nº 980 - 23 de diciembre de 2021
Reseña de la obra ‘Anatomía de un instante’, de Javier Cercas (2009)
Ignacio Nates Alonso. Estudiante de 4º curso de Derecho (Universidad de Deusto. Bilbao)
Anatomía de un instante evoca en el público maduro el recuerdo, en ocasiones desafortunado, del fallido golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Javier Cercas avanza con acierto entre el atrezo de la memoria, de aquellas imágenes violentas, aterradoras y espeluznantes; y la descripción realista e histórica colmada de minuciosos detalles del asalto a la casa de la soberanía nacional que perpetraron los hombres del teniente coronel Tejero.
Lejos de situarse únicamente en la crónica rigurosa de los hechos acontecidos aquella trágica jornada en el Congreso de los Diputados, Cercas desciende satisfactoriamente para el lector al amplio espectro de posibilidades e hipótesis, que surgen de la mirada curiosa de aquel que se pregunta con pulcritud la motivación de tal atropello contra la democracia.
Mientras la mayor parte de sus señorías se agazapaban asustados y huidizos en sus escaños tras escuchar estupefactos los disparos sobre la bóveda del hemiciclo, tres figuras heroicas surgen del caos acaecido. Adolfo Suárez, Manuel Gutiérrez Mellado y Santiago Carrillo muestran un gesto notable, se mantienen estoicos, impasibles, en el lugar que les correspondía, frente a las inútiles advertencias de aquellos que buscaban el control sobre la Cámara. El coraje y la valentía de aquellos hombres continúa suscitando cierto grado de incertidumbre, ¿por qué actuarían de aquel modo? Tal vez pudo deberse a su consabida vocación de servicio público, a la remembranza de una dictadura que se les antojaba feudo del pasado reciente o a la conciencia colectiva de la libertad institucional.
No nos es ajeno el clima político que precedió aquellos sucesos, y así, subyace durante el desarrollo de la narración el halo de desconfianza que cubría la figura de un presidente de gobierno querido para muchos, pero bajo sospecha y recelo para otros. Adolfo Suárez navegaba por aquel entonces en un ambiente hostil y muchos eran los llamados a desvirtuar su acción de gobierno. Quizá la callada por respuesta de ciertos parlamentarios se debió a la creencia ilusoria de la supuesta legitimidad de aquel golpe; o entendieron equivocados, que la respuesta militar ante las sombrías circunstancias sociales de aquel tiempo permitiría el restablecimiento del orden.
Lo cierto es que la renuncia prematura de Cercas a la ficción, apuntala si cabe el resultado documental de esta apasionante obra. Si bien es cierto que las versiones planteadas de según qué escena refrescan una lectura que merece un final crítico respecto de aquellas creencias populares de lo que ocurrió aquel día.
Para aquellos que no nos encontrábamos en este mundo en aquel tiempo, se nos abre la puerta a la conciencia y la necesaria reconciliación, en un intento por solventar los errores y recordar los aciertos de una etapa que preferimos olvidar, caminando inexorables a la repetición desafortunada de los actos de aquellos olvidadizos de su pasado reciente.
Recordando al autor: «Los tres cometieron errores políticos y personales a lo largo de su vida, pero esa valerosa renuncia los define». ■