Soy abogada, en ejercicio, del Ilustre Colegio de la Abogacía de Barcelona desde el año 2002 y me he dedicado desde entonces a esta profesión, a excepción del periodo 2011-2013, en el que ejercí como Jueza Sustituta en Girona.
Si tuviera que destacar qué ámbito me gusta más de mi dedicación profesional, respondería sin duda, mi labor como abogada del turno de oficio, puesto que me permite el ejercicio del derecho de defensa -en el que creo firmemente- en su significado más puro y sin condicionamientos con el objetivo de defender los intereses de la persona a la que asisto.
Asimismo, todo lo que he visto y aprendido en mi trabajo, lo he incorporado como filosofía de vida, es decir, no prejuzgar, entender que muchas veces nadie tiene la razón absoluta y que todo es cuestionable. También me ha permitido ver un sector de la sociedad muy vinculada a situaciones de pobreza y desigualdad que de otra manera resulta muchas veces invisible.
La formación continuada es importantísima, y también lo es un Colegio profesional que procure mejorar en todos los aspectos el trabajo que realizamos como abogados/as del turno de oficio; en este sentido, el Ilustre Colegio de la Abogacía de Barcelona ha realizado avances muy importantes.
No obstante, la retribución digna es una reivindicación histórica que las administraciones públicas deberían acometer, ensalzando el valor que merece esta prestación, pues no debemos olvidar que se trata de un servicio público, esencial para la sociedad, puesto que avala a las personas que no disponen de recursos económicos.
Cabe decir también que, mi condición de mujer, nunca ha supuesto un trato discriminatorio en relación a mis compañeros del género opuesto. Pero también hay que destacar el hecho que si bien se ha avanzado mucho en el plano de la igualdad, todavía queda mucho camino por hacer, y dicho recorrido debe dirigirse hacia una igualdad plena entre hombres y mujeres; pues cabe decir que nos encontramos ante una esfera complicada de conciliación laboral y familiar. Un aspecto positivo es que resulta muy reconfortante asistir, por ejemplo, a una vista con una magistrada, una fiscal y dos letradas.
También en algún momento la conciliación con mi trabajo ha sido complicada. Así por ejemplo, trece días después de dar a luz y estando de guardia me tuve que ausentar momentáneamente del Juzgado de Guardia para amamantar a mi hija.
Es por ello, que, debemos seguir reivindicando un avance hacia la igualdad puesto que la misma proporcionará profesionales que permitan ejerccer en condiciones paritarias para garantizar un servicio público de calidad, extremo éste que comportará más compromisos con los ciudadanos solicitantes y consumidores de la misma.
A pesar de los pequeños obstáculos surgidos en el camino, mi motivación hacia la abogacía de oficio sigue intacta.
