nº 983 - 31 de marzo de 2022
Expropiación de patentes: ¿causa o solución de conflictos?
Marta Seminario. Consultora legal de Servicios de Protección de Datos y Propiedad Industrial/Intelectual en Castroalonso
A la pregunta, ¿se puede expropiar una patente? o, ¿se puede obligar a licenciar una patente por motivos de interés público? La respuesta es, sí
Sin embargo, este tipo de actos por parte de un Estado puede provocar un efecto no deseado en cuanto a investigación y desarrollo se refiere
La nueva realidad sanitaria ha avivado temas ya olvidados como es la expropiación de patentes y licencias obligatorias. En los últimos años, muy a nuestro pesar, hemos vivido situaciones relacionadas con la pandemia de COVID-19 que nos han permitido familiarizarnos con términos como «expropiación de patentes».
No es la primera vez que oímos hablar de ello, pero sí que ahora ha resurgido con más fuerza que en otras situaciones.
Retrocedemos al año 2015 cuando el laboratorio Gilead Sciences comenzó a comercializar el conocido y carísimo medicamente «Sovaldi», para combatir la enfermedad de la Hepatitis C. Por aquel entonces, fueron muchas las voces que se alzaron contra los altos precios del fármaco, pidiendo que se tuviera en consideración la expropiación de las patentes. Ahora, dicha posibilidad se recoge en el artículo 81 de la nueva Ley 24/2015, de 24 de julio, de Patentes, en cuyos puntos 1 y 2, se indica:
«1. Cualquier solicitud de patente o patente ya concedida podrá ser expropiada por causa de utilidad pública o de interés social, mediante la justa indemnización.
2. La expropiación podrá hacerse con el fin de que la invención caiga en el dominio público y pueda ser libremente explotada por cualquiera, sin necesidad de solicitar licencias, o con el fin de que sea explotada en exclusiva por el Estado, el cual adquirirá, en este caso, la titularidad de la patente».
Para hacer una lectura amplia, no solo deberíamos tener presente este artículo, sino también el número 95 de la misma ley «Licencias obligatorias por motivos de interés público», cuyos puntos 1 y 2 recogen:
«1. Por motivo de interés público, el Gobierno podrá someter, en cualquier momento, una solicitud de patente o una patente ya otorgada, al régimen de licencias obligatorias, disponiéndolo así por real decreto». «2. Se considerará en todo caso que existen motivos de interés público cuando: a) La iniciación, el incremento o la generalización de la explotación del invento, o la mejora de las condiciones en que tal explotación se realiza, sean de primordial importancia para la salud pública o para la defensa nacional. b) La falta de explotación o la insuficiencia en calidad o en cantidad de la explotación realizada implique grave perjuicio para el desarrollo económico o tecnológico del país. c) Las necesidades de abastecimiento nacional así lo exijan».
Un tema complejo
Ahora, mencionados ambos artículos, podemos destacar que se trata de un tema complejo por varios motivos:
1. La expropiación no es gratuita, ya que deberá mediar una justa indemnización.
2. En el caso de las licencias, se valorará cuánto valdría dicha licencia, así como las necesidades de la población para poder abastecer de forma nacional.
3. No es posible en cualquier circunstancia y se explotará únicamente por parte del Estado.
4. Se deberán decretar situaciones excepcionales en relación con la salud pública o defensa nacional.
A la pregunta, ¿se puede expropiar una patente? o, ¿se puede obligar a licenciar una patente por motivos de interés público? La respuesta es, sí. Sin embargo, este tipo de actos por parte de un Estado puede provocar un efecto no deseado en cuanto a investigación y desarrollo se refiere.
El fin último de cualquier entidad es, salvo en el caso de aquellas sin ánimo de lucro, conseguir un rédito económico.
Se invierte sobre investigación con la clara intención de recibir una compensación económica, cuanto más grande y cuantiosa mejor, por lo que, si se somete a una compleja situación de expropiación o de licencias obligatorias, automáticamente se está limitando de alguna manera un factor muy importante, el enriquecimiento, pues no olvidemos que, aunque el Estado indemnice o valore el coste de las licencias, se estará restringiendo la posibilidad de fijar un precio de forma libre. Por lo que, este tipo de prácticas podrían llegar a provocar un descenso de inversión en la investigación y desarrollo de forma generalizada.
Por tanto, nos preguntamos ¿la expropiación de patentes soluciona más problemas de los que podría llegar a generar en el futuro? ■