La economía puede llegar a remontar, pero los precios seguirán más bajos al menos por un tiempo. Un informe del Foro Económico Mundial hecho público hoy sitúa a España en el puesto 42 de competitividad. En los despachos de Abogados se han retirado gran parte de los bonus.
En medio de las dialécticas de los políticos y de pulsos verbales, la economía recorre silenciosa su realidad, que es la realidad de los empresarios que han de ajustar los precios a la demanda y a sus gastos internos –con proveedores que quieren cobrar en su tiempo e impuestos cada vez más duros-. Los despachos de abogados han ajustado las cuentas al límite, los bonus por el momento prácticamente se han esfumado, y las minutas son más reducidas. Parece que deberá trascurrir mucho tiempo hasta volver a las “cuentas del Gran Capitán”.
Según un estudio de KPMG, si antes de la crisis los objetivos de crecimiento suponían la prioridad estratégica para el 44% de las entidades, después de la crisis éstos han pasado al 8% y han sido sustituidos por la gestión del riesgo y la solvencia como prioridad estratégica en un 44%.
De hecho, el informe de Thomson Reuters acerca del mercado de asesoría legal en los mercados de capital del primer semestre de 2010 reflejaba, según comentamos, más operaciones con una bajada de honorarios muy significativa. Paralelamente, en España la incertidumbre que se está viviendo y el aumento de la presión fiscal sigue contrayendo la actividad.
Hace unos meses una asesora fiscal de Caja Madrid comentaba a Legal Today que la subida del IVA dos puntos "difícilmente podrá ser repercutida en su totalidad a los clientes por la alta competencia que hay. Con esta subida tanto los abogados como los clientes verán disminuido sus beneficios, tanto a nivel servicio como a nivel económico".
Xavier Sala-i-Martín, Profesor de Economía de la Universidad de Columbia y co-autor del informe del Foro Económico Mundial hecho público hoy afirma que "en medio de las preocupaciones sobre las perspectivas de la economía mundial, los responsables políticos no deben perder de vista los fundamentos de la competitividad a largo plazo en medio de los desafíos a corto plazo. Para que las economías sigan siendo competitivas deben asegurarse de que cuentan con los factores que impulsan mejorías en la productividad. Si se incentiva la competitividad se ayudará a las economías nacionales en peligro ante las recesiones del ciclo económico y se garantizará que los mecanismos que permiten el crecimiento económico sólido reaparecerán en el futuro".
Se impone la prudencia
Según el estudio "Hacia un nuevo modelo de retribución variable ajustado al riesgo en el sector financiero y asegurador", elaborado por KPMG y la escuela de negocios IESE, la crisis económica producirá cambios en los modelos de retribución variable y en las estrategias de negocio de las entidades financieras.
Para Antonio García-Lozano, socio responsable de Riesgos y Cumplimiento Normativo en el Sector Financiero de KPMG en España, "el reto de las entidades financieras es responder al nuevo marco normativo y transformarlo en una ventaja competitiva, a través de una política de remuneraciones que sepa optimizar la relación entre generación de valor a medio y largo plazo y gestión eficiente de los riesgos".
La necesidad de incrementar el control por parte de los órganos de gobierno, la conveniencia de alinear las políticas de remuneración con la gestión prudente y eficiente del riesgo y la necesidad de aumentar la trasparencia del mercado proporcionando más y mejor información en materia de remuneración son los principales objetivos. Además, según añade el profesor titular de la Cátedra de Relaciones Laborales del IESE, Sandalio Gómez, "los nuevos sistemas de retribución deben potenciar la capacidad que éstos tienen para incentivar conductas y comportamientos en las personas e impulsar valores".
Según un informe de Mariam Moreno, Asociada Senior de PricewaterHouse Coopers, el sistema de incentivos no monetarios de las empresas está cambiando con el norte puesto en el control de riesgos, la reducción de costes y la alineación de la política de RRHH y la práctica de mercado. Legal Today ha hablado con ella, y nos comenta que "creo que las gratificaciones no dinerarias se incluyeron hace mucho tiempo en algunos Convenios Colectivos como forma de retribuir la fidelidad de los empleados a la empresa en un momento muy distinto al actual. Entonces los trabajadores, en muchos casos, se jubilaban en la empresa que les contrató por primera vez. Por ello, es importante que las empresas reflexionen sobre su actual estructura de beneficios sociales para verificar si se adecua a su política retributiva actual".
