucionada y cansada raza humana, que tanto y tan bien conoce. ■