Supongo que es el destino y tenía que ser así en cualquier asunto relacionado con internet.
En este caso a ritmo de Ricky Martin que, como ya sabéis, se hizo famoso cantando aquello de "un pasito pa´lante María, un pasito pa´tras" y, a buen seguro, se hizo rico, no sólo con los "bolos" que le salieron, sino también con los derechos de autor de ese tema.
Pues bien, haciendo suyo el estribillo, es como se encuentra ahora mismo el gobierno francés: que si ahora apruebo la Ley Hadopi y doy un paso hacia delante, que si ahora el Conseil Constitutionnel me dice que "naranja de la china" y doy un paso para atrás.
Y todo ello es consecuencia directa de la gran influencia que ha de tener un personaje muy importante, pero al que, en más ocasiones de las debidas, hacemos poco o ningún caso: Monsieur Perogrullo.
Cuando nos obstinamos en no hacerle caso pasa lo que le ha pasado al Gobierno francés, que crea una ley que sin atender a los derechos constitucionales, atribuye a una autoridad administrativa independiente la potestad de restringir tales derechos, y todo ello sobre la base de que nos descargamos muchos bytes en X periodo de tiempo, esto es, sobre lo radicalmente opuesto al principio de culpabilidad.
No obstante, hay algunos guardianes o guardaespaldas del Sr. Perogrullo, en este caso el Tribunal Constitucional francés que, aplicando las enseñanzas de tan apreciado sujeto, ha vuelto las cosas a la normalidad:
- Que no se pueden ignorar los derechos fundamentales de los ciudadanos, entre ellos, el derecho a la libertad de expresión y de comunicación, ya que son los pilares de cualquier sociedad democrática que se precie.
- Que el establecimiento de cualquier restricción a tales derechos ha de hacerse por los tribunales de justicia.
- Que las sancionen que restrinjan los derechos ciudadanos han de fundarse en el principio de culpabilidad.
Que fáciles son las cosas cuando nos dejamos guiar por Monsieur Perogrullo. Pero qué poder tiene la música y la industria que la guía.
A buen seguro que, desde que lo leísteis, se os ha pegado el estribillo. Pues fijaos al Gobierno francés… Seguro que vuelven a tocarla.
