nº 995 - 27 de abril de 2023
Integrar la inteligencia artificial en la gestión del despacho
Fernando J. Biurrun. Consultor Social Media. Fundador Lawandtrends.com
En el proceso de consulta y de comunicación con la AI se pueden trasladar hechos, datos e informaciones asociadas a los clientes
Todo lo que salga de consultar la herramienta de AI necesita la supervisión de los abogados para que sea dada por buena
Hace unas semanas Allen & Overy comunicaba que estaba introduciendo a nivel global un chatbot de inteligencia artificial y que en los próximos meses llegará a sus oficinas españolas.
Tras una prueba realizada por 3.500 letrados y más de 40.000 consultas realizadas, la firma internacional se ha decidido a dar el salto de instalar la inteligencia artificial denominada Harvey AI en las diferentes sedes para que los abogados puedan realizar con esta herramienta tareas muy diversas, como pueden ser los borradores de contratos o de informes legales, resumir jurisprudencia… La AI ha sido especialmente entrenada con textos legales, por lo que los usuarios van a contar con un asesor especializado.
La eficacia de los resultados ha llevado a Allen & Overy a tomar esta decisión, estando seguros de que permitirá aportar valor e innovación a los clientes.
Según fuentes del despacho, no supondrá recortes de plantilla y esperan que la implantación de la AI suponga al menos con el tiempo un ahorro de energía y recursos.
Es estas últimas semanas, también, algunos despachos han ido comentando cómo sus abogados han empezado a experimentar con ChatGPT bajo supervisión o han empezado a desarrollar bajo este servicio algunas soluciones. Todo esto unido a Legaltech que ofrecen servicios de AI especialmente desarrolladas al sector jurídico.
Confidencialidad de la información de los clientes
Entre las dudas que empiezan a fluir en el uso de la Inteligencia Artificial están las relacionadas a la confidencialidad, es decir, a aspectos deontológicos de la profesión legal. En el proceso de consulta y de comunicación con la AI se pueden trasladar hechos, datos e informaciones asociadas a los clientes. Es evidente que es diferente si los servicios de AI son propios o los proporciona un tercero, como puede ser ChatGPT. En este caso, el proveedor de la solución de AI va a conocer y almacenar toda la información que se le proporcione.
Los términos y condiciones de uso de ChatGPT establece que cualquier contenido compartido mediante ChatGPT puede revisarse y no es privado. Y advierte: «No comparta ninguna información confidencial en sus conversaciones». Y en la sección de seguridad insiste: debe «hacer esfuerzos razonables para evitar la divulgación inadvertida o no autorizada, o el acceso no autorizado a, información relacionada con la representación de un cliente».
Así, los abogados pueden utilizar ChatGPT para realizar investigaciones jurídicas generales, redactar y obtener ideas, pero no deberían proporcionar detalles específicos del caso de un cliente y, mucho menos, proporcionar información personal o confidencial.
Supervisión en el uso de la AI
Como hemos mencionado anteriormente, algunos despachos han comenzado a experimentar en el uso de la AI abierta. De la experiencia de uso de ChatGPT la primera conclusión es que cuando se le hacen preguntas legales o se le solicita la redacción de un contrato no se puede fiarse del resultado. Aunque la respuesta puede ser aparentemente correcta, los textos tienen muchas vaguedades, impresiones, además, de la ausencia de fuentes legales y jurisprudenciales.
En este sentido, desde Alley & Owen advierten que todo lo que salga de consultar la herramienta necesita la supervisión de los abogados para que sea dada por buena.
De hecho, existe el riesgo de que la Al tienda a rellenar información con datos de su propia invención. Los despachos deben asegurarse de que aquellos en su organización que usan una Inteligencia Artificial, tanto abogados como no abogados, estén debidamente capacitados y entiendan las consideraciones éticas que rodean su uso. Las respuestas pueden ser imperfectas e incluso problemáticas
La respuesta de la AI va a depender de los datos con los que ha sido entrenada y esto va a acondicionar, en gran media, sus respuestas. La información legal de cada ordenamiento jurídico es totalmente diferente, los matices de los textos legales y su interpretación varía considerablemente según los casos. Si los repositorios de entrenamiento no son lo suficientemente amplios, las repuestas pueden tener muchas incongruencias.
Así, no solo es necesario una supervisión de los resultados de la herramienta, sino también de los usuarios que inicialmente puedan hacer uso de ellos, sobre todo cuando no son expertos. ■