Largo y complejo verano de espera para los titulares de las participaciones preferentes, que a veces vendidas con métodos más que cuestionables, están haciendo pasar fuertes momentos de indecisión a quien tiene en la mano tomar medidas y por supuesto a las víctimas.
Los propietarios de determinados productos financieros (participaciones preferentes, obligaciones convertibles, bonos y obligaciones subordinadas) de bancos intervenidos "no podrán reclamar de la entidad ni del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ningún tipo de compensación económica" tras haber sufrido deterioro económico a raíz de las medidas tomadas por el gobierno en la banca concreta. Desde la Comisión Europea se ha asegurado que "las cifras exactas" acerca de las pérdidas que de los titulares de este tipo de productos se sabrá entre septiembre y octubre.
Además, y en línea con lo que comentábamos esta semana, los bancos deberán hacer un registro que tienen que poner al día de modo continuo de clientes y productos con especial riesgo.
Ésta es una de las medidas que vienen contenidas en los documentos de trabajo del RD de reestructuración del sistema bancario. Concretamente, el banco hará en primer lugar una oferta de canje a su cliente. Si el cliente no acepta la oferta, el FROB fijará la compensación, no sujeta a alteraciones posteriores. Los compradores de estas preferentes podrían verse, entonces, afectados por el devenir de la entidad. De todas maneras, el orden de prelación coloca a los accionistas como los primeros afectados en caso de ser ayudado el banco.
El FROB podrá presentar a los inversores las siguientes posibilidades:
- Ofrecer el cambio de las preferentes por acciones de la banca
- Recomprar estas preferentes con dinero en efectivo
- Reinvertir el valor de la preferente en otros productos financieros
- Reducir el valor nominal de la deuda
- Amortizar a un valor distinto del nominal.
