El Gobierno no estudia nuevas modificaciones del régimen impositivo de las pequeñas y medianas empresas en esta legislatura ni aplicar nuevos incentivos fiscales, ya que considera que las reformas en su tributación llevadas a cabo durante la anterior legislatura están "suficientemente orientadas" a estimular su creación y favorecer su competitividad.
En una respuesta parlamentaria al diputado 'popular' Miguel Ángel Barrachina, a la que tuvo acceso Europa Press, el Ejecutivo asegura que con la reforma fiscal de 2006 se llevó a cabo una "importante reducción del tipo del Impuesto sobre Sociedades", que tuvo y tendrá "considerables efectos" en la reducción de la carga impositiva de estas empresas.
Por este motivo, el Gobierno considera que no es necesario modificar el régimen de tributación de las pequeñas y medianas empresas, en especial cuando aún no pueden analizarse los efectos de las recientes modificaciones de carácter general introducidas en el impuesto, "debiendo transcurrir el tiempo necesario para proceder a su evaluación".
En este sentido, destaca la "especial atención" prestada a las pymes como elemento dinamizador de la actividad económica en los últimos cuatro años, de manera que con la reforma fiscal, su tipo impositivo quedó fijado en un 25% a partir del ejercicio 2007, para la base imponible de 120.202 euros, mientras que a partir de este umbral quedó en el 30%.
Asimismo, señala que en los Presupuestos Generales del Estado para 2005 se modificaron varios aspectos del régimen especial de los incentivos fiscales para las empresas de reducida dimensión, entre los que destaca el incremento del volumen de cifra de negocio mínimo de 6 a 8 millones de euros.
Además, recalca que las deducciones fiscales para potenciar la inversión en nuevas tecnologías de la información y de la comunicación se incrementaron en cinco puntos, hasta el 15%.