Siempre he oído decir que mientras más se conoce un tema más dudas se tiene, y también he oído en repetidas ocasiones que los sabios lo son aún más cuando dudan. Pues bien, yo creo que debo ser un sabio o algo así, porque me asaltan mil dudas con el tropel de acontecimientos que nos deparan las nuevas tecnologías en nuestro día a día.
1º.- Teletrabajo y trabajo virtual.-
¿Emplearán las organizaciones empresariales el teletrabajo y el trabajo virtual como medios para conciliar la vida familiar, aumentar la productividad y mejorar la satisfacción laboral, o bien para tener a los trabajadores y colaboradores totalmente disponibles para la empresa las 24 horas del día los 365 días de la año?
¿Se terminará negociando en los convenios colectivos complementos salariales por la disponibilidad de los trabajadores ante el uso de PDA´s, Blackberrys e instrumentos similares?
¿Se superarán las tradicionales tendencias al control presencial de los jefazos chapados a la antigua?
2º.- Cloud computing.-
¿Servirán el teletrabajo y el trabajo virtual como lanzaderas de las nuevas tecnologías del cloud computing?
¿Se superarán miedos tan reales hoy día como la seguridad de la información corporativa y, dentro de la misma, los problemas derivados de la normativa de protección de datos?
¿Están verdaderamente preparados los proveedores de servicios de cloud computing para ofrecer un servicio realmente fiable y seguro de un modo permanente?
¿Qué acuerdos de nivel de servicios han de pactarse con los proveedores?, ¿Cómo acreditar los daños producidos por caídas de servicio?, ¿Cómo actuar en casos de pérdida de conectividad?
3º.- Protección de datos.-
¿Terminará la protección de datos convirtiéndose en una normativa de referencia similar a lo que ha sucedido con la de prevención de riesgos laborales?
¿Se creará en el ámbito empresarial una figura similar a la del delegado sindical de protección de datos?
¿Los profesionales del mundo del derecho continuarán empleando el miedo como instrumento esencial de marketing paras vender la adaptación de las organizaciones a la normativa de protección de datos?
4º.- Propiedad intelectual.-
¿Podrán los ideólogos de la libre cultura cambiar los esquemas empresariales de la industria de contenidos?
¿Se terminará equiparando los términos obras digitales libres y obras digitales gratis?
¿Qué presión será más decisiva la de los lobbies de la propiedad intelectual o de los internautas?
5º.- Software.- ¿Continuarán algunos equiparando aún free software con software gratis?
¿Servirá la crisis para ir abriendo paso al software libre, aunque sólo sea sobre la base de suponer un ahorro de costes?
¿Se consolidará el sector del software libre en la empresa privada, o las empresas desarrolladoras continuarán dependiendo, casi en exclusiva, del sector público?
¿Ganará el software libre la partida al software propietario?
¿Apostará España por potenciar el sector de las nuevas tecnologías en general y del software en particular como elemento de cambio de nuestra estructura económica y empresarial?
6º.- Imagen corporativa.-
¿Terminará existiendo un reconocimiento legal expreso de derechos de propiedad industrial stricto sensu sobre los nombres de dominio, en un sentido similar a lo que sucede con las marcas y los nombres comerciales?
7º.- Web 2.0.-
¿Para cuándo la web 3.0 y en qué consistirá?
¿Estamos viviendo ante una nueva burbuja con los websites 2.0 tipo Facebook o Twitter, o se trata de auténticas alternativas al modelo empresarial, tradicional y unidireccional, de comunicación?
¿Es cierto el interés de los políticos por la web 2.0 o pretenden emplearla como mera herramienta unidireccional de propaganda política?
…
Esto es una mera muestra de las mil y una dudas que la llamada sociedad de la información provoca día a día y que dan una sensación de vértigo como nunca antes hemos conocido.
No obstante, no tenemos que preocuparnos, ya que muchas de ellas se irán solucionando y otras nuevas irán llegando, así es que si un problema tiene solución de qué preocuparse y si no lo tiene, qué más da, no?
