Acabamos de ser testigos del efecto que puede tener la difusión de una noticia en la aceptación social de cualquier actuación de las instituciones. El boom de la primicia hace que difundamos a la ciudadanía datos erróneos o tergiversados, identificando un culpable y creando la figura del “malo” sin una base demasiado sólida.
El pasado 18 de noviembre dio comienzo el proyecto estadístico sobre movilidad del Instituto Nacional de Estadística. El INE acordó con las empresas de telecomunicaciones Movistar, Orange y Vodafone el traspaso de datos de localización para poder realizar el mencionado estudio, actividad a la que se dedica.
En este artículo no profundizaremos en la legitimación jurídica de dicha recopilación de datos, para ello pueden consultar el artículo publicado en el blog de Iurismática Abogados. Nos centraremos en el discurso creado alrededor de la noticia, el discurso creado por los medios.
Nos hemos topado con titulares de este estilo: "El INE arranca el rastreo de millones de móviles pero hay formas de esquivarlo" en El País; "El INE rastrea desde hoy los móviles de los españoles para su polémico estudio" enLa Vanguardia; "Cómo evitar la cesión de los datos de localización de tu móvil" en RTVE; o "Cómo evitar que el INE rastree tu móvil" en El Mundo.
Con la simple lectura de estos titulares identificamos al villano del momento, el INE. Nos quiere robar la intimidad y saber dónde estamos en cada momento.
Otro de los titulares, el del Economista, ha sido "Hoy arranca el estudio del INE que rastrea nuestros móviles para sus nuevas estadísticas sobre movilidad: todo lo que debes saber". Aunque este titular no identifique al INE como el "malo", si leemos con detenimiento lo que se esconde detrás del titular, para ajustarlo al contenido podría cambiarse por: "Hoy arranca el estudio del INE que rastrea nuestros móviles para sus nuevas estadísticas sobre movilidad: todo lo que creemos que debes saber".
La ciudadanía, quizás, debería saber que no se rastrea la geolocalización de cada dispositivo móvil, sino el volumen de dispositivos conectados en las antenas de telefonía. Quizás, también, debiera saber lo recogido en el artículo 3 apartado 1. f de la Ley de Conservación de Datos, que obliga a estas operadoras móviles a almacenar los datos de localización de los dispositivos. Es por ello que, aunque se dejen los móviles apagados en casa los días en los que se realizará la investigación, cada operadora recogerá los datos en el momento en el que se vuelvan a encender.
El INE realiza análisis estadísticos de movilidad, consultando los datos directamente al usuario por vía telefónica, lo que ahora pretende es realizar una prueba piloto para comprobar la idoneidad de un nuevo método de investigación como nos explican en el informe publicado en octubre de este mismo año. Quizás debamos preocuparnos menos de una estadística que ya se viene realizando y debamos preocuparnos más de toda la información que, por voluntad propia, exponemos tanto en el teléfono como en la red.
