Durante el mes de enero de 2010, la vida institucional comunitaria ha estado protagonizada por el Parlamento Europeo, ya que entre los días 11 y 19 se sucedieron ante la Cámara de Estrasburgo las audiciones de los veintiséis aspirantes a integrar la nueva Comisión Europea (entre ellos se encuentra también la alta representante de la Unión para Asuntos Exteriore Catherine Ashton). Tras haber respondido previamente por escrito a un extenso cuestionario remitido por la Eurocámara a finales del pasado año, los candidatos se han sometido a un verdadero examen en audiencia pública ante las comisiones parlamentarias respectivas correspondientes a los aspectos relacionados con sus futuras carteras. Los eurodiputados tienen de esta forma la oportunidad de evaluar los conocimientos y competencias de los candidatos, así como su compromiso con la UE, independencia personal y las prioridades y programa político que defienden. El Parlamento Europeo tiene también en este momento la oportunidad de pronunciarse sobre el reparto de carteras decidido por el Presidente de la Comisión José Manuel Durao Barroso el pasado mes de noviembre, así como sobre su programa político propuesto.
De acuerdo con el calendario fijado, las audiciones finalizaron en primera instancia el 19 de enero. El voto aprobatorio del Parlamento respecto de la nueva Comisión en su conjunto estaba previsto para el día 26; este trámite es necesario para que el Consejo Europeo proceda al nombramiento formal de la Comisión antes de que ésta inicie sus trabajos.
Este singular «proceso de investidura» que suponen las audiciones proporciona una excelente oportunidad para que la opinión pública, además de los propios integrantes de la cámara de Estrasburgo, conozcan la capacidad y disposición de quienes habrán de integrar la Comisión Europea en el próximo periodo quinquenal, así como su preparación para el cargo específico para el que son propuestos; bien entendido que aunque «el examen» (las audiciones) es individual, la aprobación del Parlamento es colegiada, es decir, se pronuncia sobre la totalidad del colegio de comisarios propuestos.
Algunos de los candidatos han merecido una valoración bastante deficiente para los europarlamentarios; entre ellos señalamos a la comisaria propuesta para la Agenda Digital, la holandesa Neelie Kroes, así como el finlandés Olli Rehn, responsable propuesto para asuntos económicos y monetarios. Ambos candidatos, integrantes del Partido Liberal, desarrollaron una muy buena labor en sus cometidos anteriores (respectivamente comisaria de Competencia y comisario para la Ampliación); sin embargo, en esta ocasión han puesto de manifiesto un débil conocimiento y manejo de los temas asignados en sus nuevos ámbitos de responsabilidad. Tampoco causaron buena impresión los candidatos presentados por Lituania y Hungría, respectivamente, el popular Algirdas Semeta propuesto para Fiscalidad y Unión Aduanera y el socialista Laszlo Andor, propuesto para la cartera de Empleo, Asuntos Sociales e inclusión. Incluso la audición de la británica Catherine Ashton, designada como alta representante para la Política Exterior y de Seguridad, resultó problemática y poco convincente, trasmitiendo un cierto desconocimiento de los dosieres más importantes y refugiándose en respuestas vagas y propuestas de continuidad.
Con todo, el principal problema se produjo con la propuesta para la cartera de Cooperación Internacional y Ayuda Humanitaria, la búlgara integrante del Partido Popular Europeo, Rumiana Jeleva. Además de evidenciar un profundo desconocimiento de la materia, la hasta entonces ministra de Asuntos Exteriores de Bulgaria no pudo ni supo aclarar las dudas suscitadas sobre sus negocios privados, así como las presuntas relaciones de su marido con la mafia búlgara. Así las cosas, y ante un más que previsible suspenso por parte de la Comisión de Desarrollo del Parlamento, Jeleva acabó presentando su renuncia al primer ministro búlgaro. Ello ha obligado a trastocar los planes de Barroso, que ha tenido que designar una nueva candidata y retrasar así el calendario inicialmente previsto.
La nueva candidata búlgara designada es Kristalina Georgieva, que heredará la misma cartera prevista inicialmente para su compatriota Jeleva. Georgieva tiene una significativa experiencia internacional en este ámbito, ya que viene ocupando en la actualidad el cargo de vicepresidenta del Banco Mundial. Se someterá a la audición del Parlamento Europeo el 3 de febrero y si el resultado es positivo, la Comisión propuesta en su conjunto se someterá al voto del Parlamento Europeo el 9 de febrero en la cámara de Estrasburgo.
