Listo, ponte en mi lugar

Hemos quedado en que la gestión del conocimiento es importante en un despacho , ¿no? Los despachos grandes tienen un documentalista, pieza clave en lo que a bibliografía, leyes y doctrina autorizada se refiere. Pero una persona así pueden costearla empresas con una facturación importante. Los pequeños en tamaño tienen que servirse de otro tipo de recursos, sobre todo las bases de datos jurídicas.

Estas bases de datos, en términos generales, parten de una doble premisa: textos normativos completos, y jurisprudencia; con posibilidad de cruzarlas.

La fuerza del tiempo, y lo reducida que es, en la práctica, la comunidad jurídica española, ha hecho que los argumentos se repitan. Cierto es que el continuado ejercicio de la profesión facilita el adquirir unas competencias extraordinarias, que también redundan en la agilidad de la redacción de demandas y demás documentos para el juzgado.

La habitualidad en el manejo del lenguaje jurídico-procesal y las repetidas consultas a la normativa, son factores que propician una plena capacidad para redactar un buen escrito de demanda.

Un magistrado comenta a Legal Today "me encuentro con demandas hechas como con una plantilla, con considerandos que se repiten a los largo de los meses, y de los diferentes juzgados que he ido ocupando desde que tomé posesión de mi primer destino". "Me da que pensar –sigue este magistrado– que el talento de los abogados se quede encerrado de esa manera en demandas que se repiten una y otra vez". "Las bases de datos necesitan un cambio de óptica, para ayudar al profesional, sin hacerle entrar en bucles".

Las bases de datos llegan donde pueden. Si hablaran, dirían ¡listo, ponte en mi lugar! ¿Hace falta, entonces, estudiar más?, ¿o dinamizar las bases de datos?, ¿qué óptica hay que añadir?