nº 972 - 25 de marzo de 2021
«El reto es salvar empleos y, por lo tanto, empresas»
José Losada Quintás. Socio de Aguilar Abogados
«El Derecho Laboral es una rama jurídica tan cambiante, que debes estar al día de lo que resuelven nuestros tribunales y de lo que el legislador va modificando año a año»
«En Aguilar Abogados estamos decididamente orientados hacia el cliente»
Abogado en ejercicio, José Losada Quintás, ejerce en el ámbito del Derecho Laboral. Cursó un Master MBA Internacional en la Escuela de Negocios (ESDEN) de Madrid. Es miembro del Tribunal Laboral Canario para el ejercicio de funciones de Árbitro. Es miembro de la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Las Palmas. Es profesor asociado desde 1996 en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la ULPGC en el Grado de RRLL/RRHH. Es además colaborador del Foro Aranzadi Social de Las Palmas. Asimismo, es docente en el Master de Acceso a la Abogacía de la ULPGC; y en otros Master impartidos en la UAM y el IDDA.
Actualidad Jurídica Aranzadi
En su amplio CV aparecen el ejercicio profesional y la docencia. Como profesor universitario y docente del Foro Aranzadi Social de Las Palmas, ¿considera determinante el aprendizaje continuo en un área del Derecho tan viva como la suya?
Sin duda, así es. Los laboralistas necesitamos mantenernos permanentemente al día; el ejercicio profesional de la abogacía comporta nuestra transformación inmediata en autodidactas en cuanto salimos de la Facultad. Pero la Laboral es una rama jurídica tan cambiante, que debes estar tan al día de lo que resuelven nuestros tribunales y de lo que el legislador va modificando año a año, que convivimos inevitablemente con esa sensación de si habrá pasado algo nuevo y no lo has leído aún. Por eso efectivamente también convivimos además con las necesidades imperiosas de información y de formación constante.
El Gobierno ha ofrecido una derogación parcial de la reforma laboral. ¿Qué características ha de tener esta modificación legislativa?
Nos preocupa ese debate en este momento. Afrontamos problemas mucho más acuciantes en nuestra situación socioeconómica. El reto es salvar empleos y por lo tanto empresas. Seguro que hay contenidos mejorables en aquella reforma, pero ni son tan urgentes, ni van tampoco a ayudar a resolver la situación actual, y pueden incluso ser contraproducentes. Pero es que además la práctica totalidad de los problemas que provocó la reforma han sido resueltos por la Jurisdicción Social; aspectos como la ultraactividad de los convenios colectivos y la contractualización de condiciones laborales donde decayó la aplicación de un convenio; o los supuestos de convenios colectivos de empresa fraudulentos en el Sector multi servicios. Han tenido una respuesta inmediata por parte de la Jurisdicción Social. ¿Adecuar la legislación laboral vigente a esas soluciones judiciales? Sí, perfecto; seguro que daremos seguridad y certeza jurídicas. Pero es que abordar ahora el debate de algunos otros temas que estamos leyendo en muchos foros en RRSS, parecen más un intento de distracción frente a los problemas reales que estamos afrontando, con cientos de miles de trabajadores incluidos en ERTE y con las dificultades de muchas empresas para ser viables en el futuro si no se relajan las actuales exigencias de no despedir sin perder las exoneraciones de cuotas por haberse acogido a ERTE; no al menos de todas las exoneraciones, sino solo en proporción al número de trabajadores que despidan. Esos sí son problemas acuciantes y que requieren de una solución inmediata.
¿A quién protege mejor la legislación laboral, a la empresa o al trabajador?
