nº 972 - 25 de marzo de 2021
Busca tu propósito
Andrés Pascual. Abogado y escritor
La pandemia ha dado nuevas vueltas de tuerca a viejos ilícitos penales
Cuando tenemos un propósito que mira más allá, conseguimos nuestras metas en el más acá
El IBA no es un impuesto con una falta de ortografía, sino el acrónimo de la International Bar Association. En cristiano –muchos ya lo sabréis– sería algo así como el Colegio de Abogados Internacional, una organización compuesta por alrededor de doscientos colegios profesionales, operadores y asociaciones de derecho de varias nacionalidades que persiguen objetivos comunes. En total, unos cuarenta mil compañeros que no entienden de fronteras ni de colores, sino de buscar lo que más conviene al Derecho Internacional y al futuro de la profesión a nivel planetario. Como reza su eslogan, son «la voz global de la profesión legal».
Es bello saber que hay tantas personas con un ojo puesto en esos grandes propósitos que van más allá de nosotros mismos. Tal vez ese mirar más allá sea la forma de que no nos obsesionemos con las cuitas del más acá, la forma de relativizar, algo que nos viene mejor que bien para recuperar la perspectiva de los asuntos y buscar soluciones desde la calma y la atención plena en lo que tenemos delante.
Hace doce años, Madrid abrió los brazos a cinco mil abogados de casi todos los países del mapamundi que se desplazaron al nuestro para la Conferencia Anual de la IBA, en la que quince académicos nos inspiraron desde los más recónditos ángulos del Derecho. Recientemente, a falta de eventos presenciales masivos, están llevando a cabo conferencias virtuales y webinares sobre los temas más diversos.
Algunos se refieren a asuntos prácticos, como las nuevas vueltas de tuerca a viejos ilícitos penales. ¿Cuántas personas y empresas han explotado el brote para manipular los precios de productos de seguridad, abusar de ayudas estatales o falsificar certificados de productos? ¿Cómo resolver demandas penales contra profesionales de la salud y servidores públicos por homicidio y falta de asistencia médica? ¿Pueden los empleadores incurrir en responsabilidad criminal, en el marco de la seguridad en el lugar de trabajo y enfermedades profesionales, por no proporcionar un entorno libre de Covid-19?
Instituto de Derechos Humanos (IBAHRI)
Otros debates y trabajos de investigación saltan a una dimensión superior, como los que impulsan desde su Instituto de Derechos Humanos (IBAHRI). Ahí están los relacionados con la violencia de género y salud de la mujer. Dado el aumento global de casos denunciados y las restricciones a los servicios derivados de la pandemia, resulta más necesario que nunca implementar medidas para proteger estas coberturas vitales, a fin de que no sean reducidas o eliminadas al albor de esta crisis sin precedentes. También han puesto sobre la mesa los derechos de las personas con discapacidad, que están igualmente en entredicho dada la escasez de atención pública y de cuidadores por las medidas de cuarentena y restricciones de movilidad.
Aunque estos temas miran más allá de nosotros mismos, seguirían teniendo un reflejo directo en el día a día, en el nuestro y en el de aquellos que litigan en Chile, Holanda, Taiwan o Malawi. A esas mujeres y discapacitados, como a los refugiados o los sin techo que no tienen una casa en la que confinarse, seguimos poniéndoles cara. Pero desde la IBA dan un paso más y proponen congresos y conferencias sobre aquellos otros asuntos globales a los que aludía al principio. Sin ir más lejos, mientras escribo estas líneas se está celebrando un seminario sobre cómo el sistema legal debe adaptarse para combatir los problemas ambientales, anticipándose a la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se celebrará en Glasgow en noviembre de este año. Como objetivo, avanzar hacia una Corte Internacional del Medio Ambiente permanente para permitir más litigios sobre cuestiones ambientales.
En busca de un propósito superior
Tal vez haya quien piense: ¿Qué me importa a mí lo que le pase al Medio Ambiente en este momento, con la que tengo encima? Error. Este es precisamente el momento de buscar un propósito superior que dote de sentido a nuestra lucha cotidiana del día a día. Aprovechar nuestra condición de abogados –o la condición de cada cual, sea cual fuere– y ponerla de algún modo al servicio de aquellos que lo están pasando aún peor que nosotros, al servicio de un propósito trascendente que deje un mundo (no solo tu propio mundo) mejor del que encontraste al llegar.
Paradójicamente, cuando nos fijamos un propósito que mira más allá, es cuando conseguimos nuestras metas en el más acá. Esto ocurre porque los verdaderos propósitos vitales nos sirven de faro y nos motivan para no hincar la rodilla a lo largo del duro camino. Por eso, este momento y ningún otro es el propicio para comprometernos con aquellos sueños –tal vez todavía utopías– que, el último día de tu vida, cuando estés tumbado esperando el momento con serenidad (y, confío, con un montón de años y la frente llena de arrugas), te hagan pensar: «Sí, ha merecido la pena».
Y si todavía no has encontrado ese sentido superior, siempre puedes echar mano de lo que decía el psiquiatra vienés Viktor Frankl, tras sobrevivir a los campos de concentración gracias a mirar siempre más allá de sí mismo: «Si no tienes un propósito, yo te doy uno: busca tu propósito».