Históricamente, las profesionales cualificadas en nuestro país (entre ellas, la de abogado), siempre ha sido relacionada con los hombres. Por ejemplo, no fue hasta hace escasos cien años, cuando una mujer se colegió por primera vez como abogada, frente a los muchos siglos que hace que los hombres venían ejerciendo esta profesión en nuestro país.
Sin embargo, actualmente, muchas mujeres estudian Derecho, y tras examinar las estadísticas, somos más mujeres a las que se contratan tras realizar el Examen de Acceso a la Abogacía.
Aun así, y pese a que las mujeres cada día están más preparadas profesionalmente, los puestos a los que acceden son de carácter laboral, y la cifra de puestos Directivos ofrecidos a mujeres es muy inferior a la de los hombres.
De esta manera, para cambiar esto, en los últimos tiempos vemos como se está fomentando cada día más la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, y ello es muy importante, ya que se está reteniendo el enorme talento profesional que tienen las mujeres y, además, hay otros factores positivos, tales como una mejora del clima laboral, de la imagen de la empresa o acabar con las conductas del pasado en las que se relegaba a la mujer a una posición inferior al hombre.
Para contribuir a ello, se ha legislado tanto nacional como internacionalmente, desde la aprobación la Ley de Igualdad a promover por la Asamblea General de la ONU la Agenda 2030 en la que la Igualdad de Género se encuentra entre sus Objetivos fundamentales.
Así, podemos observar como se están elaborando Planes de Igualdad, pero en ciertos casos, se realizarán únicamente por cumplir con lo dispuesto en la legislación vigente. Sin embargo, en otros supuestos se realiza porque realmente se quiere prosperar y evolucionar, y para ello efectúan pautas de Buen Gobierno, implementando las Políticas de Compliance, entre las que se encuentra favorecer la igualdad entre hombres y mujeres.
En mi opinión, el Compliance (Políticas de Cumplimiento Normativo) está favoreciendo enormemente conseguir los objetivos de Igualdad, ya que se adoptan medidas que permiten prevenir, detectar, investigar y sancionar aquellas conductas tendentes a producir situaciones de discriminación y así favorecer los procedimientos de igualdad.
De esta manera, gracias a las Políticas de Compliance, surge una nueva oportunidad para implementar la igualdad en las empresas, una oportunidad de llevar a cabo medidas y recomendaciones que nos hagan avanzar en el derecho a la igualdad que, hasta hace unos años, era impensable y que tan necesario es.
Gracias a este vínculo creado entre compliance e igualdad estamos un paso más cerca de equiparar a hombres y mujeres.
Por tanto, el Compliance es una nueva oportunidad para fomentar la igualdad entre hombres y mujeres y así, favorecer que sus empresas crezcan, avancen y se desarrollen aportando la visión de las mujeres a las decisiones relevantes de las mismas.
