La presidenta del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo (TS), Isabel Perelló, ha rechazado la renuncia presentada el pasado 23 de octubre por José María Fernández Seijo, vocal clave del sector progresista, tras la crisis interna desatada por el nuevo reparto de poder en el órgano de gobierno de los jueces.
Según ha informado el CGPJ, Perelló ha comunicado a Fernández Seijo que, «a la vista de las conversaciones mantenidas por ambos, y de la implicación y dedicación del vocal» en el Pleno, considera que debe tener «por no presentada» su renuncia.
Fernández Seijo presentó su dimisión a Perelló en señal de protesta por un nuevo reparto de poder que dejó la Comisión Permanente -el órgano ejecutivo del CGPJ- en manos conservadoras.
Este acuerdo y cómo se negoció llevó al bloque progresista -integrado ya por nueve vocales, todos los iniciales menos Carlos Hugo Preciado– a acusar públicamente a la presidenta de romper el consenso interno.
Fernández Seijo es uno de los pilares del bloque progresista del CGPJ. Fue uno de los principales negociadores para la renovación de más de cien nombramientos en la cúpula judicial, incluidos algunos clave del TS, como las presidencias de las salas de lo Penal y de lo Contencioso-Administrativo. Desde el sector conservador le señalan, además, como uno los vocales progresistas más cercanos al Ministerio de Justicia.
La «sala de máquinas», en manos conservadoras
La reorganización interna acordada por el Pleno implicaba que la Comisión Permanente, a la que algunas fuentes aluden como «la sala de máquinas» del CGPJ, quedase en manos conservadoras.
Desde la renovación del CGPJ, la Comisión Permanente contaba con tres vocales progresistas -Preciado, Esther Erice y Bernardo Fernández- y otros cuatro conservadores -Alejandro Abascal, Eduardo Martínez Mediavilla, Pilar Jiménez e Isabel Revuelta-, bajo la Presidencia de Perelló.
Los bloques estuvieron cerca de un mes negociando la renovación de las comisiones. Según las fuentes consultadas, el principal escollo era Preciado porque los conservadores le siguen situando en la cuota progresista, aunque sus pares rechazan que les represente.
A eso se sumó, de acuerdo con las citadas fuentes, que Perelló quería que Preciado se mantuviera en la Comisión Permanente al ver en él un aliado al margen de la política de bloques.
Así las cosas, los progresistas propusieron que Preciado continuara, pero junto a otros tres vocales progresistas y otros tres conservadores, algo que estos últimos rechazaron de plano.
Con todo, el acuerdo aprobado implica que en la Comisión Permanente siguen Preciado y Fernández, junto a Argelia Queralt -que entró en sustitución de Erice- y, por la parte conservadora, continúan Abascal, Martínez Mediavilla y Revuelta mientras que Jiménez fue reemplazada por su compañero Carlos Orga.
Esto supone que el órgano ejecutivo del CGPJ pasó de lo que inicialmente se percibían como tres vocales progresistas -entre ellos Preciado- y cuatro conservadores, más la Presidencia de Perelló; a Preciado, dos progresistas y cuatro conservadores, más la presidenta.
El bloque progresista denuncia la «ruptura del consenso»
Según explicaron los nueve vocales restantes del bloque progresista en un comunicado, el Pleno tras el cual Fernández Seijo presentó su renuncia supuso «la ruptura consciente del consenso que había regido este primer año, un golpe a la representatividad plural y una grave distorsión de la colegialidad institucional».
Y ello, explicaron, porque se han renovado las comisiones del CGPJ, en las que se reparte el trabajo diario, sin tener en cuenta las preferencias del sector progresista. «Nos han ignorado ampliamente», denunció una fuente de este bloque.
En el comunicado, estos nueve vocales afirmaron que Perelló «ha quebrado las condiciones básicas de confianza que ella misma había proclamado al inicio del mandato». «Las posibilidades de conciliación familiar y respeto personal, que debían ser pilares del nuevo Consejo, han sido recortadas hasta desaparecer bajo una lógica de exclusión e imposición», lamentaron.
