Los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) se han convertido en un must para los inversores y en una necesidad para todas las empresas que buscan desarrollar un modelo de negocio sostenible y eficiente que le permita alcanzar los objetivos de la agenda 2030.
El interés de los inversores por asuntos medioambientales ha ido en aumento, tanto por el riesgo como por la oportunidad de negocio. Precisamente, este interés, hace que los criterios ESG sean tan importantes, no solo suponen un impacto positivo en la sociedad, en el medioambiente y en el buen gobierno de las empresas, sino que aseguran un crecimiento sostenible.
Precisamente por estas razones, en la actualidad, del sector turístico, quien se ha convertido en uno de los sectores que más riqueza aporta a la economía española representando un 14,6% del PIB (según un informe elaborado por la asociación empresarial World Travel & Tourism Council (WTTC), está buscando la implementación de un desarrollo sostenible a través de la aplicación de los criterios ESG. Y es que la identificación, control y medición de los criterios ESG dentro de una empresa tiene repercusiones directas en la captación de nuevos inversores, en su reputación, y, por supuesto, en la sostenibilidad del negocio.
Pero, ¿qué son los criterios ESG? Más allá de sus siglas, los criterios ESG son un conjunto de criterios que ayudan a evaluar los esfuerzos de sostenibilidad de las empresas y que se organizan en 3 áreas diferentes: Ambiental, Social y de Gobernanza.
Ambiental: Se refiere a las prácticas que adopta una empresa en relación a la naturaleza, tanto para mitigar su impacto; como para lograr un impacto positivo directo.
Social: Hace referencia a la relación de la empresa con su entorno social, incluyéndose los procedimientos relativos al capital humano y el trato con el entorno social directo.
Gobernanza: Tiene relación con el gobierno corporativo de la empresa: su visión, cultura, objetivos, procedimientos y gestión interna. Por ejemplo, en esta área, se incluye el código ético, guía de buenas prácticas, protocolos de funcionamiento, compromisos, transparencia y un largo etc.
En definitiva, se puede afirmar que los criterios ESG, además de ser funcionales para la sostenibilidad, permiten la implementación de procedimientos que aumentan la eficacia de los procesos existentes, maximizando el empleo de los recursos de la empresa.
Sin duda, las empresas que apuestan por un turismo sostenible se diferencian de las demás, sobresalen del resto de competidores y se posicionan mejor de cara a sus clientes o consumidores, elevando el valor de la compañía y siendo más apetecibles en el mercado, sin duda, es un nuevo carácter diferenciador a las que las grandes compañías ya han puesto rumbo.
Además, debe destacarse que la implementación de los criterios ESG no es una visión de negocio que está siendo únicamente instaurada por aquellas empresas que buscan financiación, sino que las nuevas disposiciones legales y, especialmente las que vendrán en un futuro inmediato, lo han convertido en una necesidad. Así, en España desde el año 2021, en virtud de la Directiva 2014/95/UE el 22 de octubre de 2014, traspuesta por medio del Real Decreto-Ley 18/2017, de 24 de noviembre, (que modificó el Código de Comercio, la Ley de Sociedades de Capital (“LSC”) y la de Auditoría de Cuentas, en materia de información no financiera y diversidad) las empresas en las que concurran, al menos, dos de los tres requisitos siguientes: A) que el total de las partidas del activo sea superior a 20.000.000 de euros, B) que el importe neto de la cifra anual de negocio supere los 40.000.000 de euros C) Cuenten un número de trabajadores superior a 250; tienen la obligación de facilitar información no financiera, conocida también como el informe sobre sostenibilidad corporativa.
El objetivo climático de la Unión Europea de reducir las emisiones de la UE en al menos un 55%, nos permite vaticinar que en un periodo breve de tiempo, Europa aprobará nuevas medidas y obligaciones en materia de sostenibilidad. Como la exigencia de una diligencia debida en materia de medioambiente o la ampliación de las empresas obligadas a facilitar la información no financiera, también conocida como informe de sostenibilidad corporativa.
Además y no por ello menos importante, debe ponerse de manifiesto la tendencia de consumo en el sector turístico, y es que en los últimos años, los consumidores se decantan con mayor frecuencia por aquellas empresas que ofrecen sus servicios apostando por la sostenibilidad y la aplicación de criterios ESG, sirviendo así como una especie de medidor de la excelencia en cuanto a la prestación del servicio, la huella de carbono está en el horizonte legal, y los ciudadanos de la UE empiezan a tomar conciencia en este campo.
Por estas razones, ante la nueva política y tendencia que se avecina, es necesario comenzar analizando nuestra empresa y tras el diagnóstico oportuno, implementar unos criterios básicos que nos permitan la implementación de controles en material social, medioambiental y corporativa.
Ya lo dijo Antonio Guterres, en Financial Times; “La sostenibilidad es una apuesta acertada”, sin duda, una apuesta segura para aquellas empresas turísticas que quieran estar en la cresta de la ola.
