Abril supone el inicio de la segunda mitad del semestre presidencial español; presidencia que, a decir verdad, está resultando bastante anodina. Cierto es que algunos de los acontecimientos más relevantes del periodo están programados para esta segunda mitad de mandato. Esperemos acontecimientos.
Por otra parte, durante el mes de abril, buena parte de la actividad institucional comunitaria ha continuado centrada en la crisis financiera mundial y sus efectos sobre la zona euro (especialmente en Grecia, por supuesto; pero sin alejar la mirada de otros países que pudieran sufrir efectos parecidos en el futuro inmediato, por ejemplo Portugal). Así, los 16 países del Eurogrupo, en su reunión del día 11 concretaron, por fin, el contenido del plan de rescate a Grecia. Acordaron la concesión de préstamos bilaterales por un valor de hasta 30.000 millones de euros a un tipo de interés en torno al 5%. Las contribuciones de cada país se calculan en función de su participación en el capital del BCE; en el caso de España éste es un 8,3%, por lo que su aportación podría elevarse hasta los 2.490 millones de euros. El FMI complementará el paquete del Eurogrupo con un préstamo de unos 15.000 millones. El acuerdo pretendía frenar a los especuladores, de tal forma que el paquete sólo se activaría si Grecia lo solicitara, como ocurrió unos días más tarde. Por ello, tras diversos contactos, la presidencia española ha convocado una cumbre extraordinaria para el 10 de mayo con el objetivo de poner en marcha las ayudas comprometidas.
Si la presidencia semestral española se marcó como principal objetivo poner en marcha las disposiciones del nuevo Tratado de Lisboa, hay que señalar que durante este mes de abril se han dado pasos importantes en la implementación de dos de las más singulares innovaciones del nuevo Tratado: la Iniciativa Ciudadana Europea y el Servicio Europeo de Acción Exterior.
El 31 de marzo, la Comisión presentó un proyecto de Reglamento sobre la Iniciativa Ciudadana Europea; innovación contemplada en el artículo 11.4 del nuevo Tratado que permite que un millón de ciudadanos de un "número significativo de Estados miembros", (el proyecto de Reglamento lo establece en al menos 1/3 del total; es decir, hoy día, nueve Estados) inviten a la Comisión Europea a formular propuestas legislativas en ámbitos que sean de su competencia y de interés de la Unión, así como que no atenten a los valores fundamentales de la UE. Esta innovación introducirá una nueva forma de democracia participativa en el ámbito comunitario y acercará más Europa a los ciudadanos.
La propuesta de la Comisión precisa, entre otras cuestiones, el número de firmas que deben recogerse como mínimo en cada país (deben representar al menos el 0,2% de su población; en España serán, aproximadamente, 50.000); y sugiere que sea ella misma quien examine la admisibilidad de una propuesta de iniciativa en cuanto se hayan recogido 300.000 firmas procedentes como mínimo de tres Estados miembros. La edad mínima de los firmantes será la que se requiera para votar en las elecciones al PE. Fija además un plazo de un año para llevar a cabo la recogida de las firmas y da cuatro meses a la Comisión para examinar la iniciativa y admitirla o rechazarla. Quedan todavía cuestiones por dilucidar como los requisitos para la verificación de las firmas especialmente en el caso de las que se recojan a través de internet, y otros. El Consejo y el Parlamento Europeo han de llegar a un acuerdo final sobre la propuesta de la Comisión; se espera que este acuerdo no se demore más allá de final de año, de manera que las primeras iniciativas ciudadanas puedan lanzarse a partir del año 2011.
Otra innovación relevante del Tratado de Lisboa, el Servicio Europeo de Acción Exterior -en adelante SEAE- recogido en su artículo 26.3, ha recibido un espaldarazo importante durante este mes. Este nuevo servicio ha de representar más eficaz y coherentemente a la Unión en el mundo, fusionando competencias hasta ahora compartidas entre los Estados y la Comisión, y desarrollando una verdadera política exterior europea que refuerce su influencia política y económica. El nuevo Servicio contará con aproximadamente 7.000 personas, de los cuales unos 4.500 diplomáticos estarán destinados en las misiones que la UE dispondrá en más de 130 países. Los diplomáticos que lo integren provendrán de la Dirección de Relaciones Exteriores de la Comisión -DG Relex-; los servicios del Consejo asignados al anterior Alto Representante para la PESC, Javier Solana; y los servicios diplomáticos de los 27 Estados miembros.
El Consejo Europeo de diciembre de 2009 solicitó a la Alta Representante para la Política Exterior y de Seguridad, Catherine Ashton, que presentara una propuesta sobre la organización y funcionamiento del SEAE, con el objetivo de que fuera adoptada para el mes de abril de 2010.
