Informe señala que pocos Estados tienen un marco legal adecuado
La Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), ente internacional conformado por la mayoría de los países desarrollados del mundo, ha publicado un informe en el que analiza el tema de los Fondos Soberanos de Inversión (FSI). En el documento titulado "Sovereign Wealth Funds and Recipient Country Policies", la Organización con sede en Paris, hace un llamado a evitar cualquier clase de medidas proteccionistas, que restrinjan el acceso de estos entes a sus mercados locales más allá de lo estrictamente necesario.
Y es que en Europa y Estados Unidos la clase política ha advertido su recelo contra una posible interferencia política de otros gobiernos por medio de estos vehículos de inversión. Los tecnócratas de Washington y Bruselas desconfían de las intenciones de estas entidades de negocios, pertenecientes generalmente a gobiernos de países ricos en recursos naturales. El origen de estas fórmulas corporativas es muy diverso: China, Emiratos Árabes, Noruega, Singapur, etc. Se estima que dichos entes controlan actualmente más de 3 billones de dólares en activos. Pocos meses atrás, su actividad atrajo la atención del mundo entero. Durante la crisis de los mercados de capitales, derivada de la crisis subprime, estas entidades acudieron al rescate de algunos colosos empresariales que se encontraban en apuros, invirtiendo cantidades astronómicas de dinero e inyectando la tan preciada liquidez que necesita el sistema.
El informe de la OCDE recomienda evitar cualquier ínfula proteccionista que busque disfrazarse detrás de preocupaciones de seguridad nacional. El grupo de trabajo encargado del documento reconoce expresamente que la seguridad nacional constituye una razón legítima para el empleo de restricciones a las inversiones extranjeras. Tal como el propio Código de Liberalización de Movimiento de Capitales patrocinado por la Organización. Dicho cuerpo normativo contiene una cláusula de escape que faculta a los gobiernos a suspender cualquier obligación derivada del acuerdo por "intereses esenciales de seguridad". Se señala además que, de los más de treinta países estudiados, sólo cuatro cuentan actualmente con leyes que regulen específicamente el caso de las inversiones controladas por gobiernos extranjeros. Es previsible que la mayoría de Estados adopten medidas normativas encomendadas a lidiar con este tipo de situaciones. En terreno europeo ya se han tomado los primeros pasos, en febrero pasado la Comisión Europea encargó la elaboración de un Código de Buena Conducta para los Fondos Soberanos.
El informe apunta también que, a pesar del recelo político mostrado, la evidencia empírica demuestra que los FSI han sido muy beneficiosos para la economía de los países receptores. Además, tienen un buen historial como inversores a largo plazo y constituyen fórmulas muy innovadoras para rentabilizar los excedentes fiscales de los Estados ricos en recursos naturales. Por todo esto, la OCDE recomienda enfáticamente que cualquier medida nacional o regional destinada a controlar el ingreso de estos fondos respete los principios básicos de la política de la Organización en materia de inversión extranjera.
