A todos nos gusta, cuando salimos de viaje a cualquier parte del mundo, aliviar nuestro descanso en un buen camping, hostal u hotel, según las preferencias y niveles económicos. Consideramos el alojamiento en dichos establecimientos como un elemento de capital importancia a la hora de planificar cualquier viaje, sea por trabajo, sea por mero placer.
A la hora de escoger nuestro alojamiento valoramos múltiples factores: el estado del mismo, los servicios que ofrece, el número de estrellas, lo bien comunicado que está…, y sólo el alojamiento que cumple con todas las características resulta el elegido. Pero una cosa es clara, nunca nos sancionarán por habernos alojado en un establecimiento u otro (salvo casos flagrantes sobre los que es mejor no entrar…).
Pues bien, con el alojamiento de páginas web pasa un poco lo mismo. Valoramos aspectos económicos (coste anual por el hospedaje), aspectos técnicos (calidad de los servidores, velocidad de conexión, respuesta ante las incidencias…), pero, a pesar de ello, dejamos al margen cualquier consideración de carácter jurídico, a pesar de, como vamos a ver inmediatamente, puede tener una gran incidencia y ser objeto de eventuales sanciones.
En efecto, en la actualidad, y más teniendo en cuenta los tiempos que corren, los websites cuentan con auténticos sistemas informáticos de información, esto es, destinados a captar, almacenar y gestionar ingentes cantidades de información que haya de servir a la consecución de los fines de la entidad o profesional titular de aquél, información dentro de la cual se encuentran datos de carácter personal.
Y es aquí, precisamente, donde se encuentra un elemento que ha de tenerse muy en cuenta a la hora de escoger la ubicación de la empresa de hosting que haya de alojar el website y, con él, los datos personales empleados por su titular para el desarrollo de su actividad económica y empresarial.
En efecto, debemos tener muy en cuenta que la vigencia, en la actualidad, de la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales, es el resultado de la trasposición en nuestro ordenamiento jurídico de las pertinentes directivas comunitarias.
Dicha normativa supone la vigencia en el ámbito español y comunitario de una serie de directrices y normas que tienen por objeto la protección de la información personal de las personas físicas, imponiéndose una serie de obligaciones de mayor o menos exigencia según la naturaleza de los datos.
Por ello, a la hora de escoger la empresa que haya de alojar nuestro website, debemos tener muy en cuenta que las empresas y profesionales españoles y comunitarios han de cumplir con las normas en materia de protección de datos, de ahí que la empresa de hosting haya de también de cumplirlas y, por tanto, haya de ubicarse en algún estado en el que se cumplan las disposiciones en materia de protección de datos, bien por ser integrante de la U.E. o bien por estar acogido, cuanto menos, al acuerdo de puerto seguro (Safe Harbor).
