nº 984 - 28 de abril de 2022
Semejanzas y diferencias entre ESG y RSC
Íñigo Cisneros. Socio de RocaJunyent
El concepto Responsabilidad Social Corporativa (RSC) empezó a utilizarse, inicialmente, en la década de los setenta, en Estados Unidos, con la intención de extender el fin social de las empresas más allá de obtener rentabilidad para sus propietarios.
La RSC pretendía unir los intereses de la organización con los intereses de sus grupos de interés, es decir el compromiso voluntario de las empresas con el desarrollo de la sociedad y la preservación del medio ambiente. La Comisión Europea en 2001 publicó el «Green Book» en el que definía RSC como «la integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores», concepto que fue actualizado en 2011, agregando que la RSC es «la responsabilidad de las empresas por su impacto en la sociedad».
Por otro lado, los factores ESG (que responden al acrónimo inglés Environmental, Social and Governance) son más recientes en su concepción e inicialmente estaban pensados en el ámbito de los mercados de capitales.
Entre los legados que nos dejó Kofi Annan, el que fuera secretario general de las Naciones Unidas, está la iniciativa del Pacto Mundial de 2004, cuyo fin era fomentar la integración de los factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo en los mercados de capitales. El informe resultante, Who Cares Wins, expuso la tesis de la inversión sostenible y es aceptado como el origen de los factores ESG.
Lo cierto es que el concepto RSC ha ido evolucionando y se ha focalizado en lo que las empresas hacen para mitigar su impacto social. Hoy la RSC se vincula más con programas sociales no necesariamente vinculados a la actividad de la empresa que con, por ejemplo, la gestión integra y ética de las empresas en sus procesos de globalización, la identificación de nuevas oportunidades de negocio sostenible, o la gestión de riesgos derivados del negocio en aspectos sociales, económicos o ambientales.
RSC implica que parte de los beneficios de las empresas sean devueltos a la sociedad a través de la filantropía y los esfuerzos caritativos. Las empresas realizan donaciones para organizaciones benéficas, actuaciones filantrópicas y actuaciones de voluntariado en las que implican a las personas que forman dichas empresas, de modo que benefician a la sociedad a la vez que impulsan la reputación de sus propias marcas. En nuestro sector, el de los despachos de abogados, son los llamados casos «pro bono».
La norma ISO 26000 aclara qué es la responsabilidad social y ayuda a las organizaciones a traducir los principios de la RSC en acciones prácticas. La norma se dirige a todo tipo de organizaciones, independientemente de su actividad, tamaño o ubicación.
ESG es más amplio que RSC ya que busca que, en un mundo más globalizado, interconectado y competitivo, la forma en que se gestionan las cuestiones medioambientales, sociales y de gobierno corporativo se integren en la estrategia de las empresas para competir con éxito.
Las empresas que obtienen mejores resultados en estas cuestiones pueden aumentar el valor para el accionista, por ejemplo, gestionando adecuadamente los riesgos, anticipándose a las medidas reglamentarias o accediendo a nuevos mercados, al tiempo que contribuyen al desarrollo sostenible de las sociedades en las que operan. Además, estas cuestiones pueden tener un fuerte impacto en la reputación y las marcas, una parte cada vez más importante del valor de la empresa.
La reforma del Código de Buen Gobierno de Sociedades Cotizadas de la CNMV abandona el concepto de Responsabilidad Social Corporativa y lo sustituye por el de Sostenibilidad, al ser este más amplio y utilizado actualmente, al referirse a los aspectos medioambientales, sociales y de gobierno corporativo.
Podemos concluir que el concepto RSC ha quedado integrado en el de ESG. El concepto inicial de RSC está alineado con los criterios ESG, baste decir que la anteriormente citada ISO define que el objetivo de la RSC es contribuir al desarrollo sostenible e indica que el desempeño de una organización en relación con la sociedad en la que opera y con su impacto sobre el medio ambiente, se ha convertido en una parte crítica al medir su desempeño integral y su habilidad para continuar operando de manera eficaz. En parte, esto es reflejo del creciente reconocimiento de la necesidad de asegurar ecosistemas saludables, equidad social y buena gobernanza de las organizaciones. Es decir, esta definición ya recoge los tres factores ESG. Ha sido la evolución popular del concepto RSC, como mencionábamos arriba, la que lo ha llevado a un ámbito más filantrópico y quizás por ello surgió el concepto ESG para restaurar el concepto inicial de asegurar ecosistemas saludables, equidad social y buena gobernanza de las organizaciones. ■