Juan Garbayo, Director General de Novit Legal cree que "un líder adecuado no debe considerarse superior a su equipo, debe encauzarlo bajo criterios de profesionalidad, compañerismo, humanidad y humildad sin perder de vista las premisas de su control, responsabilidad, coordinación, cooperación, formación, igualdad, estimulación y oportunidad" Jordi Amado, que lleva 25 años asesorando despachos, nos dice que "se necesita mucho coraje y mucha fuerza mental"
¿Quién es un buen jefe? Vaya pregunta más abstracta. Depende del tipo de negocio que tenemos, que queremos y también de cómo sean los subordinados. Hoy traemos unas notas que nos han parecido interesantes de Jeff Haden, columnista de Inc.
Nadie sabe mejor que uno mismo con quién tiene que trabajar y a quién tiene que hacer trabajar cada día, de modo que esto que les exponemos se trata sólo de unos chispazos que confiamos en que les den luces.
1. Desarrolle a todos los empleados. Usted puede poner su foco principal en las metas de largo alcance, el logro de resultados y el cumplimiento de los objetivos concretos, pero para hacer eso el puzzle tiene que encajar, y para ello cada empleado tiene que estar bien despierto y saber qué se espera de él. Sin grandes empleados, ninguna cantidad de enfoque en las metas y objetivos cada vez valdrá la pena.
Los empleados pueden lograr lo que ellos son capaces de alcanzar, por lo que uno de los cometidos del superior será ayudar a todos sus empleados a ser más capaces.
2.
Afronte los problemas de inmediato. Nada mata más la moral del equipo que
dejar morir los problemas, tal y como ya nos comentó un especialista.
Disputas interpersonales, problemas de rendimiento, peleas entre los
departamentos … todos los empleados pueden afectar negativamente la
motivación y el entusiasmo general.
Además, los pequeños problemas no desaparecen. Los pequeños problemas, sin
embargo, se enconan y se convierten en grandes problemas.
No esperemos que un problema desaparezca por arte de magia, o que alguien se ocupará de él.
Jordi Amado lleva veinticinco años asesorando despachos para que funcionen con todo su potencial, y en Legal Today le hemos preguntado cómo ha de ser un jefe. Amado responde que "aparte de cumplir las tres características básicas que todo socio debe tener; "Capacidad técnica", "Capacidad comercial" y "Capacidad organizativa", yo añadiría las siguientes virtudes; gran resistencia a la frustración y capacidad y mucha energía para ilusionar, empujar y ayudar a tus equipos a crecer y ser mejores profesionales. Sin duda los directores de un despacho hoy en día no lo tienen fácil, tiene ante si un gran reto, y más en estos tiempos de crisis económica y de incertidumbre, pues deben "orientar" a sus equipos a hacer cosas que nunca se habían hecho antes. Se necesita mucho coraje y mucha fuerza mental".
3. Vaya al encuentro del "pringado". Casi todas las empresas tiene al menos un empleado que no ha caído de la gracia: el que no pudo completar aquella tarea tan importante, perdió la calma en una reunión, o simplemente parece que no puede mantener el ritmo. Con el tiempo que el empleado llega a ser visto por sus colegas-y por usted, como un eslabón débil. El peso de la desaprobación del equipo es demasiado pesado para una persona para moverse. Pero no es demasiado pesado para usted. Sea tranquilizador. Por encima de todo, dígale que usted va a estar ahí en cada paso del camino.
4. Mire hacia atrás, recuerde que usted también tuvo superiores. "Nadie nace aprendido", pero nadie nace jefe. Recuerde sus malos ratos, las incomprensiones que ha vivido y lo mal que se sentía. Con ese pequeño ejercicio mental usted entenderá bien cómo tratar a sus empleados de modo que saquen lo mejor de sí y, por ende, aumente la facturación.
Ha nacido un nuevo despacho y hemos hablado con su responsable. ¿Cómo es un buen jefe?
Juan Garbayo es director de Novit Legal y queremos saber cómo se enfoca, desde su punto de vista, la dirección de un nuevo despacho. Nos clarifica que "El objetivo y virtud de todo director debe orientarse en una doble perspectiva. De una parte, liderar adecuadamente a su propio equipo y, de otra, cómo no, prestar atención y asesoramiento al cliente sin perder de vista sus necesidades e inquietudes".
"Un líder adecuado -matiza Garbayo- no debe considerarse superior a su equipo; debe encauzarlo bajo criterios de profesionalidad, compañerismo, humanidad y humildad sin perder de vista las premisas de su control, responsabilidad, coordinación, cooperación, formación, igualdad, estimulación y oportunidad". Éstos son extremos que sin lugar a dudas son percibidos por el cliente y redundan en beneficio del propio despacho".
Además, "no atiendo ni creo en tratos imperativos, desmedidos, desproporcionados, desorbitados … ya que posiciones semejantes acaban minando al equipo -cual acaba mutando de despacho por voluntad propia- perjudicando seriamente su imagen ante el clientes y ante el mercado". Por último, un consejo: "hay que intentar evitar la rotación de los abogados en los despachos, pues los mismos se familiarizan con los clientes y viceversa."
