El pleno del Parlamento Europeo aprobó ayer, miércoles, por 525 votos a favor, 115 en contra y 29 abstenciones un informe que da luz verde al Tratado de Lisboa, firmado el pasado diciembre en la capital portuguesa por los líderes de los Veintisiete. El eurodiputado del PP Iñigo Méndez de Vigo y el laborista británico Richard Corbett fueron los ponentes del informe de ratificación.
El texto recomienda la ratificación del nuevo Tratado en los parlamentos nacionales de los 27 Estados miembros –salvo en Irlanda, donde se celebrará un referéndum– antes del próximo 1 de enero de 2009, como pactaron entonces los jefes de Estado y de Gobierno. Cinco países –Hungría, Eslovenia, Malta, Francia y Rumanía– ya han cumplido con ese proceso.
Durante la votación, los eurodiputados del Partido por la Independencia de Reino Unido desplegaron pancartas reclamando un referéndum y llevaron camisetas amarillas en las que se leía 'Demasiado gallinas para un referéndum'. Tres miembros del partido se disfrazaron de gallinas pero los servicios de seguridad de la Eurocámara no les dejaron entrar al hemiciclo. "Si sus padres les vieran aquí vestidos como están les daría vergüenza", les dijo el presidente de la Eurocámara, Hans-Gert Poettering.
Méndez de Vigo celebró el resultado de la votación en el pleno de Estrasburgo porque el Tratado de Lisboa "dotará a la Unión Europea de instrumentos más democráticos y más eficaces para actuar y seguir construyendo políticas que aporten un valor añadido a los ciudadanos europeos".
En su opinión, los ciudadanos son los grandes ganadores con el nuevo Tratado de manera directa, pues la Unión Europea contará con instituciones más visibles y eficaces, o de manera indirecta, pues los parlamentos nacionales y el Parlamento Europeo ampliarán sus poderes de influir en las decisiones políticas de la UE.
El eurodiputado del PP no ocultó que la Eurocámara "era más ambiciosa" que el Tratado de Lisboa y prefería el Tratado Constitucional cuya ratificación se interrumpió tras el rechazo en referéndum en Francia y Holanda.
No obstante, subrayó que el nuevo Tratado es "la solución política" a la crisis que generó ese rechazo "y eso es precisamente lo que significa Europa, buscar acuerdos y compromisos para salir de las crisis". "Hemos tenido que dejar en el camino muchas de nuestras ambiciones, y lo lamento, pero creo también que los puntos esenciales de aquel Tratado Constitucional están contenidos en el Tratado de Lisboa ", manifestó.
El nuevo Tratado "da salida a las expectativas que tienen puestas en nosotros los ciudadanos. Europa no puede hacer la política del avestruz. Europa tiene que contar en el mundo con una voz, tiene que tener presencia y tiene que resolver los problemas que se plantean hoy en día, ya se llamen cambio climático, ya se llamen lucha contra la inmigración ilegal, ya se llame lucha contra la proliferación nuclear. Y el Tratado de Lisboa nos da instrumentos y fuerza para hacerlo", concluyó.
