nº 980 - 23 de diciembre de 2021
El retorno a la oficina, una revolución en los despachos americanos
Fernando J. Biurrun. Consultor Social Media. Fundador Lawandtrends.com
«Si uno quiere triunfar como abogado en el mercado actual, no tiene más remedio que volver a la oficina».
«Nunca se cambian las cosas luchando contra la realidad existente. Para cambiar algo, construya un nuevo modelo que haga obsoleto el modelo existente»
Uno de los grandes éxitos del sector legal en todo el mundo fue su adaptación a seguir ofreciendo sus servicios de forma telemática durante la pandemia. La adaptación tecnológica de los despachos y de los profesionales legales hizo que esa transición se convirtiera en un fuerte activo.
La vuelta a la normalidad y el retorno a las oficinas, según confiesan los directores financieros y de operaciones en el vigésimo foro de Thomson Reuters, no está ajena de dificultades y esto les llevó a cuestionarse cómo será la oficina de los despachos en un futuro. La innovación llega a las oficinas.
El primer obstáculo lo están encontrando con los jóvenes asociados que no han conocido las oficinas y que han desempeñado su trabajo frente a la pantalla del ordenador en sus domicilios. Este tipo de empleados no tienen ese sentimiento de «pertenencia y apego» a la empresa. Su vuelta a la oficina se está convirtiendo en el primer frente de batalla para los despachos.
Para los directores financieros y de operaciones, la cultura del despacho terminará venciendo, los abogados que vuelvan primero a la oficina tendrán una mayor ventaja sobre los ausentes. Además, estos tenderán a perder conexiones sociales y el conocimiento tribal, lo que les debilitara en su posición dentro de la firma. Para este foro, «si uno quiere triunfar como abogado en el mercado actual, no tiene más remedio que volver a la oficina».
Al mismo tiempo, los expertos del foro hablaron de revolucionar el concepto de despacho, en algo mucho más atractivo para atraer a los empleados. La descripción que hacen estos expertos es más cercana a unas instalaciones de una tecnológica que la de las tradicionales oficinas de abogados. Así, describen los nuevos despachos como «centros de tecnología, bares, restaurantes, masajes: el futuro de la oficina del bufete de abogados parecía parecerse más a un lujoso hotel o resort que a un lugar de trabajo». De alguna forma, me recuerda la visita de las instalaciones de Google en Dublín, que contaba con piscina cubierta, gimnasio, salas de esparcimiento, salas insonorizadas para ensayar con instrumentos, restaurantes, cafeterías… Es evidente que tenemos que pensar en las dimensiones de las oficinas de los despachos americanos, pero en Europa y en nuestro ya país hay despachos que tienen una dimensión similar.
La idea es que los empleados quieran estar allí, en la oficina, y que la firma sea indispensable para el trabajo del abogado.
Necesidad de mantener un sistema híbrido
No obstante, los expertos que participaron en el foro reconocían la necesidad de mantener un sistema híbrido. De un lado, lo aprendido en la crisis sanitaria les ha llevado a liberar una gran parte de los inmuebles destinados a despachos, a redimensionar las oficinas. De otro, a reorganizar el uso de las oficinas, dejando un lugar dedicado para los abogados que habitualmente acuden a las oficinas y rediseñando un espacio nuevo para los que acuden ocasionalmente, empleando un sistema similar a «un hotel en el que los escritorios se reservan, las oficinas se limpian entre los usuarios», de tal forma que se liberan espacios que pueden destinarse a otros usos comunes o, directamente, a prescindir de ellos.
En este debate entre un modelo revolucionario de despacho frente al modelo tradicional, el inventor Buckminster Fuller proporciona algo interesante para la reflexión de la facción Revolución: «Nunca se cambian las cosas luchando contra la realidad existente. Para cambiar algo, construya un nuevo modelo que haga obsoleto el modelo existente». ■