
- “El solo hecho de que un niño exista es un presente. Todos los niños encarnan la promesa viva de que el mundo se puede transformar en el futuro en un mejor lugar. Ellos son un regalo precioso que deben ser cuidados como el mayor tesoro de la humanidad, porque de esta generación dependen grandes cambios”
Han transcurrido más de 36 años desde la etapa posterior a los acuerdos de la Paz en El Salvador según la historia, después de concluir mi proceso de exámenes privados en la universidad de El Salvador, donde marco una fecha emotiva e inmemorable: 10 de diciembre de 1993, por la tarde en la concha acústica tuve el honor de recibir mi título de licenciado en Ciencias Jurídicas por el señor rector Fabio Castillo Figueroa de la universidad de El Salvador.
Como estudiante logré vivir en el conflicto armado interno en El Salvador: superamos muchos obstáculos, pero logramos iniciar nuestro sendero para el año de 1994 en el ejercicio de la Abogacía en la post guerra en este hermoso país. Después de 17 años no lograba asimilar la aprobación de la Ley de Amnistía otorgada en El Salvador, y ejerciendo la docencia escribí un artículo el 15 de febrero del 2010, titulado “En la consolidación de la democracia: reforma constitucional”. Este artículo nunca fue publicado, ya que se encuentra en la memoria literaria de su autor y por razones de logística no encontré un espacio de publicación académica.
Solo he escrito sobre el tema de la Amnistía General para la Consolidación de la Paz en El Salvador, emitida por la Asamblea Legislativa (D.L. N.º 486, del 20 de marzo de 1993, y publicado en el D.O. N.º 56, Tomo 318, del 22 de marzo de 1993) en dos periodos. Uno de ellos fue en el dato histórico y de transcendente gravedad del memorable 5 de Julio del 2006, cuando un hombre armado identificado después como Mario Belloso apareció en una protesta estudiantil en contra del incremento de la tarifa del transporte público, y disparó con un rifle M-16 en contra de la policía antidisturbios en las cercanías de la universidad de El Salvador.
Ese dato es muy importante y del momento trascendental, porque se encontraba en vigencia la Ley de Amnistía en El Salvador, era indudable que los hechos hacían que se remontase al pasado y el salvadoreño trabajador recordara la historia que vivió durante el conflicto armado.
Los legisladores omitieron su mas alto valor de legislar por las víctimas del conflicto armado interno en El Salvador, y algunos de ellos al firmar una ley olvidaron sus graves delitos, las víctimas y sus familias continuaron su camino hacia obtener justicia.
Hoy es un momento que deseo reflexionar sobre este tema desde lo académico, ya que en este 2025 cumplo más de 22 años ejerciendo la docencia en la Facultad Multidisciplinaria Oriental de la universidad de El Salvador. Y deseo no volver a escribir sobre esta etapa de mi vida, ya que hoy, a mis 57 años, mis dos hijos son el mayor tesoro y anhelo para contribuir por un mejor país en El Salvador, ese que no dispusieron los niños y niñas del conflicto armado interno y posterior a la criminalidad de las maras y pandillas que destruyó todo el tejido social de los niños y adolescentes en sus hogares y escuelas.
Es importante subrayar que fue posterior a la declaratoria de inconstitucionalidad de la Ley de amnistía referencia 44-2013/145-2013, de 13 de julio del 2016, al decidir en su parte resolutiva determinaron: “Declárase inconstitucional, de un modo general y obligatorio, el art. 1 de la Ley de Amnistía General para la Consolidación de la Paz de 1993”.
En ese sentido, el voto razonado disidente del ex magistrado de la Sala de lo Constitucional y presidente de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador, el Doctor José Belarmino Jaime Flores (QEPD 2024), pronunciado a las 12:00 horas del día 13 de julio del 2016; hace sus valoraciones sobre el enfoque de la Ley de Amnistía y que en mi reciente libro publicado “Independencia Judicial y la Justicia Inclusiva” reflexiono como se imposibilita el acceso a la justicia de las víctimas y que el desarrollo doctrinario sobre la justicia inclusiva permite que las víctimas puedan disponer del acceso a la tutela judicial efectiva.
Dado ese contexto de profunda debilidad e inoperancia del sistema de justicia, no puede considerarse que las víctimas de los crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra constitutivos de graves violaciones al DIH, hayan tenido una oportunidad real de ejercer, promover o requerir acciones penales por los delitos que les afectaron.