Mejor y más, supongo, ¿verdad? Todo un clásico de nuestra disciplina. Si le preguntásemos a un empresario diría que, a los empleados, y viceversa. Nos han formado en Derecho Laboral en la Universidad bajo la premisa de que el trabajador es la parte débil en la relación laboral, y que por esa razón el legislador tiene que buscar el equilibrio entre las partes para deshacer esa situación injusta. Y nuestra formación sucesiva, mientras ejercemos esta profesión, está marcada por sucesivas reformas laborales y los mensajes repetidos de que el Derecho Laboral ha ido perdiendo progresivamente su característico carácter tuitivo, y que protege menos y peor al empleado. Creo que es forzar mucho las cosas. Mi sensación es que se protege por igual a ambas partes. Si no legalmente, seguro que al menos sí a través de la Jurisdicción Social, el trabajador tiene garantizada una protección bajo el paradigma indicado al inicio de esta respuesta.
Dicen que un buen abogado/a laboralista debe tener un excelente nivel técnico, saber argumentar, negociar y llegar a acuerdos y pleitear. ¿Con qué otras virtudes ha de contar?
Un abogado laboralista es una mujer/hombre orquesta. Añadiría empatía y capacidad de comunicación, y pasión y compromiso, a las indicadas al formular la pregunta. Necesitamos abogadas/os comprometidas/os, que atesoren valores personales.
Aguilar Abogados es el despacho laboralista de referencia en Canarias. ¿Cuál ha sido la clave de su crecimiento exponencial en los últimos años?
Sufrimos en 2017 la pérdida de Francisco Aguilar, qepd, su fundador en 1989. Fue un momento muy duro para nosotros tanto en lo personal, como en lo profesional. Sin embargo, él forjó un equipo a su alrededor que ha sido capaz de reaccionar con entereza y con una admirable visión del contexto que nos tocaba afrontar desde ese momento. Creo que la clave ha sido ser capaces de entender nuestro rol en la relación con nuestros clientes. Estamos decididamente orientados hacia el cliente. Y la actual crisis nos ha reforzado en esa idea y en ese mensaje. Hemos estado muy cerca de nuestros clientes, con la distancia obligada por la crisis sanitaria, pero más cerca que nunca. Lo han percibido, estamos convencidos, y muchos nos lo han agradecido y eso nos ha reconfortado. La clave es el equipo. Estamos muy cohesionados. Convive una generación con más de 20 años de antigüedad en el Despacho, con una nueva que varía entre unos pocos meses y hasta 4 años. Somos un gran equipo, primero humano, y después también un gran equipo profesional. Apostamos decididamente por nuestra propia formación.
¿Es el talón de Aquiles del Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social la conciliación de la vida laboral y familiar?
Sin duda, es un verdadero problema compatibilizar las necesidades organizativas de las empresas con el ejercicio de este derecho por parte de las personas trabajadoras. Pero no solo para el empresario. Lo es para toda la organización humana de cualquier empresa, porque genera cambios y sacrificios a otros trabajadores para cubrir determinados días o determinados turnos que quienes solicitan adaptación horaria o reducción y concreción no pueden cubrir. A menudo ocasiona esos desequilibrios en función de las obligaciones familiares de unos y de otros. Además, parecen necesarias otras reformas en la legislación laboral; en concreto, al menos modificar el artículo 41 TRLET y dar cabida a modificaciones sustanciales de condiciones con aquella causa.
La pandemia ha impulsado más si cabe el teletrabajo y ha hecho fundamental contar con herramientas tecnológicas que lo permitan. Obligatoriedad, control horario, Derecho de desconexión, ciberseguridad… ¿Existe equilibrio entre los derechos y las obligaciones de empresa y empleado?
No parecen estar equilibradas. Habría sido deseable dotar de mayor capacidad a las partes para regularla, y una situación como la que atravesamos tampoco ayuda. Se han solapado la necesidad, o casi su carácter de absolutamente imprescindible, con su regulación legal, y con ese añadido de todas las demás obligaciones a garantizar de desconexión, control horario, seguridad de la información… Seguro que la intención del legislador era muy buena, pero el resultado no ha sido el esperado. El marco regulador es muy rígido, y eso desalentará su utilización, eso sí, fuera del contexto actual en que resulta ineludible utilizar el trabajo a distancia. ■