nº 984 - 28 de abril de 2022
Reseña de la obra ‘Desgracia’, de J.M. Coetzee (1999)
Ainara Esandi Herrero. Estudiante de 2º curso del Grado en Derecho + especialidad económica (Universidad de Deusto. Bilbao)
Estamos ante una novela publicada en 1999 por John Maxwell Coetzee, ganador del Premio Nobel de Literatura. Asimismo, la novela ha sido galardonada con el Premio Booker. Cabe destacar que, con el título, Desgracia, el autor nos hace un spoiler de lo que nos vamos a encontrar a lo largo de las 272 páginas que conforman la novela.
El libro nos narra la historia de David Lurie, docente en la Universidad de Ciudad del Cabo, a quien podemos describir como un hombre solitario y egocéntrico con un gran complejo de superioridad. El protagonista, a raíz del abandono de su meretriz se obsesiona con una de sus alumnas llamada Melanie Isaacs, a quien acosa sexualmente; cuando se descubre este suceso se ve obligado a dejar la docencia. Se podría señalar que ese abandono es el desencadenante de las consecutivas desgracias.
En este punto David Lurie decide viajar a ver a su hija Lucy, quien reside en un ambiente rural, y allí será víctima de más desgracias. La trama se desarrolla como una especie de péndulo que va de un lado a otro, cambiando de localización y los papeles de víctimas y verdugos; David Lurie, quien fue violador, ahora se convertirá en víctima a través de la violación grupal que sufre su hija.
Lucy decide no contar a la policía lo sucedido, mostrando desconfianza en el sistema judicial, lo cual podría encontrar su explicación en la época y el lugar en los cuales el autor ha fijado la historia. Percibimos cómo el mismo delito es concebido por nuestro protagonista de dos formas distintas. Sin embargo, en ambos casos vemos que los culpables no reciben ninguna pena. El autor busca provocar en el lector un sentimiento de rabia por la injusticia que genera que los culpables resulten impunes. Las desgracias de Lucy no acaban con la violación, puesto que posteriormente descubriremos más consecuencias relacionadas directamente con este hecho, que van a marcar la vida de este personaje.
A lo largo de su estancia con Lucy vemos cómo la personalidad de David va transformándose, incluso pasa de odiar a los animales a sentir empatía por ellos. Al final de la novela el autor no nos aporta pistas para determinar qué tipo de hombre acaba siendo el personaje, sino que deja al arbitrio del lector juzgar si realmente ha cambiado o, por el contrario, David sigue siendo el mismo hombre que al principio de la novela.
En definitiva, se trata de una novela que destaca por su buena redacción y en la que el autor decide dejar algunos aspectos poco determinados para conceder al lector cierto margen de interpretación. Resulta interesante cómo esta novela consigue provocar sentimientos en el lector y a su vez evocar la convivencia entre distintas culturas, e incluso se podría hablar de la necesidad de hacer justicia y reivindicar los derechos de la mujer. ■