Hace pocos días terminó el plazo de presentación de las liquidaciones del Impuesto de Sociedades, en un ejercicio en que las PYME, muchas de ellas S.L., están sufriendo una crisis especialmente voraz. Si variadas voces clamaban por una adecuación del planteamiento de este impuesto a la realidad económica y social que está viviendo España, la baja recaudación y el estancamiento de la actividad por las cargas burocráticas de la campaña apoya las tesis.
Tal y como recogía la petición enviada por la Asociación Española de Asesores Fiscales y Gestores Tributarios (Asefiget) a la Ministra de Economía, a la vista de la Orden Ministerial EHA/1375/2009, de fecha 26 de mayo de 2009, publicada en el B.O.E., el 30 de mayo de 2009, las PYMES vienen sufriendo, desde hace años, una excesiva carga de trabajo burocrático que les viene ocasionando unos importantes costes indirectos.
Además, el nuevo Plan General de Contabilidad y las obligaciones que éste impone en relación al depósito de cuentas anuales, ha implicado una gravosa adaptación a dichos cambios, originando unos costos que a duras penas se han sacado adelante.
Dicho Plan General de Contabilidad de Pequeñas y Medianas Empresas y los criterios específicos para microempresas, aprobados respectivamente por el Real Decreto 1514/2007, de 16 de noviembre, y el Real Decreto 1515/2007, de la misma fecha, generaron novedades importantes sobre la liquidación del Impuesto que, en todo caso, requerían un estudio por parte de los profesionales.
Por ello, los Asesores Fiscales expusieron en su día que si bien el Impuesto, gracias a estos Planes, estaría adaptado, en su mayor parte, al contexto de crisis; el obligado análisis que imponía el nuevo marco contable no era factible hacerlo en el plazo entre el 30 de mayo, fecha la publicación del modelo, hasta el 27 de julio, fecha en la que de hecho finalizó el período voluntario para su presentación. Esta rogativa no se consideró viable por parte de la Administración.
El marco tributario de S.L. y S.A. necesita un replanteamiento
Urge, de todos modos, renovar el contesto de la tributación de las sociedades. "En los últimos tiempos se ha puesto de manifiesto que es necesaria una reforma del Derecho de Sociedades, según afirmó María Ángeles Alcalá, Directora General del Registro y del Notariado en el curso sobre "La creación de empresas"; organizado por el Consejo General del Notariado.
Alcalá aseguró que "no se puede establecer una normativa común para todas las sociedades anónimas, como ha quedado demostrado con las recientes reformas que han afectado a las sociedades cotizadas y a las cerradas, que han evolucionado por su cuenta".
Junto a esta revisión, la Directora General ha abogado por reducir las cargas administrativas en general, y los procesos de constitución de empresas en particular.
