nº 977 - 23 de septiembre de 2021
«La incorporación de Thomson Reuters Proview ha supuesto un punto más en la transformación digital de la biblioteca»
Marta Buñuel Adán. Bibliotecaria del Congreso de los Diputados
«Las nuevas tecnologías han facilitado que el modo en que se realizan las consultas haya variado notablemente, y la puesta a disposición de otros formatos posibilita realizar otro tipo de servicios de la biblioteca en remoto, cosa impensable hace unos años»
«El activismo bibliotecario o advocacy da a conocer nuestros valores como profesionales para poder desarrollar un papel activo en la sociedad»
Marta Buñuel Adán (Teruel, 1963) es licenciada en filología francesa por la Universidad de Zaragoza. Ingresó en el Cuerpo de Archiveros-Bibliotecarios de las Cortes Generales en 1989 para ocupar una plaza en la Biblioteca del Senado, donde realizó tareas relacionadas con el Área de Información Bibliográfica y Atención a Usuarios. Años más tarde obtuvo dicha Jefatura de Servicio. Durante este tiempo coordinó también la puesta en marcha, en la intranet del Senado, de los recursos electrónicos de la Dirección de Documentación. Desde mayo de 2016 desarrolla su labor como bibliotecaria en la Biblioteca del Congreso de los Diputados, donde se encarga de realizar funciones relacionadas con el proceso técnico, ingreso, catalogación e indización de fondos, especializándose en los recursos electrónicos. Asimismo, ha colaborado en las tareas relacionadas con la base de datos COES de bibliografía parlamentaria. Entre sus publicaciones se encuentran algunas obras colectivas y otros estudios individuales, la mayoría publicados en la Revista de las Cortes Generales como separatas.
¿Cómo es un día de trabajo para usted?
Como todos habéis podido sentir, la pandemia ha afectado enormemente el desarrollo de un día cotidiano en nuestros puestos de trabajo. Antes de este momento, un día corriente de trabajo solía comenzar con un intercambio de opiniones con los jefes y compañeros sobre las novedades del día, temas pendientes de concluir, dudas, nuevos proyectos, objetivos… La biblioteca del Congreso de los Diputados tiene dos áreas de trabajo bien definidas: la de proceso técnico y la de información bibliográfica. Aunque se trata de trabajos muy independientes, sin embargo, existe una relación muy estrecha y de colaboración entre ambos, lo que hace que se tenga una visión muy global de conjunto y favorece el enriquecimiento y la aportación de todos. Como bibliotecaria del área de proceso técnico, me encargo de catalogar e indizar obras en papel y recursos electrónicos de la biblioteca, a los que recientemente, este mismo año, se ha incorporado Thomson Reuters Proview como plataforma de libros electrónicos. Ella, junto con el resto de las que posee la biblioteca, ocupan mi día a día, en cuanto a su mantenimiento, actualización de novedades, tramitación de incidencias, adaptación a nuestro catálogo, implementación de servicios, acceso en la intranet e información a posibles usuarios.
¿De qué manera ha vivido a lo largo de su carrera profesional la transformación digital?
Cuando llegué a la Biblioteca del Senado en 1989 existía ya un catálogo informatizado, es decir, la incorporación de nuevos registros se realizaba con un programa de gestión de bibliotecas (Absys), pero quedaban aún muchos ficheros en papel que había que ir reconvirtiendo y mucho trabajo por hacer en el fondo histórico y los fondos especiales de la biblioteca, así como en el fondo que denominábamos «intermedio», que es el que se fue incorporando desde 1977 cuando el bicameralismo volvió al parlamento y el Senado y su biblioteca volvieron a reanudar sus funciones. Por tanto, en los años 90 se vivió un momento importante en cuanto a la transformación digital de nuestras bibliotecas, que han ido adaptándose paulatinamente a nuevas versiones de los programas de gestión bibliotecaria y a las nuevas necesidades surgidas del entorno web. La biblioteca del Congreso cuenta en este momento con el programa absysnet.
El libro electrónico, en cambio, tardó más en implantarse. Comenzó muy tímidamente, hasta que las tabletas y los dispositivos electrónicos fueron teniendo mayor cabida en nuestra vida cotidiana. Hoy día ya no puede entenderse nuestra biblioteca sin las plataformas de libros electrónicos, que nos permiten consultar, descargar, en algunos casos prestar, anotar… en fin una gran cantidad de funcionalidades que nos ayudan a obtener la información de forma cómoda y rápida. Hay que decir que durante la pandemia hemos constatado la importancia de poder acompañar a nuestros usuarios a través del teletrabajo y la asistencia remota.
¿Qué ha supuesto la digitalización de la Biblioteca del Congreso de la mano de Thomson Reuters Proview?
La reciente incorporación de la plataforma Thomson Reuters Proview ha supuesto un punto más en la transformación digital de la biblioteca. Las editoriales que forman parte de Thomson Reuters Proview son editoriales jurídicas muy consultadas y solicitadas desde siempre en nuestras bibliotecas. Poder facilitar su consulta en formato electrónico ha constituido un nuevo avance y una nueva implementación que creemos traerá consigo mayor facilidad de consulta y accesibilidad a nuestros usuarios. Debo añadir que el período de incorporación se ha desarrollado de manera muy ordenada y, a pesar del esfuerzo que siempre supone la suscripción a un nuevo producto, se ha llevado a cabo todo de manera organizada y coordinada, tanto por la parte de soporte, como por la de la persona encargada de la intermediación comercial. Además, hemos querido seguir manteniendo también un porcentaje de libros en papel, que reservamos a algunos que consideramos por su materia más clásicos o más consultados, o que por algún motivo especial nos sigue pareciendo interesante mantener en formato papel, o incluso en ambos formatos.
