nº 972 - 25 de marzo de 2021
Reseña de la obra ‘Los surcos del azar’, de Paco Roca (2013)
Araitz Peña Mallona. Estudiante de 5º curso del doble grado Relaciones Internaciones + Derecho (Universidad de Deusto – Bilbao)
«Para qué llamar caminos a los surcos del azar». Machado escribió estas palabras en sus Proverbios y cantares, como premonitorias de su propia vida, así como la de cientos de miles de españoles que tuvieron que seguir esos surcos del azar para sobrevivir a los horrores de la guerra y el fascismo que tomaron la España de finales de los años 1930. Los surcos del azar llevaron al exilio a muchas personas que, en su camino por la supervivencia, incluso se ganaron una gloria hasta ahora desconocida por sus compatriotas.
Paco Roca rinde un pequeño homenaje a aquellos soldados de La Nueve que fueron borrados de las páginas de la Historia española y que, mediante un relato en dos tiempos (actual y pasado), trata de reparar el vacío que existe en la memoria colectiva. Los surcos del azar narra la historia de Miguel Ruiz, o Miguel Campos, un soldado español, exiliado como tantos otros, que sufrió las penurias de los campos de trabajo y de concentración en África. Sin embargo, el narrador emplea este sufrimiento padecido por el protagonista para mostrar la importancia de su posterior hazaña, desde las victorias del Cuerpo Franco de África en Túnez hasta la definitiva formación de La Nueve, la división que se incardinó en la Legión Extranjera de Charles de Gaulle, formada casi en su totalidad de españoles y que consiguió una de las mayores hazañas de la II Guerra Mundial: la liberación de París de las manos de los nazis.
La narración parte del relato que el alter ego del escritor, Paco, recibe de un anciano, de lo que podría llamarse un abuelo, cuya vida permanece escondida a los ojos de sus personas más allegadas, así como de la mayor parte de la sociedad. A pesar de las reticencias para hablar, ya que en su larga vida nadie se ha preocupado por escucharle, el relato que sale de las palabras de Miguel es limpio y claro, muestra los mayores horrores de la guerra, así como los pequeños placeres y los momentos más gloriosos. Cuenta las hazañas de un grupo de soldados que lucharon en la II Guerra Mundial con el objetivo de que la guerra contra el fascismo derrocara efectivamente a todos los gobiernos fascistas, incluido el de Franco, y la resignación que quedó tras el glorioso desfile de los Campos Elíseos.
La novela gráfica de Paco Roca no es un simple relato de guerra. Son las últimas palabras de quienes lucharon por la libertad de su país y desgraciadamente perdieron. Son las palabras que ya son imposibles de escuchar, ya que el último combatiente de La Nueve se lo llevó la COVID-19. No olvidemos que estos pequeños homenajes son los borrones que nos quedan en nuestra memoria colectiva, lo que nos recuerda que jamás debimos permitir algo así.
«Y un día, sin darnos cuenta,
El viejo, con sus historias, se consumió.
Y en la memoria de su nieto
Sólo una huella, un leve borrón,
De aquella lejana batalla,
Donde pudo morir,
En una guerra no ganada
Donde luchó por ti.»
Al bando vencido, Ismael Serrano. ■