El otro día cuando estaba en mi despacho preparando una de las muchas demandas que se presentan estos días en los Juzgados, me llamó la atención un sobre de una conocida compañía de seguros que iba dirigida a D.ª Carmen Varela Álvarez, “abogada de familia” (textualmente constaba así).
Dado lo poco habitual que resulta que los abogados recibamos correo comercial en el que, además de nuestro nombre, conste nuestra especialización, decidí abrirlo y ¡sorpresa ¡ en el mismo se me ofrecía "un seguro de impago de pensiones alimenticias".
¿Cuales eran, según la publicidad, las "virtudes" de dicho seguro? Pues que cubría el impago de la pensión alimenticia establecida por sentencia firme cuando el obligado a su abono no pueda hacerlo por hallarse en desempleo.
Es evidente que este producto surge en un momento en el que los procedimientos de ejecución por impago de pensiones se han triplicado por lo que, cuando menos, puede decirse que el mismo es "oportuno". También es evidente que, en principio, en una sociedad en la que tendemos a asegurarlo todo, es una buena medida proteger la pensión alimenticia de los hijos (garantizándoles así la cobertura de sus necesidades básicas) y, de paso, aliviar la grave situación económica a la que se ve abocado el progenitor que, no pudiendo pagar una pensión alimenticia por hallarse en situación de desempleo, ve como la deuda crece mes a mes mientras paralelamente tramita un procedimiento de modificación de sentencia para intentar rebajarla.
Como en principio parece un producto "interesante", estaré atenta a cuales son exactamente las coberturas ya que, quién sabe, a lo mejor a partir de ahora interesa pactar en los convenios una cláusula en la que los progenitores se comprometan a suscribir "un seguro de pensión alimenticia" para prever y paliar posibles situaciones de impago.
