nº 987 - 28 de julio de 2022
«Con la Reforma Concursal el impulso inicial viene dado por el BOE: no es un cambio cosmético, sino un nuevo derecho concursal»
Alfonso Muñoz Paredes. Magistrado del Juzgado de lo Mercantil n.º 1 de Oviedo
«Un nuevo derecho merece una nueva forma de enseñarlo. Hemos huido de los cursos tradicionales, que parecen una maratón (para profesor y alumno), plagados de documentación, de ejercicios…»
«Lo que teníamos hasta ahora no funcionaba. Las estadísticas revelan que no se salvaban (suficientes) empresas»
Alfonso Muñoz Paredes, magistrado del Juzgado de lo Mercantil núm. 1 de Oviedo y magistrado Especialista CGPJ en materia mercantil, aborda en esta entrevista las novedades que se esperan acerca de la Reforma Concursal.
Usted dirige el Curso sobre la Directiva de Reestructuración y Reforma Concursal. ¿Qué aprendizaje va a recibir quien lo reciba?
Usted mismo ha mencionado la clave, «aprendizaje». Aprender es un proceso. Requiere en quien lo recibe voluntad y motivación. Voluntad para iniciar el proceso y motivación para concluirlo. Como todos, yo he sido profesor y alumno. De hecho, más alumno que profesor. Y sé que es más fácil lograr el impulso de apuntarse a un curso (la materia es indiferente), que conseguir mantener la motivación durante el mismo. Sostener el impulso en el tiempo es lo difícil.
Le entiendo. ¿Y cómo se logra mantener ese impulso, esa motivación en el tiempo?
Con la reforma concursal el impulso inicial viene dado por el BOE: no es un cambio cosmético, no es un lifting normativo, sino un nuevo derecho concursal. Y eso es mucho decir, porque hablamos del derecho moderno que ha sufrido más reformas. Pues de todas, esta es la más importante. Con las otras podías ir «trampeando», cogiendo conocimientos de aquí y de allá con el trabajo diario sin que se te notase demasiado. Con esta reforma eso no funciona. O te pones a ello o la reforma te lleva por delante y quedas fuera del circuito. Y una vez que el tiovivo del nuevo derecho se pone en marcha es muy difícil subirse. Hay que hacerlo ahora, justo cuando se ha parado y todos empezamos de cero.
Me comentaba usted antes de comenzar esta entrevista que el formato es muy novedoso.
Creo que un nuevo derecho merece una nueva forma de enseñarlo. Hemos huido de los cursos tradicionales, que parecen una maratón (para profesor y alumno), plagados de documentación, de ejercicios…Y optado por un formato íntegramente en videos, que puedes ver en cualquier sitio y momento. Y completado con un sistema de tutorías en directo.
¿Y con un sistema íntegramente en videos se puede aprender con profundidad?
Mire, yo he enseñado derecho concursal hasta a ingenieros, que no sabían nada de derecho y menos aún de derecho concursal. Y lo han entendido y aprendido. Sin más material que una tiza y una pizarra. Si me llegan a dar un video, hoy serían ingenieros en derecho concursal, si me permite la broma. Estamos acostumbrados a hablar de la memoria fotográfica, asociándola al papel escrito. Pero es más fuerte la combinación de sonido e imagen. Y como la memoria se ejercita y crece con las repeticiones, aquí puedes ver el video, pararlo, arrancarlo de nuevo, todas las veces que quieras. Y por si fuera poco, con tutorías en vivo. Ya me habría gustado a mí que me enseñaran así el derecho concursal.
Sin entrar en profundidades. ¿Le gusta la reforma?
A priori las reformas no nos gustan. Nos sacan de nuestro espacio de confort. Hay que juzgarlas con el tiempo. Lo que sí puedo decirle es que lo que teníamos hasta ahora no funcionaba. Las estadísticas revelan que no se salvaban (suficientes) empresas. Si se ha acertado o no el tiempo lo juzgará. Pero tampoco me gusta esquivar la pregunta. Así que voy a permitirme un pequeño grado de imprudencia: creo que las estadísticas no van a variar sustancialmente. Al menos en 5 años. Porque es un cambio de cultura que ha de ser transmitido, más que a los profesionales, al empresario. Mientras el empresario no vea el derecho concursal y preconcursal más como una solución que como un tormento, las estadísticas seguirán condenando al derecho concursal. Una condena injusta, pero condena, al fin y al cabo. ■
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