Además del polémico orden alfabético de apellidos en defecto de acuerdo de los padres, esta Ley desdibuja el concepto de familia al desaparecer el tradicional Libro y abrirse un registro individual informatizado basado en un código personal de ciudadanía. Un detalle más es que el obligado en primer lugar a comunicar el nacimiento al Registro será el centro hospitalario donde se verifique.
Acto I: Hospital de N. pueblo de La Rioja. 2013. Paco comunica por teléfono a su madre, Doña Lola, que su nieta «Azul» acaba de nacer.
– Paco: Mamá, anoche nació. 3kg 500gr. y 47 cm. ¡Preciosa!
–Doña Lola: ¿A qué hora?
–Paco: Desde luego, lo único que te importa. Después de las doce; se aplica la nueva ley. (Silencio y suspiro de resignación de la abuela)
–Doña Lola: (Pensando que su nuera lo ha retrasado queriendo) No era suficiente con ese nombre tan horrible…. Por fin, ¿llevará primero su apellido?
–Paco: Sí, mamá. Al final no ha habido acuerdo. ¡Bastante tuvimos para elegir nombre! Así que orden alfabético: Martínez Recolcover. Y lo del nombre, no es para ponerse así. Desde los 90 «Azul» está permitido.
–Doña Lola: ¡Pobre niña mía! Tu padre se revolverá en su tumba. Por unas horas… se extingue el apellido. Ya podía tu mujer, bueno, tu "pareja" (con retintín) haber tenido en cuenta que los dos erais hijos únicos. En cambio ella, tres hermanos y Martínez a patadas.
–Paco: Déjalo estar, mamá. Lo importante es que está bien.
-Doña Lola: ¿Y seguís empeñados en no casaros? ¡Inscrita como hija no matrimonial!
–Paco: Tranquila, que en cuanto a la filiación, se elimina toda referencia a la no matrimonial. Ya no hay distinción ni siquiera nominal.
–Doña Lola: Al menos algo bueno. ¿Cuándo vas a inscribirla? ¿Voy yo si no puedes?
–Paco: No, mamá. La propia dirección del hospital lo comunica hoy mismo al Registro Civil. Remite electrónicamente el formulario cumplimentado y firmado por nosotros.
–Doña Lola: ¿Y te fías? Jesús bendito.
–Paco: No sé, mamá. Soy el primero al que le toca. Si algo falla, tengo 10 días para declararlo remitiendo de nuevo la documentación. Estaré al tanto no sea que tenga que salir corriendo a Logroño, como ahora está allí la oficina General.
–Doña Lola: ¿También te llega electrónicamente el libro de familia?
–Paco: Desaparece, mamá. Ya no hay que preocuparse de dónde se guarda. Como el Registro es electrónico, al inscribir el nacimiento se le abre a Azul un registro individual con un Código Personal de Ciudadanía. Ahí se hará constar todo.
–Doña Lola: Vivir para ver. Voy para allá. Un beso.
Y cuelga pensando que ojalá hubieran cambiado la otra ley, esa que le hubiera permitido heredar todo al quedarse viuda, en lugar de esa porquería de usufructo. De ser ella dueña y señora del patrimonio, ya veríamos como se hubiera apellidado su nieta. Si al menos al segundo pudieran llamarle Recolcover Martínez. Pero no, el apellido del primer hijo marca el de los demás.
