En España, como en muchos otros países, el sector jurídico está dominado por un modelo de liderazgo masculino. No obstante, en los últimos años son las mujeres las que, en un porcentaje sensiblemente superior a los hombres, escogen la carrera de derecho y trabajan como abogadas en despachos profesionales.
Sin embargo, llega un momento en la carrera profesional de muchas mujeres en el que deciden formar una familia y, en numerosas ocasiones, se ven avocadas a tener que ver mermada la proyección de su carrera profesional. En bastantes ocasiones no es la mujer la que decide no seguir promocionando en su carrera profesional, sino que es la sociedad la que puede inducirle a ello. Por tanto, hay un problema muy claro basado en nociones preconcebidas arraigadas en la sociedad que condicionan a la mujer a abandonar el desarrollo de su carrera si quiere desempeñar adecuadamente el papel de madre y, por otra parte, existe un sistema que, aunque a lo largo de los años ha ido instaurando políticas de conciliación y flexibilidad, requiere una ingente capacidad de mejora.
El conflicto entre la vida familiar y laboral posee una enorme trascendencia no solo para la mujer sino también para la sociedad.
La deficiente aplicación de la conciliación es uno de los aspectos que ha frenado durante muchos años la progresión profesional y económica de la mujer. Por una parte, un elemento clave para la conciliación es la corresponsabilidad, es decir, la responsabilidad compartida, el hacer un buen equipo con tu pareja, ayudar y repartirse las tareas. Además, por otra parte, es necesario implementar una serie de medidas eficaces en las empresas que ayuden a potenciar la conciliación entre la vida familiar y profesional, pues es notoria la ausencia de estas.
En la mayoría de los supuestos, cuando se habla de conciliación, las opciones se limitan a ofrecer la reducción de jornada, lo cual implica renunciar a tiempo efectivo de trabajo, así como a la consecuente pérdida de ingresos y las dificultades de promoción profesional que ello genera.
En este sentido, se destaca el efecto negativo que ha dejado la cultura del presentismo, basada en la ocupación del puesto de trabajo durante largas horas con independencia de haber cumplido los objetivos deseados. Además, la brecha salarial existente es otro problema de relevancia. Muchas veces el sueldo que cobran los hombres es bastante superior a lo que cobran las mujeres, lo que es otro motivo por el cual la mujer se ve condicionada a tener que ser ella la que renuncie a alcanzar puestos de responsabilidad y dirección para poder atender al cuidado de los hijos. La proyección de la mujer también se suele ver mermada al no poder involucrarse en las oportunidades de captación de negocio, las cuales suelen generarse en muchos casos en eventos o encuentros de networking profesional, a los que suelen asistir más hombres que mujeres, puesto que generalmente son las mujeres quienes asumen más cargas familiares si no existe una corresponsabilidad bien definida.
Por tanto, para mejorar la conciliación en las empresas, deben implementarse medidas como pueden ser la flexibilidad, jornadas intensivas, horarios más racionales (cultura organizativa del trabajo, siendo necesario establecer límites que garanticen la desconexión en horario no laboral), trabajar para poner en valor el trabajo orientado a resultados por contraposición a la cultura del presentismo, potenciar las medidas de teletrabajo, o que la baja de paternidad y maternidad sea obligatoria,entre otras.
Para la consecución de tales objetivos es primordial que todos los trabajadores y en especial las generaciones más jóvenes demanden empresas que ofrezcan una mayor diversidad, flexibilidad e innovación. También es vital que haya una mayor concienciación a través de los medios de comunicación, al igual que los usuarios de servicios legales conozcan que los profesionales pueden estar también a su disposición por medio de herramientas tecnológicas como chats, correos electrónicos y servicios de videoconferencia.
Resulta de vital importancia educar en la corresponsabilidad a las futuras generaciones ya que es una tarea de todos en la que hombres y mujeres deben construir conjuntamente su futuro y compartir las responsabilidades familiares. Solo desde la educación y concienciación será posible encontrar hombres aliados en este camino.
Los miembros de Women in a Legal World (WLW) somos mujeres profesionales del sector legal que deseamos transformar el entorno en el que nos desenvolvemos, generando las condiciones que permitan que todos los profesionales, hombres y mujeres, tengan la misma oportunidad de brillar y conseguir el éxito en su carrera. Lo primero y más importante es que nos conozcamos unas a otras, que nos inspiremos recíprocamente, que animemos a las nuevas generaciones para que el sector en el que desarrollen su carrera tenga una fisonomía muy distinta a la actual, mucho más diversa, rica y equilibrada, y que nos ayudemos para conseguir compatibilizar la vida familiar con la promoción femenina en el sector legal. Además, en este desarrollo de implementación de la igualdad, en la asociación somos conscientes de la necesidad imperante de que los hombres nos acompañen en el mismo, por lo que, contamos con el apoyo inestimable de hombres que nos sirven de referente y ayuda en la consecución de nuestros objetivos, son los llamados Embajadores de la Igualdad WLW.
En conclusión, la conciliación ha pasado a ser un problema social, que incumbe tanto a hombres como a mujeres. Por tanto, para potenciar el talento femenino y conseguir que la proyección profesional de las mujeres no se vea mermada, se debe trabajar duro para conseguir unas medidas eficaces de conciliación, educar en la corresponsabilidad y trabajar en contra de los estereotipos. Para conseguir terminar con ese sesgo de género, es necesario la unión de todas y que los hombres formen parte de la solución, siendo imprescindible que hombres y mujeres vayamos de la mano para conseguir una igualdad real.
