Bruselas está en la búsqueda de un pacto que permita instaurar un nuevo sistema judicial dedicado únicamente al ámbito de las patentes. Se pretende la creación de tribunales dedicados de forma exclusiva a resolver diferencias derivadas de mal uso, violación o vulneración de derechos de los titulares de invenciones protegidas por la Convención Europea de Patentes. Recientemente, la presidencia de la Unión Europea ha entregado un nuevo borrador de acuerdo en el cual se proponen las pautas que demarcarían estos nuevos órganos judiciales.
Fueron dos las primeras propuestas de la Comisión Europea que, en 2003, abrieron el debate. En la primera de ellas de buscaba que sea el Tribunal de Justicia el encargado de conocer las diferencias relacionadas a patentes concedidas en terreno comunitario. En el segundo proyecto, se sugirió la creación de una jurisdicción especial, el Tribunal Comunitario de Patentes, encarnado por siete jueces designados por el Consejo Europeo.
Lo que hoy se debate ha variado mucho de aquellas dos proposiciones originales. Algunos sectores quieren crear juzgados independientes de primera instancia, completamente separados de la órbita competencial de Luxemburgo. Estos tribunales estarían distribuidos entre distritos locales que a su vez se integrarían en secciones regionales. Los detalles procedimentales, tales como el idioma, dependerían del Estado en que se sitúe la disputa. Sin duda, este proyecto levantará una intensa polvareda entre aquellos que reniegan de la utilidad macroeconómica del actual ordenamiento normativo que supuestamente protege la originalidad.
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