Según los últimos datos de la Asociación Europea de Arbitraje, Aeade, que recogen las cifras de procedimientos administrados por la Asociación en los tres primeros meses de 2009, el crecimiento de los conflictos sometidos arbitraje continúa ascendiendo. En total, se han tramitado 151 procedimientos arbitrales, lo que supone un incremento de un 61% en relación con el mismo periodo del año 2008, cuando fueron 94 los arbitrajes administrados.
En el caso del sector inmobiliario y de la construcción, concretamente, los arbitrajes han sufrido un crecimiento de un 60,23%, lo que refleja el incremento de la litigiosidad en la coyuntura actual de crisis que vive la economía española.
Estos datos se unen a los emitidos por Aeade en el mes de marzo, según los cuales los arbitrajes pactados una vez iniciada la controversia crecieron un 25%, porcentaje que se espera que aumente hasta el 40% durante 2009 y que estaba especialmente inducido por el menor riesgo de las empresas de entrar en concurso, lo que viene dado por la posibilidad de obtener un laudo en torno a los cuatro meses.
El arbitraje podría ayudar a solucionar el problema de la justicia ordinaria
Según Javier Íscar, Secretario General de Aeade, "estamos de enhorabuena porque tras la celebración (hace menos de un mes) del quinto aniversario de la Ley, 60/2003, de Arbitraje parece que, en datos generales, el interés de las empresas por el arbitraje ha aumentado muy significativamente, aunque aún estamos obligados a dedicarle mucho esfuerzo para que cale en la sociedad española como debe."
El secretario general añade que "ante la petición de una respuesta al problema de la justicia ordinaria (hace diez días el Consejo General del Poder Judicial, CGPJ, sugirió reducir el número de asuntos que llegan a los juzgados españoles nuestro trabajo pone de manifiesto como el arbitraje puede ser una de las herramientas que evite la judicialización en exceso. Se debería plantear el modo de trasladar a la sociedad y a los diferentes públicos prescriptivos la necesidad de educar en el uso del arbitraje, lo que, además de una ventaja competitiva para la sociedad española, supondría un alivio para los juzgados ordinarios".
