nº 974 - 27 de mayo de 2021
Conocidas y reconocidas
Paula Fernández-Ochoa. Socia de +MoreThanLaw y VivircorRiendo. Consultora & Speaker en Marketing Jurídico y Marca Personal en entornos de alta competición
La pandemia puede dar de nuevo un giro a favor de la igualdad, pues ha acentuado el actual escenario empresarial que nos exige nuevas formas de trabajar y un cambio en el estilo de liderazgo más cercano al femenino
Vemos recientes titulares y resultados de rankings hechos por directorios con listado de «mejores abogados» que han levantado ampollas al no incluir ninguna mujer
Cada vez hay más mujeres en puestos directivos. El cambio está en marcha y no tiene vuelta atrás. Es indiscutible que tener mujeres al mando aumenta el rendimiento económico, supone una actitud más positiva en el trabajo, construye economías más fuertes y ayuda a crear sociedades más justas.
Son muchas las razones que nos están llevando a conseguirlo, como la Ley de Igualdad de Género que regula la igualdad efectiva y la no discriminación por sexo. Y este cambio de mentalidad en la sociedad se está viendo reflejado en las empresas con medidas focalizadas en garantizar un acceso equitativo a oportunidades de desarrollo (35%), aplicar políticas de trabajo flexibles encaminadas a la conciliación (35%), crear de culturas corporativas inclusivas (32%) o el mentoring y coaching (23%)
No obstante, según el informe Women In Business 2021, de Grant Thornton, que analiza a empresas de 50 a 500 empleados, la evolución ha sufrido un estancamiento en España con respecto al año pasado:
– La cifra de mujeres directivas se detiene y, por segundo año consecutivo, se sitúa en el 34%.
– El porcentaje de empresas que no aplican políticas de igualdad de género ha aumentado del 11% al 2 6%
– El número de mujeres CEO ha caído 2 puntos, pasando del 25% al 23%
Y el sector legal no es ajeno a esta realidad. De la estadística publicada por el CGAE en marzo de 2020 y otros informes como el de Iberian Lawyer también de 2020, tenemos cifras igualmente alarmantes:
– El 63% de las nuevas incorporaciones en la judicatura son mujeres, pero no es proporcional a la ocupación en los altos tribunales.
– El 48% de la profesión ejerciente actualmente son mujeres, pero en los despachos de abogados solo 20% son socias y 5,3% socias directoras.
– El 14,4% son decanas en los Colegios de Abogacía de España.
– La brecha salarial está entre el 17% y el 20%.
– El 42% de los componentes de las Juntas de Gobierno son mujeres.
La necesidad de ser conocidas y reconocidas
Sin embargo, la pandemia puede dar de nuevo un giro a favor de la igualdad, pues ha acentuado el actual escenario empresarial que nos exige nuevas formas de trabajar y un cambio en el estilo de liderazgo más cercano al femenino.
Las organizaciones necesitan líderes innovadores centrados en las personas, con rasgos como la adaptabilidad al cambio, innovación, empatía, capacidad de colaborar, valor para asumir riesgos, etc. Y las mujeres tenemos una gran habilidad para el desarrollo de estas y otras soft skills, cada vez más importantes en la empresa.
Pero, aquí recalco la necesidad de ser conocidas y reconocidas pues, a pesar de que cada vez hay más mujeres en alta dirección y con muchísimo talento, seguimos siendo invisibles y nos diluimos.
La mujer debe salir del anonimato y, para ello, es clave la gestión de su marca personal gracias a la cual, desde la diferenciación, autenticidad y propuesta de valor, potenciar su visibilidad y conseguir ser un referente.
Necesitamos referentes femeninos, profesionales influyentes inspiradoras en las que mirarnos y sentirnos reflejadas, en las que niñas y otras mujeres vean y escuchen hablar de sus logros y las contemplen como opción de futuro. Una investigación de la fundación KPMG afirma que el 86% de las mujeres se sienten alentadas cuando ven a sus homólogas en puestos altos. Y en esta línea, es imprescindible asumir la responsabilidad de subir al escenario para llegar a más gente. Y no hablo de hacerlo con sesgos masculinos ni con la imagen estereotipada de activista. Los derechos de las mujeres son derechos humanos y el feminismo, por definición, es creer y defender que hombres y mujeres debemos tener los mismos derechos y oportunidades.
En la abogacía tenemos muchas mujeres con una excelente calidad técnica y una gran capacidad de gestión que asumen puestos de alta responsabilidad como socias y/o directivas. Y es una tendencia al alza. ¿Qué ocurre? Lo recientemente expuesto, que todas «saben» pero no todas «hacen saber» y aquí nos encontramos con un gran hándicap. Vemos recientes titulares y resultados de rankings hechos por directorios con listado de «mejores abogados» que han levantado ampollas al no incluir ninguna mujer. No es por falta de talento, sino por falta de visibilidad y todo lo que ello conlleva.
En este rol de mujer referente, con poder y gran penetración en el mercado, tenemos un buen ejemplo en María Eugenia Gay, decana del Colegio de Abogados de Barcelona (ICAB), impulsora de la igualdad y protagonista tanto en prestigiosos eventos como en impactos en medios en los que siempre, de una manera u otra, refuerza el mensaje de que sin igualdad no hay democracia y que ésta redunda en beneficio de la sociedad. Un ejemplo a seguir y como el que necesitamos más.
Por tanto, continuemos el camino trazado en pro de la igualdad, pero potenciémoslo con la promoción de mujeres referentes para que su calado y aumento sea exponencial. Junto a la competencia técnica, los resultados del negocio o la capacidad de liderazgo, la visibilidad es un factor determinante para este avance. Construyamos una red talentosa de mujeres líderes, conocidas y reconocidas. ■