El 25 de marzo, Ashton presentó ante el PE las grandes líneas de lo que habrá de ser el SEAE. Desde que empezaron a manejarse los primeros borradores, la cuestión más delicada había sido la estructura del Servicio y el nombramiento de los puestos más importantes. El 80% de la Cámara reclamó cambios sustanciales en el proyecto presentado por Ashton que no había tenido en cuenta las consultas previas realizadas con los eurodiputados. El borrador presentado seguía el "modelo francés" con un Secretario General y dos Adjuntos en el núcleo central del futuro servicio diplomático. Los representantes de los tres grupos más importantes de la Cámara de Estrasburgo -PPE, PSE y grupo Liberal- ya habían hecho llegar a la Alta Representante su oposición a una organización "a la francesa", en la cual un Secretario General detenta unos poderes considerables. Para ellos, esta fórmula suponía un retorno a la intergubernamentalidad sin que aportase un valor añadido auténticamente europeo. Para el PE, el SEAE ha de depender completamente de la Comisión en lo que respecta a administración y funcionamiento, fusionando (y no estableciendo meramente una relación de consulta como establecía la propuesta de Ashton) los actuales servicios de la Comisión y del Consejo que trabajan en resolución de crisis, desarrollo, y otras políticas.
Hay que recordar que, aunque no estemos hablando de un asunto que se decida por codecisión entre el PE y el Consejo, el concurso del PE es imprescindible, por cuanto que, su acuerdo es indispensable para decidir el nuevo presupuesto del SEAE, lo que le confiere un importante protagonismo en las negociaciones para ver cumplida su exigencia de control político y presupuestario del servicio. El Tratado de Lisboa prevé que la organización y funcionamiento del SEAE sean fijados por una decisión del Consejo sobre una propuesta del Alto Representante, tras consulta con el PE y aprobación por parte de la Comisión.
Tas el rechazo nítido por parte del PE de esta primera consulta, la Alta Representante realiza una nueva propuesta al Consejo de Asuntos Exteriores de Luxemburgo del pasado 26 de abril. En este nuevo texto, Ashton ha abandonado la idea de un secretario general dominante, optando por un sistema más horizontal, con un liderazgo colegiado con tres adjuntos más o menos iguales, aunque con responsabilidades todavía poco definidas. El Consejo alcanzó el acuerdo político sobre la nueva propuesta de creación del SEAE elaborada por la Alta Representante que ahora deberá ser negociada con la Cámara de Estrasburgo cuya consulta preceptiva establece el Tratado. Este proceso puede llevar varios meses; de tal forma que las estimaciones más optimistas sitúan el inicio formal del SEAE, no antes del próximo mes de septiembre.
Otros acontecimientos del periodo:
-El 31 de marzo la Comisión Europea, seis semanas después de entrar en funciones, adoptó su programa de trabajo para 2010. Este programa refleja su determinación de enfrentar la crisis económica y aplicar una política que proporcione beneficios directos a los ciudadanos. La Comisión ha acordado una lista de 34 prioridades estratégicas que serán ejecutadas antes de final de año; también ha acordado otras 280 importantes propuestas para considerarlas durante el año 2010 y los siguientes. Este programa de trabajo establece el marco para los principales compromisos estratégicos de la Comisión en los próximos años y se basa en las directrices presentadas por el Presidente Barroso en septiembre de 2009.
-Inicio del desmantelamiento de la Unión Europea Occidental: juzgada anticuada por sus 10 Estados miembros (Alemania, Bélgica, España, Francia, Grecia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal y Reino Unido) y 18 asociados; y superada por los avances en materia de seguridad y defensa que proporciona el Tratado de Lisboa, resulta injustificable presupuestariamente mantener una estructura ya casi totalmente despojada de funciones. Desde abril 2010 hasta junio 2011 se desarrollará el periodo de desmantelamiento colectivo formal y organizado de los restos de la UEO (evitando así denuncias unilaterales del Tratado constitutivo de la Organización, como la que había anticipado el Reino Unido).
-El 7 de abril la UE lanzó formalmente una nueva misión militar, la denominada misión EUTM Somalia para la formación de unos 2000 soldados somalíes, con lo que se pretende ayudar al gobierno federal de transición a un control efectivo de su territorio. La misión EUTM Somalia cuenta con la participación de 141 militares de 13 países europeos que desarrollarán su actividad en territorio de Uganda. El final previsto de la misión mayo/junio de 2011.
-Cancelada la Cumbre Pakistán-UE, cuya celebración estaba prevista para el 21 de abril con asistencia del primer ministro pakistaní Jusuf Raza Gilani, debido a las restricciones aéreas existentes en Europa en esos días como consecuencia de la erupción volcánica de Islandia.
Se incluye en la REVISTA UNIÓN EUROPEA ARANZADI, correspondiente al mes de MAYO DE 2010.