Hay que señalar que en el pasado también otros países se vieron forzados a cambiar sus nominaciones a comisario para prevenir y evitar que toda la Comisión fuera rechazada por el Parlamento. Así, recordemos que en las audiciones de 2004, el comisario inicialmente designado por Italia, Rocco Buttiglione, fue rechazado como consecuencia de sus reiteradas declaraciones machistas. Barroso se vio obligado a solicitar su retirada para evitar una crisis absolutamente predecible.
Las audiciones también han revelado un cierto solapamiento en las funciones y contenidos asignados a determinadas carteras, que puede producir cierta disfuncionalidad en el futuro. Es el caso de las carteras de Cambio Climático (Connie Hedegaard), Energía (Guenther Oettinger) y Medio Ambiente (Janez Potocnik); como el de las carteras de Asuntos de Interior (Cecilia Malmström), Justicia, Derechos Fundamentales y Ciudadanía (Viviane Reding), y Asuntos Sociales e Inclusión (László Andor).
Otros acontecimientos del periodo
- El 20 de enero, el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, presentó ante el Pleno de Estrasburgo las prioridades de la Presidencia semestral. El presidente Zapatero obtuvo un gran respaldo de los grupos políticos, especialmente en su propuesta de impulsar una verdadera política económica común que proporcione instrumentos para afrontar la crisis económica. En su intervención se centró en cuatro prioridades concretas: avanzar en la cooperación energética hasta llegar a un mercado común de la energía que conlleve interconexiones energéticas y un marco regulador común; apostar por un mercado común digital que facilite el comercio electrónico, que redundará en más competitividad y empleo; en el ámbito de la economía sostenible, señaló su intención de poner en marcha, junto con la Comisión, un plan de desarrollo de los vehículos eléctricos; por último, propuso ahondar en la educación y culminar el «proceso de Bolonia» que afiance también el espacio de investigación europeo.
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La reunión del Eurogrupo celebrada el pasado 18 de enero en
Bruselas decidió por unanimidad reelegir
a Jean-Claude Junquer para continuar por otros dos años y medio en
sus funciones de Presidente del mismo. El primer ministro luxemburgués viene desempeñando
este cargo, cuya existencia se formaliza ahora con el Tratado de Lisboa –vid. artículos 136 y 137 del
Tratado de Funcionamiento de la UE, así como
el Protocolo sobre el Eurogrupo- desde enero de 2005.
El Eurogrupo reúne mensualmente a los ministros de Finanzas de los 16 Estados miembros de la Zona Euro desde junio de 1998 y tiene como objetivo fundamental reforzar la coordinación de las políticas económicas de los países que integran la moneda común. Durante su nuevo mandato, Junquer pretende hacer un Eurogrupo más eficaz (dotado de un secretariado de cuatro o cinco funcionarios que asistan al presidente en la preparación de los trabajos del grupo), máxime en un contexto económico y financiero internacional que exigirá actuaciones firmes. Especialmente, habrá de diseñar una estrategia de salida y finalización de las medidas coyunturales adoptadas para paliar las consecuencias de la crisis económica y financiera, así como la aplicación del pacto de estabilidad y crecimiento.
Junquer propuso igualmente ampliar la vigilancia económica en la Zona Euro. Aspira igualmente a que el Eurogrupo esté representado en el G-20. - El Parlamento Europeo, en su sesión del 20 de enero, reeligió por 340 de los 648 votos emitidos a Nikiforos Diamandouros como Defensor del Pueblo Europeo, cargo que venía ocupando desde el 1 de abril de 2003. El nuevo mandato se extenderá por cinco años, periodo durante el cual Diamandouros pretende asegurar que la ciudadanía europea pueda beneficiarse plenamente del Tratado de Lisboa y de la Carta de los Derechos Fundamentales; reforzar la «cultura de servicio» a los ciudadanos en el seno de la administración de la UE, lo que implica una mayor transparencia y respeto de los principios de buena administración; así como informar a los ciudadanos de su derecho de ver sus asuntos tratados por la administración comunitaria de forma imparcial, equitativa y en un plazo razonable.
