Ejercer como abogado es más que un trabajo full time; en ocasiones sus responsabilidades como representante o mediador en asuntos legales le ocupan la mayor parte del día y la noche. El abogado está sometido a un gran nivel de estrés producto no sólo de la responsabilidad del puesto sino también de una falta continua de tiempo para llevar a cabo todas las tareas planificadas. Si a esto añadimos las horas que dichos profesionales pasan frente a un PC revisando, redactando documentación y atendiendo llamadas desde la silla de su puesto de trabajo y con una falta total de ergonomía, obtendremos un cóctel explosivo de falta de salud laboral que acaba pasando factura física y psicológicamente de la persona.
A la hora de hablar de ergonomía en el ámbito de lo laboral, tenemos que tener en cuenta que ésta se trata básicamente de la adecuación del puesto a las necesidades del trabajador. Debe permitir que las personas puedan realizar las tareas de manera más sencilla y confortable reduciendo la fatiga e incrementando la productividad. La experiencia en el ámbito de la ergonomía ha demostrado que la mayor parte de las dolencias musculo-esqueléticas pueden prevenirse mediante la incorporación de diverso material básico de oficina que sirva para hacer el puesto más ergonómico, más cómodo.
La mayor parte de los problemas causados por las malas posturas no se solucionan mediante medicamentos y los tratamientos de fisoterapia son largos, costosos y requiere tiempo. Este tipo de sintomatología se agrava con la falta de movilidad. El sedentarismo del puesto de trabajo es uno de los peores enemigos para la salud; más aún cuando esta falta de actividad no se compensa de alguna manera con ciertos hábitos deportivos y termina produciendo pérdidas de masa muscular difíciles de recuperar. Es importante fomentar la movilidad de los profesionales, dentro y fuera de las oficinas y, por suerte hoy, contamos con diversa tecnología inalámbrica que nos lo permite.
No es raro encontrarnos con abogados que sufren graves dolores musculares en el cuello y la espalda. Diversos estudios han demostrado que, tanto en este tipo de puestos como otros de oficina, la mayoría de dichas dolencias proceden de las malas posturas que se adquieren en el puesto de trabajo. Por lo general, mientras un abogado mantiene una conversación telefónica, debe consultar y revisar papeles o consultar datos en el ordenador lo que le obliga a tener que disponer de las dos manos libres, esto hace que la persona deba adoptar una forzada posición para sujetar el auricular del teléfono entre el cuello y el hombro, inclinando la cabeza ya adoptando una postura poco natural y que ocasiona grandes tensiones.
Este tipo de problemas pueden resolverse fácilmente con la incorporación de determinadas tecnologías. Por ejemplo, se ha comprobado que el uso de cascos de telefonía inalámbricos es una de las mejores recetas para combatir este tipo de problemas, reduciendo la tensión muscular hasta un 35 %.
La utilización de este tipo de aparatos en un despacho de abogados conlleva además hacia un incremento significativo de la productividad de todos los empleados. Por un lado nos permite mejorar la calidad y eficacia de las conversaciones telefónicas ya que permiten tener las manos libres para tomar anotaciones o buscar información mientras hablamos – no es necesario que mantengamos a un cliente a la espera de mientras buscamos determinada información entre un montón de papeles y necesitamos tener las dos manos libres-. Además nos permiten movernos libremente por todo el despacho para poder consultar un archivo, preguntar a compañeros o simplemente sentirnos más libres y más cómodos.
Pero para que todo esto sea posible es importante que contemos con aquellas soluciones diseñadas bajo conceptos de ergonomía, capaces de ofrecernos un uso cómodo y fácil durante todo el día.
El uso de cascos en el entorno del derecho es cada día más común, tanto por la calidad de trabajo que nos ofrecen como por la imagen de modernidad y profesionalidad que aportan a todos sus usuarios.
