nº 997 - 29 de junio de 2023
La transformación de los servicios legales, ¿un círculo virtuoso?
Margarita Salvador. Asociada Principal del área de Legal Managed Services de Deloitte Legal
Despachos y asesorías jurídicas han trabajado conjuntamente para desarrollar servicios legales con el foco puesto en la eficiencia, la obtención de la visión end to end y la reducción de costes
Estamos observando la aparición de nuevas tendencias, impulsadas por las asesorías jurídicas, que exigirán una nueva evolución «transformadora» de los servicios legales existentes
En los últimos tiempos se ha hablado mucho sobre cómo la incorporación de las plataformas de legaltech a los servicios prestados por los despachos de abogados actuó como palanca para transformar los servicios legales. En algunos los casos, con la finalidad de generar nuevas formas de aportar valor a sus clientes y ofertar nuevas tipologías de servicios que les permitieran diferenciarse de sus principales competidores. En otros, como única forma de poder ofrecer sus servicios al precio que demandaba el mercado, manteniendo su rentabilidad.
Para ello, los despachos de abogados tuvieron que realizar un verdadero cambio cultural en la forma de entender la prestación de los servicios legales, que fue acompañado por el desarrollo de nuevas habilidades y la eliminación de resistencias a la utilización de tecnología, la incorporación de nuevos perfiles y la eficientación de los procesos.
Esta transformación se trasladó a las asesorías jurídicas, algunas de las cuales se encontraban inmersas en su propio proceso de «sofisticación». Y, desde ese momento, despachos y asesorías jurídicas han trabajado conjuntamente para desarrollar servicios legales con el foco puesto en la eficiencia, la obtención de la visión end to end y la reducción de costes.
Personalización, máxima automatización y calidad del servicio son las nuevas tendencias que impulsan la transformación
A día de hoy, la práctica totalidad de los servicios legales que se prestan son eficientes, competitivos en precio y permiten obtener la visión global del proceso. Sin embargo, tales atributos ya no son una palanca de venta, sino el requisito mínimo indispensable para continuar compitiendo en el mercado.
Desde hace unos meses, estamos observando la aparición de nuevas tendencias, impulsadas por las asesorías jurídicas, que exigirán una nueva evolución «transformadora» de los servicios legales existentes. Y, como no puede ser de otra forma, los sistemas de inteligencia artificial jurídica tendrán un papel protagonista.
La primera tendencia es la personalización de los servicios legales. Las asesorías jurídicas exigen cada vez más al mercado servicios que se adapten completamente a su estructura, circunstancias, necesidades y riesgos específicos. En consecuencia, aquellos servicios de alta escalabilidad en los que el mismo contenido es consumido por clientes de diferentes sectores y características se deberán reconvertir en servicios personalizados en los que el cliente únicamente acceda al contenido que le interesa. Y ello, además, a un precio competitivo.
La segunda tendencia observada en la automatización máxima, que consiste en automatizar el proceso todo lo posible desde el punto de vista técnico y limitar la intervención humana exclusivamente a aquellos puntos del mismo en los que el abogado aporta un verdadero valor. Así, aquellos proveedores que sigan utilizando personas para la realización de tareas susceptibles de ser automatizadas y, por tanto, en las que su participación no aporte un verdadero valor tendrán dificultades para seguir compitiendo en el mercado.
La tercera tendencia la encontramos en la recuperación de la calidad como driver de la contratación. La fuerte presión del mercado hacia la reducción de costes convirtió al precio en el driver principal (y, en ocasiones, único) de contratación. Aunque la calidad del servicio se encontraba implícita, ello supuso, en la práctica, la asunción de determinados porcentajes de error en la prestación del servicio con los que las asesorías jurídicas no estaban acostumbrados a trabajar. Ante ello, las asesorías jurídicas están exigiendo de nuevo que los servicios se presten con la máxima calidad y, aunque el precio sigue siendo hoy un componente esencial a la hora de adjudicar un contrato, ya no es el único.
¿Nos encontramos ante un círculo virtuoso?
La evolución de los servicios legales hacia servicios personalizados, de alta calidad y altamente automatizados exigirá a los proveedores de servicios jurídicos reformular su oferta de servicios. Ello, a su vez, impactará en el día a día de las asesorías jurídicas y, con toda certeza, volverá al mercado jurídico en forma de nuevas tendencias que exigirán a los despachos una nueva «vuelta de tuerca» a la forma de prestar sus servicios, formando así un círculo virtuoso cuyas fuerzas se retroalimentan y potencian recíprocamente.
Para que este círculo siga funcionando, será imprescindible que todos los intervinientes en el mercado continúen invirtiendo en innovación e incorporando a su oferta de servicios los nuevos sistemas de inteligencia artificial jurídica y futuras tecnologías que con toda seguridad vendrán, y cuya aplicación al sector legal todavía no alcanzamos a vislumbrar. ■