¿Hacen uso frecuente sus señorías de las bibliotecas de ambas cámaras?
La biblioteca, como el resto de los servicios documentales del Congreso de los Diputados y del Senado, son utilizados tanto por los parlamentarios, como por el personal funcionario de ambas cámaras y, en el caso del Archivo y la Biblioteca, también por los investigadores que pueden acceder a dichos espacios, previa presentación de una tarjeta de investigador.
Ambas bibliotecas, tanto la del Congreso como la del Senado, cuentan con unas históricas y llamativas salas de lectura ubicadas en la zona más noble de ambos palacios, además de estar situadas estratégicamente justo al lado del pleno, sobre todo en el caso del Congreso, lo que hace que su visita y consultas in situ sean frecuentes. Es verdad que las nuevas tecnologías han facilitado en este sentido que el modo en que se realizan las consultas haya variado notablemente, y por supuesto, la puesta a disposición de otros formatos ha hecho posible que se puedan realizar otro tipo de consultas y servicios de la biblioteca en remoto, cosa impensable hace unos años. También es verdad que la biblioteca intenta actuar siempre de forma proactiva, es decir, adelantándose a las necesidades de los diputados o senadores con sus boletines de novedades y sus distintos servicios de difusión de la información, según perfiles de interés.
¿Qué destacaría del fondo editorial de la biblioteca del Congreso de los Diputados y del Senado?
Al tratarse de bibliotecas parlamentarias, la temática fundamental de ambas bibliotecas es el derecho constitucional y parlamentario y la ciencia política. Por supuesto, el resto de ramas del derecho están igualmente representadas. Recordemos que el parlamento funciona en pleno y en comisiones, y dichas comisiones le confieren precisamente esa variedad de temáticas relacionadas en algunos casos con la organización ministerial española, a la que obedece la estructura de las comisiones permanentes, (Justicia, Defensa, Interior, Educación…), en otros casos relacionadas con temas más de actualidad política y social (violencia de género, seguridad vial, derechos de la infancia…) y últimamente, como consecuencia de la epidemia de COVID, sobre la vacunación y sanidad en España. Por ello, el fondo editorial es y debe ser variado y responder a las expectativas que vayan surgiendo a medida que el panorama político y social evoluciona.
Por supuesto ambas bibliotecas disponen de un fondo histórico muy valioso y que forma parte del patrimonio bibliográfico de la institución.
¿Cree que se valora en su justa medida el fondo histórico de las bibliotecas del Congreso y el Senado?
Las bibliotecas del Congreso y Senado poseen un fondo histórico muy variado y valioso que forma parte del patrimonio bibliográfico español y que en ambos casos está estrechamente ligado a la propia historia de las Cortes. Destacan la existencia de códices del siglo XV, incunables, manuscritos de los siglos XVI y XVII, libros raros de los mismos siglos, obras musicales etc. También mencionaremos especialmente los fondos procedentes de la Biblioteca del Duque de Osuna y del diputado Fernández de los Ríos. Además, cada biblioteca tiene un fondo particular y específico como es, en el caso del Congreso, la colección de folletos del siglo XIX, y en el caso de la Biblioteca del Senado, la biblioteca del Infante Carlos María Isidro de Borbón, uno de los fondos originarios de dicha biblioteca, y la colección de obras del General Gómez de Arteche sobre la Guerra de Independencia española de 1808.
Los fondos históricos de ambas bibliotecas se encuentran en parte digitalizados, lo que ha facilitado que a través de internet puedan consultarse en muchos lugares del mundo y ha favorecido que su cuidado, custodia y conservación puedan llevarse a cabo con la mayor idoneidad posible. Como no podía ser de otro modo, la colección de ediciones de las distintas constituciones históricas españolas es otra de las joyas especiales que se conservan en nuestros depósitos, y que ha acompañado ciertos momentos solemnes de protocolo de las Cámaras.
Usted ha publicado textos de carácter individual y colectivo que giran en torno a su actividad profesional. ¿Dónde ha querido poner el foco?
Nunca me había planteado esta cuestión, la verdad. Analizando las distintas publicaciones que he realizado durante estos años, creo que los tres grandes focos o temas a los que me he dedicado son los relacionados con los fondos bibliográficos de la Biblioteca del Senado, el desarrollo de las funciones propias de la biblioteca parlamentaria y por último la semblanza de algunas personas relacionadas de alguna manera con las bibliotecas, bien por su perfil de bibliófilo, o bien porque directa o indirectamente han estado vinculados por su trabajo o actividad con alguna de las dos cámaras.
Me gustaría terminar comentando las nuevas preocupaciones y los nuevos horizontes que se están debatiendo en distintos foros sobre el futuro de las bibliotecas, no solo públicas, sino también especializadas, como es el caso de la biblioteca parlamentaria, y que están directamente relacionadas con algunos temas de rabiosa actualidad como es el de la sostenibilidad, tratando de reflexionar sobre qué iniciativas se pueden llevar a cabo desde nuestro entorno de trabajo para contribuir a su mejora. Además, otro tema que también me parece interesante, aprovechando las oportunidades que nos ofrece internet y las redes sociales, es el conocido como activismo bibliotecario o advocacy, que no tiene otra función que dar a conocer nuestros valores como profesionales para poder desarrollar un papel activo en la sociedad, consiguiendo así un mayor acercamiento a la ciudadanía y realizando una verdadera función social. ■