nº 990 - 24 de noviembre de 2022
La reforma se estrena con un fuerte incremento de los concursos empresariales
Las solicitudes de concurso han ido aumentando en los últimos meses hasta rozar los 900 procedimientos en octubre (896), un 53,1 % más que en el mismo mes del año pasado
Entre enero y octubre, el número de concursos aumentó un 19 % respecto al mismo periodo de 2021
Según la forma jurídica, el 92,4 % de las empresas concursadas son Sociedades de Responsabilidad Limitada
Había que esperar a su entrada en vigor el pasado 26 de septiembre, para comenzar a ver si la reforma concursal verdaderamente cumple sus objetivos de agilizar el procedimiento concursal, acortando plazos, y ofrecer alternativas a la liquidación de empresas, poniendo el foco en los procesos pre-concursales y de reestructuración empresarial, así como una mayor utilización de los instrumentos de segunda oportunidad.
La incógnita a despejar era si con estas modificaciones verdaderamente se reduce el número de concursos que, debido a la coyuntura económica actual, se prevé que vaya a ser muy elevado. Cabe recordar además que el nuevo Libro Tercero (procedimiento especial para microempresas), no entrará en vigor hasta el 1 de enero de 2023, salvo el apartado 2 del art. 689, que lo hará cuando se apruebe el reglamento a que se refiere la disposición transitoria 2ª de la ley 17/2014.
Pues bien, los primeros datos no son en absoluto alentadores; las solicitudes de concurso, que desde principios de julio volvieron a ser obligatorias para las empresas en situación de insolvencia, han ido aumentando en los últimos meses hasta rozar los 900 procedimientos en octubre (896), un 53,1 % más que en el mismo mes del año pasado y una cifra no vista desde 2013, cuando la economía española sufría los últimos coletazos de la crisis financiera. Así se refleja en el Estudio sobre Concursos y Disoluciones, elaborado por la compañía de información de empresas Informa D&B. Además, y según el citado informe, las disoluciones empresas han alcanzado en octubre la cifra de 2.076, un 8 % más que en el mismo mes del pasado año y un 25 % más que en el mes de septiembre.
Entre enero y octubre, el número de concursos aumentó un 19 % respecto al mismo periodo de 2021, hasta alcanzar los 5.879, una cifra sin parangón desde los 5.941 registrados en los diez primeros meses de 2014 y una cifra superior en un 60,5 % a los niveles previos a la pandemia.
Datos avalados por los registradores
Las conclusiones relativas al alza de los concursos plasmadas en el estudio de Informa D&B vienen avaladas por otros informes, entre los que destaca el hecho público recientemente por el Colegio de Registradores. Según sus datos, el tercer trimestre de 2022 (julio-septiembre) el número de deudores concursados alcanzó la cifra de 3.108, lo que supone un aumento del 30 % respecto al mismo período del año anterior, y un 9 % respecto al trimestre anterior.
Por tipo de concurso, son voluntarios 1.829 (un 54,5% más que en el tercer trimestre de 2021), consecutivos 1.256 (un 5,3% más), y necesarios 23 (un 76,9% más que en el segundo trimestre de 2021). Por clase de procedimiento, los concursos exprés (apertura y cierre simultáneos del mismo por insuficiencia de masa activa), han aumentado un 69 %, mientras que los abreviados lo han hecho en un 11,5 %, y los ordinarios a su vez un 21,1 %.
De los 3.108 deudores concursados en el tercer trimestre, 1.432 son empresas personas jurídicas, 867 son personas físicas con actividad empresarial, y 809 son personas físicas sin actividad empresarial, lo que supone el 46,1 %, 27,9 % y 26 % respectivamente, del total de deudores.
Además:
- El número de empresas personas jurídicas concursadas aumentó un 55,8 % en el tercer trimestre de 2022 respecto al mismo periodo del año pasado.
– Según la forma jurídica, el 92,4 % de las empresas concursadas son Sociedades de Responsabilidad Limitada.
– El 48 % de las empresas concursadas se encuentra en el tramo más bajo de volumen de negocio (hasta 250.000 euros) y son, principalmente, Sociedades de Responsabilidad Limitada.
Un poco de historia legislativa
El texto refundido de la Ley Concursal que entró en vigor hace unos dos años ya supuso un cambio muy importante sobre la anterior Ley de 2003, pero nació bajo la sombra de la Directiva (UE) 2019/1023 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de junio de 2019, sobre marcos de reestructuración preventiva, exoneración de deudas e inhabilitaciones, y sobre medidas para aumentar la eficiencia de los procedimientos de reestructuración, insolvencia y exoneración de deudas (la también llamada, Directiva sobre reestructuración e insolvencia), cuyo plazo para su trasposición finalizaba este verano.
Entre medio llega la pandemia y ante esta nueva y extraordinaria situación se van aprobando sucesivas moratorias concursales con el objetivo de que la paralización coyuntural de la actividad económica que conllevaron las medias anti-covid no provocasen la necesidad de convocar concursos ante situaciones de insolvencia creadas por esta situación. Pero dichas moratorias acabaron el pasado 30 de junio.
Esta fecha, el 30 de junio, coincidía prácticamente con el fin del plazo de trasposición de la Directiva, por lo que parecía ser la fecha tope para que ya estuviesen vigentes las reformas oportunas del texto refundido de 2020. Pero, a pesar de las intensas negociaciones previas, en las que se presentaron más de 600 enmiendas, la agenda y la «aritmética» parlamentaria lo complicó. Se apuró hasta el pleno del Congreso de finales de junio la aprobación de un texto que pasó al Senado para su aprobación definitiva, pero tres enmiendas al texto en la Cámara Alta impidieron que pasase al BOE y tuviera que volver al Congreso. Es a finales de agosto, en un intenso pleno extraordinario, en el que se aprueba el texto definitivo (rechazándose las enmiendas del Senado) como paso previo a que el BOE diera oficialidad al texto con su publicación. Finalmente es el 6 de septiembre el día en el que el BOE publica el texto de la reforma bajo el nombre de la Ley 16/2022, de 5 septiembre.
Durante este largo periplo mucho se ha hablado ya de esta reforma, de sus luces y sus sombras, de sus novedades largamente esperadas y otras que, aunque esperadas, al final no han llegado a plasmarse en el texto. ■