Desde Women in a Legal World abogamos por que haya más mujeres líderes en cuanto a poder de decisión, responsabilidad y retribución en el sector legal.
En esta segunda década del siglo XXI nos encontramos ante cinco megatendencias que están revolucionando nuestra manera de vivir y suponen un cambio de paradigma global. En mi opinión, estas cinco megatendencias son las siguientes: la globalización, cuyos efectos estamos viviendo a través de la pandemia del coronavirus, que no ha dejado de amenazar ni un sólo rincón de la Tierra; la revolución tecnológica; los nuevos desafíos a los que se enfrenta la democracia liberal; el cambio climático y el desarrollo sostenible; así como el liderazgo de la mujer. Todos estos retos también suponen oportunidades y, en ese sentido, me gustaría destacar que el siglo XXI es el siglo de las mujeres.
Desde “Women in a Legal World” hemos analizado de manera pormenorizada que las mujeres no sólo accedemos a la universidad en igualdad de condiciones que nuestros compañeros, sino que además escogemos la carrera de Derecho en un porcentaje sensiblemente superior y tenemos también mejores expedientes académicos. Sin embargo, factores que serán muy interesantes de analizar, abocan a la mujer a ocupar un papel generalmente secundario en los niveles más elevados de poder de decisión, responsabilidad y retribución en la mayoría de las firmas de abogados y otras organizaciones vinculadas con el sector legal, como en la empresa, el sector público y las asociaciones sin ánimo de lucro.
Por ello, nuestra asociación tiene como misión promocionar el talento femenino en el sector legal bajo el firme compromiso y propósito de abogar por que haya más mujeres referentes y líderes en todos los ámbitos y especialidades jurídicas; Queremos más mujeres al frente de los despachos de abogados, en las presidencias y los consejos de administración del IBEX 35 y de otras compañías, al frente del servicio jurídico de las empresas, en la primera línea del Gobierno, el poder legislativo y el judicial, en puestos destacados en organismos internacionales, dirigiendo facultades de Derecho y escuelas de negocio, en fundaciones, asociaciones sin ánimo de lucro y ONGs, presidiendo el jurado de grandes premios de excelencia, en todos los medios de comunicación, en las mesas de debate, etc. En definitiva, ¡Queremos más mujeres en la primera línea de batalla donde se toman las decisiones importantes!
¿Cuál es nuestra realidad? España es uno de los mejores países del mundo para ser mujer. Nuestra Constitución trajo consigo en 1978 uno de los cambios sociológicos más importantes de los que hemos gozado en nuestra democracia: la igualdad ante la ley de todos los españoles, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de sexo, tal y como queda consagrado en el artículo 14 de nuestra Carta Magna.
Los datos avalan que, aunque vamos encaminados en la buena dirección, todavía nos queda mucho camino por recorrer; En los despachos de abogados el 56% de la plantilla son mujeres, el 49% son abogadas, pero sólo el 20% son socias y tan sólo el 5% son directivas. En el IBEX 35 sólo vemos a dos mujeres como presidentas (Ana Botín del Banco Santander y Beatriz Corredor de Red Eléctrica) y pocas consejeras delegadas como Mª Dolores Dancausa en Bankinter. En los consejos de administración del IBEX 35 se ha superado el objetivo fijado por la CNMV del 30% de mujeres consejeras en 2020, aunque todavía 14 empresas se encuentran por debajo del umbral. Hemos avanzado de 66 consejeras en 2011 a 139 en la actualidad y el código de buen gobierno de la CNMV ya tiene la vista puesta en el próximo objetivo que recomienda el 40% de mujeres consejeras en 2022. En cuanto a los cargos de máxima representación a nivel institucional en todo el mundo, las mujeres sólo alcanzan el 6% como jefas de Estado y el 7% como presidentas de Gobierno. En el Congreso de los Diputados, hay 199 diputados y 151 diputadas, lo que representa el 43,1%. En el seno de la Unión Europea, en los cotizados y conocidos como “top Jobs”, el papel de la mujer ya no se encuentra relegado a un papel secundario como es el caso de Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea y Christine Lagarde como presidenta del Banco Central Europeo.
¿Cuáles son los principales escollos que impiden que las mujeres sean referentes en todos los ámbitos de dirección, responsabilidad, gestión, decisión y retribución? Según el informe “Women in business”, la maternidad es la principal barrera para la igualdad. El Derecho nos protege, pero la realidad nos desborda. Tradicionalmente el cuidado de hijos, mayores o personas con discapacidad ha recaído principalmente en la mujer, así como las tareas domésticas del día a día. Estas circunstancias han llevado muchas veces a la mujer a la disyuntiva de tener que elegir entre ambas facetas de la vida, asunto que no les ocurre a los hombres jamás.
¿Qué podemos hacer? Nunca tener límites para ser lo que queramos ser. Nunca enterrar nuestros sueños. No queremos renunciar a ser madres, pero tampoco queremos renunciar a tener una carrera profesional plena y de éxito. Para lograr estos objetivos, desde “Women in a Legal World” estamos impulsando varias iniciativas, entre las que me gustaría destacar un programa de formación de liderazgo global para mujeres juristas con el objetivo de romper todos los “techos de cristal” que puedan surgir por el camino.
La Juez Ginsburg, defensora de los derechos de las mujeres en Estados Unidos, decía que su madre le dio un buen consejo, que coincide con el que mi madre también me ha dado desde que soy pequeña: trabajar para ser una mujer independiente. Desde la atalaya de la independencia contribuiremos a construir una mejor sociedad.