Asimismo, tomando en cuenta el carácter irrestricto y absoluto de los términos y efectos en que fue formulada la Ley de Amnistía de 1993, es innegable que su vigencia, junto con otros criterios, ha constituido uno de los obstáculos procesales para la investigación, el juzgamiento, la condena o la ejecución de la pena de los responsables de los hechos que la Constitución y el derecho internacional prohíbe amnistiar (arts. 2 y 144 inc. 2° Cn., en relación con los arts. 1.1 y 2 CADH, 2.2 PIDCP y 4 del Protocolo II).
El 19 de diciembre del 2023 se celebró la Convención Judicial en El Salvador, donde se reunieron todos los jueces y juezas, como magistrados de Segunda Instancia y magistrados de la Corte Suprema de Justicia, donde se abordaron los temas centrales del demo judicial de El Salvador.
En ese contexto, es muy importante considerar una decisión días después a la Convención Judicial, el 22 de diciembre del 2023 la jueza Mirtala Portillo, firmó una resolución en el caso del Mozote, en la que se ordenó la detención contra Cristiani y nueve exdiputados de la Junta Directiva de la Asamblea Legislativa de 1993 por supuestamente encubrir a los militares procesados mediante una ley de amnistía.
Es muy importante reconocer que toda decisión emitida por un tribunal debe ser cumplida por todo ciudadano y toda autoridad; esa es la condición de que nuestro sistema legal posibilita que las víctimas accedan a la tutela judicial efectiva; y que aquellos delitos de lesa humanidad puedan aun transcurrido tiempo estos no prescriban, y puedan tener respuesta a sus demandas de una justicia inclusiva, conforme a las leyes del país, y el derecho internacional.
Siempre debemos configurar los ejes centrales de la administración de justicia. En la actualidad un enfoque más cercano es dotar de toda importancia a la protección de la niñez y la adolescencia, y las personas más vulnerables para el resguardo de sus derechos desde la familia y la educación.
No debemos volver a un conflicto armado interno y los efectos de la etapa criminalizada de las maras y pandillas que tenían destruido al Estado y las instituciones, que llegaron a negociar con funcionarios de gobierno y no se actuó con una firmeza por las autoridades del gobierno. Hoy tenemos un nuevo enfoque donde se puede construir los cimientos de un nuevo El Salvador para todos los ciudadanos que de alguna manera hoy necesitan un nuevo país para sus niños y niñas y adolescentes.
En la actualidad nuestro país deberá cerrar esta página de la historia. Hoy desde las universidades y en los albores de un nuevo país en paz y seguridad, nuestro mayor anhelo es que los niños y niñas y adolescentes puedan escribir su propia historia. Nuestras huellas del conflicto armado interno en El Salvador fue motivo de observancia internacional, pero no debemos trasladar los efectos negativos de las decisiones conflictivas y de transgresión a los nuevos ciudadanos de un país que ha sufrido una etapa de sangre y desaparición de las familias, de nuestros trabajadores y de la niñez por el flagelo de las maras o pandillas.
Nuestro futuro cierto es hoy, construir un nuevo El Salvador, con seguridad y paz, un logro de todos los salvadoreños, porque ese es el anhelo de esta nueva generación, los niños y niñas del país más hermoso y bendecido de Centro América, donde los volcanes apaciguan sus estruendos de la cordillera; donde el canto del Torogoz desciende por los grandes arrecifes y árboles del campo; es el fulgor de los pueblos vivos por un nuevo futuro. Hoy vemos el renacer de un país en amor, en solidaridad y comunión con todos. Un palacio de justicia donde resplandece el acceso de justicia, donde se protege la vida de todos; niños y niñas y adolescentes. Un gobierno, y un presidente electo constitucionalmente y con visión de formar en las nuevas generaciones el futuro de este hermoso país.
“Si los niños son el futuro del mundo, la sociedad adulta son los responsables de sembrar en ellos las semillas apropiadas de amor, respeto, educación, tolerancia y demás valores.”
En el enorme desempeño de la primera dama Ms. Gabriela de Bukele, dijo: “No existe futuro sin la protección y el cuidado de los niños, niñas y adolescentes. La fórmula para garantizar el crecimiento sostenible y permanente pasa necesariamente por políticas que prioricen este extracto de la población”.