nº 971 - 25 de febrero de 2021
Las cajas negras de los coches cambiarán las investigaciones de los accidentes de tráfico
Fernando Biurrun, Consultor Social Media. Fundador de Law&Trends
Los sistemas de seguridad del coche podrán dar información sobre si el conductor frenaba o aceleraba, dio un volantazo…
Los Mossos d’Esquadra ya disponen de un sistema de acceso, denominado Crash Data Retriaval (CDR)
Desde el 1 de enero de 2021, los fabricantes de vehículos tienen que incluir el OBFMC (On-board Fuel and/on Energy Consumption Monitoring), un dispositivo que llevará el control del consumo (combustible o eléctrico), con un margen de error del 5 %.
Como informó hace unos meses la DGT, la información que ofrece incluye el OBFMC es: consumo total, caudal de combustible, volumen consumido según la distancia recorrida, velocidad y régimen de giro del motor. Todos estos datos, que se podrán consultar en cualquier momento, se guardarán desde la fabricación del vehículo y hasta que sea reciclado.
El principal objetivo del OBFCM es determinar si los fabricantes han hecho algún ajuste para mejorar los resultados en las pruebas del Ciclo WLTP (la nueva normativa de medición de consumo y, por tanto, de emisiones). Pero también permitirá a los conductores conocer el consumo real de sus vehículos.
Las cajas negras para los accidentes de tráfico
Este dispositivo no es más que el anticipo que llegará en 2022; los nuevos vehículos tendrán que incluir obligatoriamente un sistema que registre todos los datos del viaje para que puedan ser utilizado en caso de accidente. Se trata de una caja negra, similar a la que llevan los aviones, aunque no grabará ni imágenes ni audios, y que se situará bajo del asiento del conductor, atornillada al chasis.
En caso de accidente, este dispositivo grabará todos los datos durante los 30 segundos previos al siniestro y los 5 posteriores. Así, se conocerá la velocidad, el comportamiento del vehículo, el estado de los sistemas de seguridad, la ubicación, los movimientos de la dirección, la aceleración y la desaceleración. Para investigar el accidente solo se tiene que conectar la caja negra a un ordenador para obtener todos los datos.
Esta tecnología, llamada EDR (Event Data Recorder o Registrador de Datos de Eventos), se ubica normalmente en la centralita del airbag (en el salpicadero o bajo el asiento del conductor). Los datos recogidos por el EDR variarán según el fabricante y el modelo del vehículo. Así algunos EDR, según informa coches.com, también registrarán el tiempo del viaje, la hora del día en que ocurrió el accidente y la ruta. Eso sí, todo queda guardado siempre y cuando el vehículo está encendido; un accidente sin el contacto puesto no retiene ninguna información.
Estos dispositivos no son del todo novedosos, ya que hace tiempo que algunas marcas los incorporan a sus vehículos nuevos, aunque los conductores no lo saben. Los fabricantes los utilizan para comprobar que los sistemas de seguridad que ponen en sus coches funcionan correctamente. En estos casos los datos deben ser anonimizados, no pudiendo identificar a un vehículo ni a un conductor concreto.
Una nueva prueba para los pleitos de accidentes de tráfico
Las cajas negras se convertirán en un futuro un nuevo elemento de prueba de accidentes de tráfico. Aunque ya hay vehículos que recogen otros datos, como la centralita del airbag o la de protección de peatones que levanta el capó en caso de atropello. Aunque su uso está previsto para la prevención de accidentes, los datos que almacenan pueden resultar útiles para la investigación delo siniestros. El acceso a estos datos requería la autorización del fabricante, pero en 2013 la legislación de EEUU cambió y obligaba a hacer pública esta información. Sólo Volvo y Toyota universalizaron el acceso al EDR en todo el mundo. Volkswagen lo incluyó en los modelos fabricados a partir de 2016. Lexus, Opel y Crhysler también tienen incorporada esta tecnología.
Pero ¿quién puede acceder a los datos del EDR? Además de la policía, en el caso de una investigación de accidente de tráfico, puede tener acceso el personal de la compañía de seguros ya que se le da el permiso al aceptar la cláusula que establece que se autoriza a la compañía a recopilar tanta información como considere necesaria durante la investigación de un accidente.
Como indican muchos fabricantes, el sistema no registra quién conduce el vehículo ni la posición geográfica en la que se ha producido la situación de colisión real o posible. Sin embargo, otros interesados, como la policía, pueden hacer uso de los datos grabados en combinación con el tipo de información personal identificable que se recopila habitualmente en un accidente de tráfico.
Los Mossos disponen de un sistema, denominado Crash Data Retriaval (CDR), con el que se conectan físicamente al vehículo siniestrado y extraen la información grabada en el Event Data Recorder (EDR) del coche, que registra numerosos datos del vehículo en los cinco segundos antes de la colisión.
Así que la investigación con la ingeniaría tecnología forense va a cambiar mucho, ya que va a ayudar a determinar las causas de los accidentes y a contradecir la versión de los conductores. Si esto ya está siendo un caramelo en mano de los peritos, cuanto más se generalice su uso, más cuidado habrá que tener con las declaraciones de los afectados y la intencionalidad de muchos accidentes.
Sin olvidar del valor que tiene la información agregada de todos los vehículos para las autoridades de tráfico, las marcas y los fabricantes. ¿Hasta dónde llegarán los límites de información en el futuro? ■