
Parece que fue ayer cuando en el año 1849 doña Concepción Arenal se disfrazó de hombre para estudiar Derecho en la Universidad de Madrid, desde entonces hasta ahora muchas han sido las afortunadas en licenciarse o graduarse en esa asombrosa carrera, cumpliendo la mayoría de ellas un gran sueño, aunque lo cierto es que nadie les advirtió que la carrera de fondo comenzaría después de la universidad.
Sin duda, la mujer en el sector jurídico desde siempre ha tenido un papel fundamental en la sociedad, papel que cada vez resulta más relevante, no sólo porque su voz lo es, sino porque su dedicación y valentía es necesaria en la resolución de los conflictos jurídicos. La mujer jurista arroja una luz especial en la oscuridad del conflicto jurídico, dado que sus conocimientos junto con el buen hacer, su fortaleza y la capacidad de empatizar que le caracteriza –entre otras muchas cualidades a destacar– en la mayoría de los casos supone una voluntad necesaria para que la solución jurídica desde la práctica del derecho sea efectiva y eficiente.
En los últimos tiempos, a diferencia de las mujeres de la historia que han luchado por nuestros derechos, como: Soledad Gustavo, Carmen de Burgos, Teresa Claramunt, María Cambrils, Emilia Pardo Bazán, Federica Montseny, entre muchas otras mujeres que en su día con impulso e intrepidez alzaron la voz reivindicando el derecho al voto, al aborto, la educación, el divorcio y de asociación entre los más significativos, hemos asistido a un cambio de paradigma donde la mujer que hoy en día se dedica al sector jurídico tiene un papel diferente. Si bien es cierto que debe continuar luchando por sus derechos, ha dejado de verse sometida de una manera tan incondicional a la necesidad de generar un cambio en la sociedad gracias aquellas mujeres de la historia que ya lo hicieron por ellas. A pesar de ello, la mujer en el sector jurídico en el día de hoy se enfrenta a otro tipo de retos no menos relevantes, desafíos del día a día que no únicamente requieren de conocimientos y experiencia, de constancia y de formación continua, sino de algo que va más allá, esto es: del autocuidado personal y del amor propio, ambas cosas necesarias para poder ejercer cualquier profesión, sobre todo la jurídica que requiere de seguridad, confianza y de un autoestima sana para un buen hacer de su trabajo.
Hasta hace poco la agenda de una jurista se encontraba repleta únicamente de reuniones, firmas, plazos, cursos, congresos y un sinfín de quehaceres propios de su profesión, sin embargo, en los últimos años se puede apreciar que el sector jurídico femenino cada vez se encuentra más concienciado de la necesidad de dedicar tiempo al autocuidado personal tanto físico como mental, viéndolo como una herramienta imprescindible para el ejercicio de una profesión tan compleja como es la de la práctica del Derecho sea cual fuere la rama desde la que se ejerza. Además, no cabe duda, que con la entrada en vigor de la Ley 1/2025 de 2 de enero, de medidas de eficiencia del Servicio Público de Justicia, el autocuidado personal y gozar de una buena autoestima son herramientas que van a cooperar en la resolución de controversias a través de la mediación, la negociación o la conciliación de una manera más fluida y eficiente.
Tal vez las mujeres juristas de la historia no tuvieron tiempo de priorizar su autocuidado personal dadas las exigencias del propio contexto social, ya de que por sí se vieron precisadas a ser empoderadas y valientes en situaciones extremas e injustas que tuvieron, inevitablemente, que afrontar. Sin embargo, el papel de hoy de la mujer en el sector jurídico, además de seguir requiriendo de esa fuerza y valentía propia que le caracteriza, es una mujer que cada vez es más consciente de la necesidad de priorizase y cuidar de sí misma al ser esta la mejor manera de poder hacer frente a las exigencias propias del día a día de su profesión, sobre todo para la resolución de los asuntos jurídicos con cierta templanza y sabiduría –que aunque no son exigencias que dimanen de guerras mundiales, civiles o de situaciones de extrema desigualdad y de injusticia– sí que son desafíos diarios que tiene que afrontar tanto en el entorno laboral como en la resolución del conflicto en cuestión. Así pues, siendo el autocuidado personal, una herramienta necesaria que en su trabajo, al ser un proceso continuo que requiere atender las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y espirituales a través de hábitos que promuevan la salud y el bienestar propio, desde una buena alimentación hasta la actividad física y el manejo del estrés.
En definitiva, el papel de la mujer en la actualidad en el sector jurídico no es únicamente desarrollar con diligencia su profesión desde el manejo de la ley, sino también con sabiduría, seguridad y confianza fomentando su autoestima a través del autocuidado personal, a fin de poder hacer frente a los nuevos desafíos dimanantes del propio entorno y de la complejidad del asunto, permitiéndole desarrollar su profesión con templanza y motivación y –en el mejor de los casos– disfrutando de ello.
Fundación Aranzadi LA LEY te invita al ‘IV Encuentro Mujeres por Derecho’
Un año más queremos seguir celebrando contigo el éxito de la iniciativa Mujeres por Derecho mediante un evento muy especial en el que participarán representantes de los máximos órganos de dirección de entidades públicas y privadas.
La Fundación Ortega-Marañón será el escenario de la cuarta edición de ‘Mujeres por Derecho: ‘Inteligencia, Justicia e Igualdad’, un evento que se ha consolidado como una cita ineludible para reflexionar sobre los desafíos y oportunidades que enfrentan las mujeres en el sector jurídico en un contexto global en constante cambio. Organizado por la Fundación Aranzadi LA LEY, este encuentro se celebrará el próximo miércoles 11 de junio en Madrid en el corazón de la Fundación Ortega-Marañón (C/ Fortuny, 53 – 28010, Madrid), con la opción de seguirlo en streaming.
‘Mujeres por Derecho’ no solo busca visibilizar el talento femenino en el mundo jurídico, sino también generar un espacio de reflexión y acción para construir un futuro más justo e igualitario. Una cita que promete inspirar a todos los asistentes y marcar tendencia en la agenda del derecho y la igualdad. Las sesiones abordarán temas tan relevantes como los riesgos para la igualdad en el nuevo escenario geopolítico, el impacto de la tecnología en el crecimiento profesional, y las metodologías restaurativas en justicia. Todo ello con la participación de figuras destacadas del derecho y la empresa, que compartirán sus conocimientos y experiencias en mesas de debate y ponencias inspiradoras.