Es cierto eso de que nuestro mundo y nuestra sociedad corren que se las pelan a una velocidad de auténtico vértigo y, por ello mismo, es cierta la sensación que tenemos en muchos momentos de que parece que nos estamos volviendo todos locos.
Y os digo esto, porque quien me iba a decir a mí, que crecí con la clásica historia de un desesperado Robinson Crusoe deseoso de ser salvado, que la historia iba a dar un radical giro de 180º, y que iba a ser precisamente el Sr. Crusoe quien nos salvaría a nosotros. Verlo para creerlo.
Pues bien, no solo ha cambiado la historia, hay más. Y es que el artífice del rescate ha sido un simple listado informático, lejos de la poética imagen del mensaje en una botella arrojada al mar. Así es la sociedad de la información.
En efecto, parece ser que la Federación de Comercio Electrónico y Marketing Directo (FECEMD) ha desarrollado el Sistema de Listas Robinson (SLR), sistema que tiene dos objetivos fundamentales: de un lado, servir de referencia para todos aquellos usuarios que estén hartos de recibir publicidad no solicitada y, de otro, servir a las empresas a cumplir con la normativa vigente en materia de protección de datos y de comercio electrónico.
Para ello, este sistema consta de dos listas de nombres y direcciones:
- Lista Robinson.- Permite a los consumidores registrados en la misma excluir su nombre y su dirección de todas las listas de marketing directo utilizadas o controladas por las empresas adheridas a este servicio.
- Lista de Preferencia.- Permite enriquecer las listas de las empresas adheridas al SLR con nombres y direcciones de personas interesadas en en recibir publicidad.
Por tanto, las personas que se inscriban en la Lista Robinson no recibirán publicidad por correo, internet, teléfono (fijo o móvil), sms, mms o cualquier otro tipo de comunicación electrónica equivalente.
No obstante, como nada es perfecto, este sistema no controla la publicidad en los siguientes casos:
- Impresos sin dirección y depositados a mano en el buzón.
- Revistas gratuitas.
- Impresos insertos en revistas o facturas.
- Publicidad de empresas no adheridas al SLR.
Estamos ante un sistema que es totalmente gratuito para los usuarios o consumidores particulares, conllevando un gasto de entre 150 y 550 € para las empresas que deseen consultar los ficheros.
Aunque estamos ante un sistema lejano a la perfección, la introducción de este tipo de iniciativas supone un refuerzo en la confianza del usuario, lo que supone una inyección para toda la actividad on line o tecnológica en general.
