nº 983 - 31 de marzo de 2022
El CGPJ se lanza a introducir la inteligencia artificial en la Administración de Justicia
Fernando J. Biurrun. Consultor Social Media. Fundador Lawandtrends.com
El proyecto que se inicia en España tiene enormes posibilidades que puedan ayudar a agilizar la Justicia y a resultar más eficaz
Aventurarse a hablar de jueces robots puede resultar algo temerario, pero seguro que existen un gran número de procedimientos en los que se pueden se pueden aplicar automatismos y procesos inteligentes
El CGPJ parece mover ficha tecnológica. Hace unas semanas se conocía (La Razón 20/2/2022) la creación de un grupo de trabajo bajo el nombre de Tecnología, Inteligencia artificial y administración de justicia dirigido por el juez Eloy Velasco y formado por otros cinco jueces y juezas y dos ingenieros con el objeto la elaboración de un catálogo de herramientas de inteligencia artificial que puedan aplicarse a la Justicia en España.
Ya existen algunos precedentes en los que se ha tratado de automatizar procesos judiciales mediante la aplicación de algoritmos e inteligencia artificial para agilizar las decisiones judiciales. Así, en Estados Unidos se ha analizado la aplicación de algoritmos de aprendizaje automático (machine learning) que predigan eventos tan importantes como la probabilidad de cometer un crimen una vez se conceda la solicitud de asilo.
Según nos cuenta Pablo Bretos, experto en big data y machine learning en la Universidad de Harvard, los investigadores plantearon una predicción de eventos binaria (asilo concedido o no concedido) usando técnicas de random forest, con un acierto del 82 % de los casos. Se introdujeron 137 variables que pudieran explicar el resultado de las solicitudes de asilo. Los resultados muestran cómo las decisiones que se tomaron en los últimos años estuvieron influenciadas por factores externos a la solicitud de asilo, como el juez o las noticias
Para el experto este caso plantea preguntas importantes: «¿Si se programase un algoritmo perfecto que decidiera sobre las solicitudes de asilo, se debería usar? o ¿conseguir el algoritmo perfecto es imposible, porque son los humanos los que los programan y deciden que variables incluir, y por lo tanto es en sí mismo injusto?».
China también ha avanzado en el uso de la inteligencia artificial con el desarrollo de una tecnología, según comenta el South China Mornig Post, capaz de imputar ocho delitos comunes basándose en la descripción verbal del caso con un 97 % de fiabilidad. La tecnología es capaz de imputar los delitos más comunes de Shanghái (fraudes en tarjetas de crédito, juego ilegal, conducción temeraria, lesiones intencionadas, fraude, robo o delitos de disidencia contra el Estado) sustituyendo la figura del fiscal. Ya hay fiscales chinos que utilizan una herramienta informática que permite analizar la solidez de una prueba o la peligrosidad de un sospechoso.
Agilidad y eficacia
Así, el proyecto que se inicia en España tiene enormes posibilidades que puedan ayudar a agilizar la Justicia y a resultar más eficaz. Identificar procedimientos que responden a unas pautas tasadas y que las resoluciones judiciales se beneficien de un automatismo agilizando el procedimiento debería ser una de las prioridades. De hecho, algunos tribunales de justicia ya trabajaban desde hace muchos años con plantillas de sentencias sobre temas repetitivos o que cumplían unas determinadas pautas. Identificar supuestos que, bien por el acuerdo de las partes (matrimonio de mutuo acuerdo p.e), bien por ser reclamaciones masivas cuya respuesta es idéntica, bien porque la respuesta judicial tienda a ser meramente objetiva sin ningún tipo de discrecionalidad pueden ser objeto de una aplicación inicial.
Otros modelos requerirán de estudios sobre su viabilidad y eficacia. Aventurarse a hablar de jueces robots puede resultar algo temerario, pero seguro que existen un gran número de procedimientos en los que se pueden aplicar automatismos y procesos inteligentes.
El artículo de La Razón habla de herramientas que ayuden a leer los grandes procedimientos y agilizar las diligencias y la instrucción de los mismos. Herramientas que ayuden a los trabajadores de la administración de justicia e, incluso, a los propios abogados.
Es cierto, que cuando se habla de este tipo de proyectos los simplificamos en visiones futuristas de robots jueces y una inteligencia artificial capaz de resolver cualquier tipo de problema legal. No sé si llegaremos a ver resultados de este tipo, pero para alcanzar unos objetivos meritorios se tiene que arrancar con proyectos bien cimentados, con una alta seguridad y fiabilidad, no solo por el correcto funcionamiento de la Administración de Justicia, sino por la necesaria credibilidad y seguridad que tienen que percibir los administrados.
Todo esto sin olvidar los principios que tienen que inspirar todo el proceso de digitalización, tal y como definió la Comisión Europea en 2020: «respeto de los derechos fundamentales, como el derecho a la protección de los datos personales, a un juez imparcial y a una tutela judicial efectiva, así como los principios de proporcionalidad y subsidiariedad» y con la valoración correspondiente de los riesgos en la implantación de la inteligencia artificial (Proyecto de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo).
Todo un reto. ■