El recién publicado Plan de Control Tributario para 2011 se enmarca, como en el mismo se indica, en el contexto de la actual crisis económica. De esta forma, Hacienda pretende seguir incrementando la recaudación por actuaciones contra el fraude fiscal, la cual, según los últimos datos oficiales, ha aumentado en un 23’7% alcanzando los 10.043 millones de euros en 2010.
La finalidad de la difusión en el BOE de estas directrices anuales no es dar publicidad a los planes de inspección, que son reservados, sino más bien recordar que existe un control sobre el cumplimiento de las obligaciones tributarias, control entendido en su más amplio sentido (extensivo e intensivo), abarcando desde la comprobación e investigación del fraude hasta el cobro de las deudas tributarias no ingresadas de forma voluntaria.
Recordemos que los planes parciales de control tributario son reservados por pura lógica, pues lo contrario dejaría "desarmada" a la Hacienda pública y equivaldría a una permanente "amnistía" fiscal en materia de sanciones, ya que aquellos contribuyentes que supieran que van a ser objeto de inspección procederían -con casi total seguridad- a presentar las correspondientes declaraciones complementarias o incluso las no presentadas.
Por tanto el plan de control podría calificarse como "un aviso a navegantes" y considerarse como una herramienta que estimule la correcta presentación de autoliquidaciones evitando de esta forma las actuaciones de control tributario.
Dicho lo cual ya se sabe que en tiempos de dificultades es mayor la tentación de no declarar todas las rentas, por lo que la Agencia Tributaria va a estrechar el cerco en relación con la economía irregular que, con el recrudecimiento de la crisis, ha podido incrementarse. De forma explícita se menciona que se realizarán pesquisas de modo conjunto con la Inspección de Trabajo y la de la Seguridad Social con visitas in situ en los locales de ciertas aéreas geográficas para la detección de actividades ocultas en determinados sectores productivos.
También se pondrá la lupa en los canales de distribución de los productos importados, principalmente de Asia, en el colectivo de profesionales para evitar los gastos ficticios y se velará por la correcta repercusión del IVA en las facturas. Se continuará trabajando en los fraudes de IVA, para lo que se contará con la ayuda del nuevo programa EUROFISC: alertas instantáneas entre las distintas administraciones fiscales en contra de este tipo de redes (fraudes carrusel o en el sector de la automoción). Según los informes que manejan los euro-parlamentarios, el fraude en IVA en la Unión supera los 200.000 millones de euros anuales, aunque no existen estadísticas oficiales.
Otro tema bajo análisis serán las operaciones de planificación fiscal abusiva. En este apartado, la Agencia ha incluido expresamente en el Plan a las estructuras fiduciarias, las prácticas financieras que puedan propiciar la opacidad de las operaciones y las realizadas por las empresas en relación con la deducción de gastos financieros intragrupo que reduzcan las bases imponibles sometidas a tributación en nuestro país, además de la deslocalización artificial de rentas, patrimonios y contribuyentes hacia países o territorios de baja tributación.
Y ya en materia de recaudación, se van a anticipar las medidas cautelares en los procesos de control para asegurar el cobro de las deudas resultantes, al tiempo que se reforzarán las actuaciones recaudatorias en relación con los delitos contra la Hacienda Pública, estableciéndose sistemas de vigilancia patrimonial de los responsables civiles para evitar vaciamientos patrimoniales, y se incrementarán las derivaciones de responsabilidad por deudas tributarias.
