Les agradecemos sinceramente su invitación para participar en esta iniciativa, de gran interés para nuestro Sector, y su sensibilidad al abordarlo y considerarnos así parte de la solución de esta crisis tan severa. En el contexto actual, los Despachos de abogados estamos afrontando una nueva realidad y sin duda nuevos retos. Tenemos que adaptarnos a las necesidades de nuestros clientes, y eso nos obliga a ser especialmente prospectivos; tenemos que ser más analíticos de lo que acostumbramos a ser, más aún si cabe. Hemos sido educados en la tesis de que toda crisis es sinónimo de oportunidad, de cambio. Estamos convencidos de que esta crisis sanitaria está dejando en nuestro Sector importantes aprendizajes y simultáneamente creemos que además nos propondrá enormes desafíos. Sin duda nos caracteriza nuestra determinación y carácter para hacer frente a las adversidades y a las situaciones de emergencia, en post del bienestar de nuestros clientes y además del de nuestros equipos y sus familias. No es sencillo, sin duda, pero estamos convencidos de que intentarlo, y desde luego conseguirlo, también imprime carácter y nos fortalece y cohesiona. Hemos leído y oído que de esta crisis saldríamos mejores. Nuestro Sector necesita salir mejor, sin duda; el Sector legal forma necesariamente parte de esa afirmación.
Nuestra visión del mercado legal para 2021 es la de un mercado plagado de enormes incertidumbres y de serias carencias por nuestra dependencia de una Administración siempre maltratada por los Poderes Públicos. El Sector legal ya había iniciado el proceso de digitalización y de incorporación de las nuevas tecnologías a sus organizaciones. La crisis ha acelerado ese proceso. Pero nos lastra la Administración de Justicia, porque es la gran olvidada; nos condiciona su parálisis por su perenne carencia de recursos. Los ritmos del Sector legal y de la Administración son diferentes, pero es obvio que los clientes no entienden nada semejante ni mucho menos lo aceptarán; necesitan resultados y soluciones, y los necesitan ya. Afrontamos serios problemas, porque la Administración no tiene medios para acompañarnos en ese reto.
En particular, en el área laboral, afrontamos múltiples cambios; vislumbramos enormes retos; algunos se habían puesto en marcha ya antes de la crisis y esta los ha acelerado, como la digitalización o la implantación del trabajo a distancia, entre otros; y aparecen otros son nuevos, aunque anunciados previamente, como las auditorías salariales o la transformación del Estatuto de los Trabajadores. Tenemos serias dudas de que sea el momento de sobrecargar a las empresas con nuevas obligaciones; no parece en absoluto que sea el mejor momento, sinceramente; podría haberse pospuesto, perfectamente, porque, siendo temas relevantes, sin embargo no son prioritarios. Y sobre todo porque ninguna de esas novedades va a resolver los problemas inmediatos que deben afrontar las empresas. El reto es salvar empleos y garantizar la viabilidad de tantas empresas como seamos capaces.
Las dos principales fortalezas de nuestro despacho ante la nueva situación son contar con un gran equipo humano y el aprendizaje que está suponiendo este momento, que ya nos ha hecho y continuará haciendo mutar nuestras prioridades. Estamos marcadamente orientados, por convicción, al servicio a nuestros clientes, pero la crisis ha intensificado aún más si cabe esta tendencia, y creemos que lo hará aún más en los próximos meses. Mejorarlo requiere dedicación plena, un equipo cohesionado y con una sólida formación, así que no podemos descuidar, pese a la enorme carga actual de trabajo, el tiempo que dedicamos a instruirnos, porque solo así llegaremos más y mejor a nuestros clientes. Nos necesitan, y además y sobre todo precisan que les acompañemos en un momento de tanta incertidumbre en tantos aspectos que deben afrontar, y en particular con cambios constantes en la normativa legal que deben aplicar; en la era del acceso universal a la información, y a la desinformación al mismo tiempo, es decisivo que el cliente se sienta asesorado en todo momento por su despacho de confianza, para que, siendo capaz de diferenciar la realidad jurídica del ruido, pueda adoptar las mejores decisiones.
Los dos principales retos que nos hemos planteado a corto y medio plazo son, respectivamente,culminar nuestro proceso de orientación a las necesidades inmediatas del cliente; nos necesitan especialmente en estos momentos, así que tenemos que acertar en cómo y cuándo atenderles, anticipándonos en la medida de lo posible a sus inquietudes y a sus problemas; y nuestro Despacho debe concluir el proceso que ya habíamos iniciado de digitalización de nuestros servicios; el entorno de un Despacho de la nueva década es necesariamente digital y así continuar siendo competitivos.
Les reiteramos nuestro más sincero agradecimiento por habernos invitado a participar en esta iniciativa.
