nº 980 - 23 de diciembre de 2021
Estrategia Española de Apoyo Activo al Empleo 2021-2024
(Sobre el Real Decreto Real Decreto 1069/2021, de 4 de diciembre)
J&F
En el Boletín Oficial del Estado de 7 de noviembre se publica el Real Decreto 1069/2021, de 4 de diciembre, por el que se aprueba la Estrategia Española de Apoyo Activo al Empleo 2021-2024.
Tal y como indica el texto introductorio que antecede al propio Real Decreto, se trata de una consecuencia directamente derivada del texto refundido de la Ley de Empleo (aprobado por el Real Decreto Legislativo 3/2015, de 23 de octubre), en tanto que la Estrategia Española de Activación para el Empleo, conforme dispone el artículo 10 del referido texto refundido de la ley de Empleo, se elaborará por el Gobierno en colaboración con las comunidades autónomas y con la participación de las organizaciones empresariales y sindicales más representativas, consulta al resto de operadores, y que incluirá un análisis de la situación y tendencias del mercado de trabajo, unos principios de actuación y objetivos estratégicos y estructurales a alcanzar en materia de políticas de activación para el empleo y establecerá un marco presupuestario, fuentes de financiación y criterios de gestión de los fondos.
Estrategia Española de Activación para el Empleo que se articulará en torno a una serie de elementos (que se denomina ejes) como son la orientación, la formación, las oportunidades de empleo, la igualdad de oportunidades en el acceso al empleo, el emprendimiento, la mejora del marco institucional.
Se trata del tercer documento de estas características tras el Real Decreto 751/2014, de 5 de septiembre, por el que se aprueba la Estrategia Española de Activación para el Empleo 2014-2016, y el Real Decreto 1032/2017, de 15 de diciembre, por el que se aprueba la Estrategia Española de Activación para el Empleo 2017-2020.
Tratándose, por tanto, de documentos plurianuales y evolutivos la tentación de la comparación resulta muy difícil de evitar y en términos de cantidad el documento para el período 2021-2024 resulta mucho más extenso (tres veces más, 98 páginas donde el anterior se conformaba con 32). Tal vez porque el anterior hacía uso de una síntesis de la que este carece.
La estructura y detalle de la Estrategia Española de Activación para el Empleo 2021-2024 es más completa que la de los documentos precedentes, y que, en su capítulo primero, se insiste mucho en el seguimiento y evaluación (que incluso se introduce como uno de los objetivos estructurales a mejorar). Pero lo cierto es que no ofrece un apartado concreto en el que se efectúe el análisis de situación, como sí sucedía en la Estrategia Española de Activación para el Empleo 2017-2020, que destinaba el punto 5 de manera específica a ello, y sin que las Conclusiones y aspectos a considerar en la nueva Estrategia Española de Apoyo Activo al Empleo con la que se cierra el capítulo primero de la Estrategia Española de Activación para el Empleo 2021-2024 cumplan con esa función de evaluar el cumplimiento de los objetivos que se habían marcado para la etapa anterior, limitándose el apartado destino a Evolución de la implantación de los servicios y programas a señalar el número de servicios y programas realizados durante ese espacio de tiempo.
Es cierto que ese período, el comprendido entre 2017 y 2020, se ha visto marcado por una pandemia, cuestión que queda reflejada en el apartado en el que se trata El impacto de la COVID-19 y la respuesta en el Sistema Nacional de Empleo y que recoge, como constatación de una realidad incuestionable que «a su vez, con las nuevas medidas de protección frente a la COVID-19, el empleo también se transforma, con la gran novedad del teletrabajo, poco instaurado previamente en nuestro país».
Esa Estrategia para el período 2021-2024 pone de manifiesto los objetivos que no se han conseguido que ya «su consecución, que ya se había visto afectada por la duración e intensidad de la crisis económica y financiera, se ha demostrado inalcanzable, por el momento, dadas las consecuencias económicas y sociales de la actual crisis sanitaria», y se enuncian esos objetivos no alcanzados:
– Alcanzar una tasa de empleo mínima del 75 % para la población de entre 20 y 64 años.
– Invertir un 3 % del Producto Interior Bruto en la investigación y el desarrollo.
– Reducir al menos en un 20 % las emisiones de gases de efecto invernadero, aumentando el porcentaje de las fuentes de energía renovables en nuestro consumo final de energía hasta un 20 % y en un 20 % la eficacia energética.
– Reducir la tasa de abandono temprano de la educación y la formación a menos del 10 % y aumentar hasta al menos el 40 % la tasa de titulados de la enseñanza superior.
– Reducir en 20 millones el número de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza o en riesgo de exclusión social.
Que tal vez debieran seguir siendo los objetivos a cumplir lo antes posible, si bien esos objetivos concretos y precios (como es habitual cuando vienen marcados desde Europa) se diluyen en generalidades, denominados objetivos estratégicos, propias de nuestros planteamientos nacionales), como son:
1. Objetivo estratégico 1. Enfoque centrado en las personas y en las empresas.
2. Objetivo estratégico 2. Coherencia con la transformación productiva.
3. Objetivo estratégico 3. Orientación hacia resultados.
4. Objetivo estratégico 4. Mejora de las capacidades de los servicios públicos de empleo.
5. Objetivo estratégico 5. Gobernanza y cohesión del Sistema Nacional de Empleo.
No cabe duda de que es un gran documento que ha costado la dedicación y el esfuerzo de muchas personas.
Pero desde la lectura de su título y desde el momento de su publicación en el Boletín Oficial del Estado hay una pregunta que no logro evitar: ¿Por qué una estrategia para un cuatrienio (2021-2024) se publica cunado ya se ha consumido una cuarta parte de ese período (diciembre de 2024)?
Porque lo que ahora tocaría sería publicar una estrategia para los años sucesivos y no para un período que, en parte, ya ha pasado. Y es que no parece que diseñar estrategias y para tiempos ya pasados sean términos muy compatibles. Bueno, los estrategas sabrán. ■